#Medio Ambiente

Por una verdadera y nueva política ambiental

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Antes del año 2014, Chile era uno de los pocos países de la OCDE que no utilizaba los impuestos verdes como un instrumento constante de política ambiental. Miles de veces aparecía la palabra sustentabilidad como eje estructural de diversos discursos de candidatos presidenciales, pero muy pocas veces se aludía a estos gravámenes. Sin embargo, el 29 de diciembre el escenario nacional parecía que cambiaba, dado que comenzó a regir el impuesto a emisiones contaminantes de vehículos nuevos, impulsado a partir de la Reforma Tributaria por parte del Ejecutivo, la cual contiene previsto una serie de impuestos “ambientales”.

Actualmente, dichos gravámenes gozan de buena reputación y son utilizados en diversos países del mundo. Incluso, ciertos organismos internacionales no han dudado en recomendarlo a países que no lo utilizan, dado que son un instrumento eficiente en el control de la calidad ambiental y logran superar las externalidades que produce la contaminación. En el caso de Chile, la OCDE le ha recomendado desde el año 2010 la utilización de dichos impuestos.

Por lo que la política ambiental en Chile se enmarcaría dentro de una general, con alcance universal, convirtiéndose nuestro país en un actor de contribución al cuidado de la sustentabilidad. En ese sentido, lo que actualmente el país está iniciando es asumir una responsabilidad que posee frente a la comunidad nacional e internacional. Por lo mismo, no debiera ser sólo una tarea de este Gobierno el continuar con el compromiso con una equidad ambiental, si no la de cualquier Gobierno que asuma.

Sin embargo, cabe destacarse aún quedan muchos compromisos por cumplir y ciertos aspectos que mejorar de lo ya implementado. Si bien es cierto que actualmente se cuenta con un impuesto a la compraventa de ciertos – no todos – vehículos, no se protege en estricto sentido el medio ambiente. Lo anterior se explica en cuanto no se grava la emisión, sino que la misma compraventa de algunos vehículos nuevos, por lo que no parece lógico afirmar que es justamente un gravamen verde.

En Chile aún faltan muchos aspectos que mejorar para poder tener instrumentos efectivos de control ambiental. Pero aún así, es positivo el hecho de haberse tomado por primera vez el compromiso de iniciar una política ambiental con impuestos verdes, por lo que la solución es perfeccionar el ya existente y trabajar con los siguientes de manera orgánica y sistemática.

Por lo mismo, el camino al futuro es avanzar en la perfección de estos, sobre todo si se piensa en la agenda de la reforma incluir dos impuestos más de aquí al 2017. A su vez, pareciera ser que falla un trabajo comunicacional hacia la comunidad por parte de las autoridades. Por ello, sería una buena medida legitimadora crear instancias de diálogo ciudadano para lograr una consciencia común en que dichos gravámenes son al final de todo, un beneficio a la comunidad y al medio ambiente.

En conclusión, cabe considerar que en nuestro país aún faltan muchos aspectos que mejorar para poder tener instrumentos efectivos de control ambiental. Pero aún así, es positivo el hecho de haberse tomado por primera vez el compromiso de iniciar una política ambiental con impuestos verdes, por lo que la solución es perfeccionar el ya existente y trabajar con los siguientes de manera orgánica y sistemática. También, tomar en cuenta que existe un contexto de una política universal, impulsada por diversos organismos internacionales – entre los cuales está la OCDE -, de contribución al control de la contaminación, con un claro enfoque en hacerse cargo de las externalidades, siendo este instrumento eficaz y eficiente en dicha político macro, haciéndose Chile cargo de una responsabilidad exigida por la comunidad internacional y nacional. Por todo lo dicho anteriormente, ojalá poder afirmar en unos años más que aquí ha comenzado una nueva etapa de un mayor compromiso con la sustentabilidad, con efectivos impuestos pigovianos.

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Nicolás Alejandro Felipe Venegas Herrera

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2 Comentarios

Nolberto Sáez

Es muy bonito buscar el cuidado del medio ambiente. nadie podría oponerse. SIN embargo cuando se aplican impuestos salta la pregunta para que se usará ese impuesto y quien me asegura que efectivamente ser use para lo que se dice que va a usar. Lo más probable es que ese impuesto termine en los bolsillos de algún político o pagando los gastos de una reelección. Y en eso sí que no estoy de acuerdo. Y por eso tampoco estoy de acuerdo con esta política de impuestos verdes.

Arturo

Los impuestos verdes son un ejemplo perfecto de leyes que surgen del pizarrón y libros de algún intelectual. Y, en la práctica, son apoyados por los Estados por una razón muy distinta: aumentan la recaudación, pero se ven muy éticos, por lo que son la mezcla perfecta.
Pero son inútiles en la mayoría de los casos, por la misma razón estatal: si son muy altos como para que la contaminación sea 0 o casi, la recaudación fiscal baja (haciendo que el impuesto se vea como inútil..); por lo que el ideal es que el consumo se mantenga, pero pagando impuesto. Asimismo, en general hay inelasticidad a esos impuestos por parte de empresas y consumidores. Las primeras, porque hay muchos casos donde pueden (y eso van a intentar siempre) traspasar el costo al precio de sus productos; sino, el impuesto puede significar que la empresa cierre (con el consiguiente perjuicio fiscal y de empleos). En el caso de los consumidores, solo en el caso que vean el impuesto (es decir, que sea identificable al momento de comprar), pueden tomar acciones para no consumir ese artículo; pero en general el impuesto verde se aplica al productor y no lo ve el consumidor, y además en Chile el precio final no identifica el impuesto pagado, por lo que, finalmente, no tiene idea de cuanto es el «perjuicio social» por comprar el artículo en cuestión.
Raya para la suma, si hay actividades nocivas, deben ser controladas mediante leyes independientes del Estado, que estén dispuestas a sacrificar empleo, recaudación, electoralismo, etc. Y que no tengan que verificar la «conveniencia» de las restricciones, ya que siempre eso significará que alguien deba hacer pesar la restricción versus las otras variables, ya ahí el gris es dominante.

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