Debiera resultar obvio que nuestro planeta es de recursos y espacios finitos. Antes que apareciera nuestra especie, la naturaleza funcionaba en equilibrio, roto de vez en cuando con alguna erupción volcánica, por el impacto de algún meteorito o bien por un cambio en la actividad del Sol. Pero, la vida en el planeta siempre sabía sobreponerse y a pesar de sufrir grandes extinciones, prontamente la vida se adaptaba con el surgimiento de nuevas especies que reemplazaban a las extintas, nuestra especie es uno de esos beneficiados.
Mientras fuimos cazadores/recolectores y en los comienzos de nuestra vida como agricultor/ganadero querer más era útil, al no saber si mañana tendríamos una buena caza o una buena cosecha, garantizando de esta forma nuestra supervivencia. Pero, hoy vivimos en sociedades donde las necesidades básicas están aseguradas, incluso, hasta los alimentos los podemos adquirir por Internet y llegan a nuestros hogares sin haber efectuado ningún esfuerzo.
Por todos es sabido que enfrentamos nuestro mayor desafío y es el Cambio Climático, un Cambio Climático del cual nosotros somos los culpables directos, que nace de una enfermiza y siempre en aumento voracidad consumista a la que se suman la creciente sobrepoblación y una economía preocupada del beneficio a corto plazo.
Desde mediados del s.XX comenzamos a aplicar una economía que se sustenta en el consumismo, una economía lineal, es decir, extraer, fabricar, vender, usar y botar. Así inventamos la basura.
Comenzamos a producir con el concepto de «obsolescencia programada«, al mismo tiempo, la publicidad educó al consumidor con la idea de lo desechable, de los productos de un solo uso, de usar y tirar, usar y tirar y así eternamente. En todos estos años, las grandes riquezas económicas que se construyeron fue gracias a la renovación constante de todos los productos, desde el auto hasta la máquina de afeitar, todo es desechable, en algunos casos hasta las personas.
Hoy sufrimos sus efectos y es el Cambio Climático y las toneladas de plástico que hay en nuestros océanos, es decir, no podemos ni debemos seguir así, estamos obligados a poner límites y controlar nuestra codicia, de no hacerlo vamos directos al precipicio. No cambiar significa el suicidio. Debemos aprender de la historia, ella nos enseña que no son pocas las culturas que desaparecieron por estrujar, más allá de sus limites, el entorno natural. No repitamos los errores del pasado.
No habrá cambio global posible si no cambiamos nosotros mismo, es decir, para cambiar la sociedad el cambio debe partir en nosotros. Debemos ser los granos de arenas que construyen las grandes las dunas del cambio.
No habrá cambio global posible si no cambiamos nosotros mismo, es decir, para cambiar la sociedad el cambio debe partir en nosotros. Debemos ser los granos de arenas que construyen las grandes las dunas del cambio. Y hay que partir por aprender de los pueblos originarios y recuperar el sentimiento de ser parte de la bien llamada “Madre Naturaleza”, debemos conectarnos nuevamente con ella a percibir que somos uno de sus productos.
Y es posible, nuestro cerebro funciona igual que la sociedad, es decir, no son estáticos, se adaptan, se moldean según las nuevas necesidades, o sea, son dinámicos, y de nosotros depende, tenemos el potencial y la necesidad de hacer que cerebro y sociedad cambien.
Con el buscador en Internet y aquí mismo en El Quinto Poder podemos encontrar abundantes información de los cambios que son necesarios de hacer en nuestros hábitos de vida y consumo, desde ahorrar agua y energía, que productos dañan menos al medio ambiente, que alimentos es imprescindible reducir su consumo, lo esencial que es preferir el transporte público y dejar el automóvil para lo estrictamente necesario, educar a las generaciones futuras con la costumbre del reciclaje. Cuando tengamos elecciones políticas, preferir candidatos que tengan el cuidado del medio ambiente entre sus prioridades, etc.
Y recordemos estas dos frases de Mahatma Gandhi «Sé el cambio que quieres ver en el mundo» y «Si quieres cambiar el mundo, cámbiate a ti mismo»
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ffrias9
“No olviden que a pesar de todo lo que les digan, las palabras y las ideas pueden cambiar el mundo (…). Les contaré un secreto: no leemos y escribimos poesía porque es bonita. Leemos y escribimos poesía porque pertenecemos a la raza humana; y la raza humana está llena de pasión. La medicina, el derecho, el comercio, la ingeniería, son carreras nobles y necesarias para dignificar la vida humana. Pero la poesía, la belleza, el romanticismo, el amor son cosas que nos mantienen vivos.” (Película: La Sociedad de los Poetas Muertos)