El concepto de lo que se reconoce como patrimonio, es más que nada una manera de pensar y comprender la relación que un determinado grupo humano mantiene con el pasado institucional, para proyectar su forma de ser en un determinado territorio, que no es más que desarrollar su cultura de acuerdo con sus denominaciones de origen. En el ámbito legal, patrimonio, es el conjunto de relaciones jurídicas que tienen utilidad económica y son susceptibles a una estimación pecuniaria resumidos en deberes y derechos de activos y pasivos.
A través del patrimonio, tenemos la posibilidad de rastrear los procesos de nuestra propia conciencia histórica social y los medios por los que difundimos ese conocimiento, para que la recepción por parte de la comunidad, que muchas veces desconoce su propio patrimonio y no pierda su consistencia cultural y su proyección de futuro. Cultura patrimonial, es el modo en que una comunidad interpreta, transmite y transforma su realidad en su propio beneficio para sobrevivir. Una sociedad, que no conoce ni sabe de su patrimonio, está destinada al fracaso.
La cultura histórica está muy ligada al patrimonio, es lo concreto y lo peculiar que una comunidad posee para relacionarse con el pasado y con su entorno territorial. Cuando una sociedad comprende su cultura histórica que sustenta su quehacer, se engrandece en la experiencia social e histórica y lo relacionan de manera objetiva con su cotidianidad, haciendo que las comunidades sean más eficientes, felices y armónicas, al entender lo que representan y significan ante la sociedad. Es imposible entender el presente si no conocemos el pasado y tener alguna capacidad para proyectar el futuro. Para entender el pasado, necesitas comprenderlo, conocerlo y tenerlo presente, a través de lo que fue y no de lo que pudo ser.
El conocimiento del pasado y su uso presente para hacer cultura y desarrollo, fomentan decisiones positivas para todos y no solo para algunos y está íntimamente relacionado con las prácticas sociales de interpretación y reproducción de la cultura historia. Es la mejor defensa para la esencia cultural para desarrollar buenas prácticas en la idiosincrasia diaria de una determinada comunidad. La conciencia patrimonial, es la forma en que interpretamos lo social y objetivamos el pasado en la cultura histórica patrimonial que poseemos, como sustento del formato del hacer.
El conjunto de imágenes, ideas, nombres y valoraciones que le dan coherencia al pasado, componen la visión que una comunidad tiene de su propia función y no es únicamente lo que aportan los historiadores, profesionales o académicos que investigan el tema. La comunidad en sí misma, es un reflejo social de su cultura y forma de ser, para ser lo que se es y no perder la esencia de su función socio-cultural.
El domingo recién pasado se celebró el día del patrimonio en todo Chile, con actividades de todo tipo y no deja de ser una excelente noticia, en un país que comúnmente suele olvidar sus raíces históricas, con poca memoria y que muchas veces no reconoce sus próceres y su historia. En el último tiempo se ha venido escuchando la denominación sustentabilidad en muchos discursos y se gastan millonarias sumas de dinero para dar a conocer las maravillas naturales de las regiones, que no son otra cosa, que parte de nuestro legado patrimonial.
"Nada puede ser más enriquecedor para una región, que reconocer su patrimonio ambiental-escénico y protegerlo con leyes que reconozcan esa realidad y obliguen a cualquier desarrollo a respetar ese principio básico para vivir el presente y proyectar el futuro, en base a lo que es y lo que se quiere ser."
Los gobiernos hablan que vivimos en un país como pocos en el planeta y tenemos conciencia en todos los niveles de nuestra extraordinaria calidad ambiental y escénica de Arica a Tierra del Fuego, que es un gran potencial de desarrollo para la mayoría de las regiones, que viven y se proyectan de sacarle provecho a ese patrimonio fundamental que poseemos. Pero como suele sucedernos en Chile, no hemos tenido la capacidad de traspasar ese conocimiento a la vida diaria y no se está defendiendo el patrimonio medioambiental y escénico como corresponde, en un país que dice enorgullecerse de ese patrimonio.
Los gobiernos nacionales, regionales y los políticos en general, continúan haciendo la vista gorda de la destrucción del medio ambiente y eso es un atentado serio y imperdonable al patrimonio natural de Chile. Nada puede ser más enriquecedor para una región, que reconocer su patrimonio ambiental-escénico y protegerlo con leyes que de verdad reconozcan esa realidad y obliguen a cualquier desarrollo a respetar ese principio básico, para vivir el presente y proyectar el futuro, en base a lo que es y lo que se quiere ser. En ese principio básico de fundamentación está la proyección de futuro de las culturas desarrolladas y los modelos de prevalencia cultural, que en cualquier país que se respete a sí mismo, se dice inteligente y que trabaja de acuerdo con sus ventajas comparativas debe proponer.
La globalización le ha quitado a Chile, la capacidad de pensar y proyectar un futuro para todos y no solo para algunos. Con el tiempo nos ha transformado en una sociedad totalmente reaccionaría, manipulados por los intereses creados del mundo empresarial, que invade los mundos regionales, con teorías que superficialmente pueden ser interesantes, pero con el pasar del tiempo, su inadaptabilidad a la realidad territorial, social y cultural, pierden sustancia, quitándole la esencia de la proyección histórica y el alma cultural de lo que quieren ser los habitantes de las regiones para la proyección de desarrollo.
Conocer y entender el pasado, es un acto de sobrevivencia en comunidad, ante la locura y las desfachatez de la realidad actual, que nos quita tiempo para pensar y recapacitar, en un inmediatismo digital, donde lo superlativo del mundo globalizado, nos arrebata el coraje de defender lo que somos y lo que queremos ser.
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Isai
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