Pesca será el pariente pobre de esta cartera. Y no será el único. La protección de los recursos naturales brilla por su ausencia. Un ejemplo es el tema hídrico: ¿Si agricultura y la actividad forestal son dos grandes consumidores de agua, por qué esta no forma parte de la propuesta. No sería lógico incluir a la Dirección General de Aguas en este diseño? ¿No es mejor conformar un ministerio con una mirada sustentable de nuestras riquezas, como un Ministerio de Recursos Naturales?
Aun no se conoce el proyecto para crear el Ministerio de Agricultura, Alimentos, Pesca y Recursos Forestales, pero el ministro Luis Mayol ya dijo que se trata de una “enorme oportunidad que nuestro país tiene hoy en día para convertirse en un importante proveedor mundial de alimentos seguros e inocuos».
Es llamativo que esta propuesta surja al final del actual Ejecutivo considerando que el gobierno anterior elaboró el anteproyecto de una cartera de similares características, reflejadas en el libro “Ministerio de Agricultura, Pesca y los Alimentos: Marco Conceptual y Propuestas. El Caso de Chile”, con claro énfasis en el “sistema alimentario”.
El libro habla de alimentos, no de alimentación, centrando la discusión en como convertir a Chile en “potencia agroalimentaria”.
Ese texto incluye el caso de Irlanda, donde el Departamento de Agricultura, Pesca y Alimentos busca “entregar alimentos de calidad, seguros y nutritivos, a consumidores bien informados, y producidos de manera sostenible, entendiendo éste como el camino óptimo para el futuro del sector alimenticio irlandés”.
Cita luego el “Strategic Plan 2005-2010” del Departamento de Agricultura de EEUU que propone aumentar las oportunidades económicas de los agricultores y la seguridad agroalimentaria; mejorar la competitividad y la sustentabilidad de la economía rural y su calidad de vida, así como la nutrición del país; y proteger los recursos naturales y el medioambiente.
Otro ejemplo es Nueva Zelandia donde el Ministerio de Agricultura y Silvicultura, busca “ampliar las ventajas naturales…a través del fortalecimiento del desempeño sectorial, el desarrollo de un comercio más libre y seguro, el resguardo de la salud neozelandesa y la protección de los recursos naturales para el beneficio de las generaciones futuras”.
De estos casos se rescata la relevancia de la protección de los recursos naturales en una perspectiva de sustentabilidad; la “construcción” de conocimiento; la importancia del consumo interno de los alimentos producidos; la protección de la biodiversidad y el medioambiente; y la información y protección de los consumidores.
Pero hay un enfoque agrocéntrico ante la posible nueva cartera. Por eso preocupa el futuro de sectores como la pesca artesanal, al que no le basta la “Ley Longueira” y el Instituto de Desarrollo de la Pesca Artesanal. ¿Cómo insertar esta actividad económica, social y cultural en el nuevo ministerio? ¿Como un alimento más que busca mercado, aunque el consumo de productos del mar no haya variado en 40 años?. Este debate reflota la idea del Presidente Allende de crear un Ministerio del Mar.
Pesca será el pariente pobre de esta cartera. Y no será el único. La protección de los recursos naturales brilla por su ausencia. Un ejemplo es el tema hídrico: ¿Si agricultura y la actividad forestal son dos grandes consumidores de agua, por qué esta no forma parte de la propuesta. No sería lógico incluir a la Dirección General de Aguas en este diseño? ¿No es mejor conformar un ministerio con una mirada sustentable de nuestras riquezas, como un Ministerio de Recursos Naturales?
Este debate nos enfrenta al país que dejaremos a nuestros hijos, optando entre el extractivismo comercial inmediatista, con cultivos secretos y contaminación de las semillas transgénicas, uso abusivo de pesticidas o de antibióticos; o dar un giro hacia la soberanía alimentaria, para convertirnos en una potencia que proteja su biodiversidad y, sobre todo, que asegure el acceso a una sana alimentación de sus habitantes.
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