#Medio Ambiente

La sustentabilidad no es la meta, es el camino

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Sin lugar a duda, a lo largo de la historia de nuestro país, la minería ha tenido un fuerte impacto en lo que respecta a crecimiento económico. El desarrollo de una infinidad de proyectos mineros ha sentado las bases y de alguna manera construido la identidad de un sector importante de nuestra sociedad, el sector del mundo minero. No obstante, si bien no podemos negar el aporte de la minería a nuestra economía, tampoco podemos obviar aquellas externalidades negativas de las cuales no a muchos les gusta hablar. Las más visibles tienen que ver con aspectos ambientales como contaminación, agotamiento de recursos naturales, destrucción de ecosistemas, etc., pero hay otras externalidades como la desigualdad de salarios, aumento de la demanda de servicios públicos: Colegios, universidades, hospitales, de los cuales nadie parece querer hacerse cargo.

¿Cuál es el sentido de hablar del aporte de la minería en la esfera económica y de las externalidades negativas en lo que respecta a lo social y lo ambiental?, precisamente eso, entender que no podemos seguir viendo la actividad minera bajo una lógica binaria de blanco o negro. Existen matices, y son precisamente esos matices los que nos dan luz de esperanza de poder lograr eso de lo que muchos hablan pero nadie aterriza, la sustentabilidad. ¿Pero cómo logramos llegar a la sustentabilidad? Lamento decirles que la sustentabilidad no es la meta, es el camino, y como todo camino está lleno de obstáculos que deben irse superando, la sustentabilidad al igual que los pensamientos utópicos nos permiten avanzar.

El escritor uruguayo Eduardo Galeano reflexionaba acerca de la utopía, decía al respecto: “La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para avanzar.”

¿Qué loco puede entregar la receta para equilibrar sociedad, medio ambiente y economía?, es imposible, buscar el equilibrio entre tres esferas que, si bien guardan similitudes en cuanto al dinamismo, no lo hacen en cuánto a su origen. La economía, aunque no a muchos economistas les guste reconocer, es una ciencia de carácter social, por tanto, es dominada por todo lo que entendemos como social. El origen etimológico de la palabra economía se encuentra en la palabra griega oikos «hogar» y nemein, «administración», de tal manera economía u oikonomos podría ser entendida como administración del hogar. En tiempos pretéritos la economía estaba al dominio de las mujeres, pues eran ellas las que se hacían cargo de la administración del hogar, mientras el hombre en su labor de proveedor estaba a cargo de salir a cazar el alimento.

Sin embargo, si bien, a lo largo de los años el hombre ha intentado tomar dominio de la naturaleza, primero desde una perspectiva de contemplación y convivencia armónica, meramente asombrándose de la grandiosidad de ésta, adaptándose a esta especie de “caos controlado”, para pasar posteriormente a un período de imitación en el que comienza a tomar elementos de la naturaleza para poder mejorar sus condiciones de vida. En definitiva, asimilándose al entorno, para pasar posteriormente a una etapa de apropiación, en la cual, a través del desarrollo de la ciencia y por consiguiente de los avances tecnológicos, el ser humano intenta apropiarse de elementos de la naturaleza, y lo que es aún más preocupante, intenta tomar control absoluto de ésta, con las consecutivas externalidades negativas de las cuales somos principales espectadores y actores.

¿Pero cómo logramos llegar a la sustentabilidad? Lamento decirles que la sustentabilidad no es la meta, es el camino, y como todo camino está lleno de obstáculos que deben irse superando, la sustentabilidad al igual que los pensamientos utópicos nos permiten avanzar

Hoy, en el contexto de desarrollo de un sinfín de proyectos mineros con Resolución de Calificación Ambiental otorgada, como El Espino de Pucobre, y otros que se encuentran en el  desarrollo de líneas bases de estudio para hacer entrega a la autoridad ambiental de sus Estudios de Impacto Ambiental o Declaraciones de Impacto ambiental según respecte, como Norte Abierto, NuevaUnión, Rajo Inca, es necesario poner el foco no sólo en si cumplen o no con la normativa ambiental vigente, o el tipo, cantidad y calidad de empleos, si no que en las perspectivas y propuestas de desarrollo para la región y el país que sean sostenibles en el tiempo, teniendo en consideración a los pueblos originarios, ayudando a promover y perpetuar su cultura.

La sustentabilidad de un proyecto minero no está dada por si es social, ambiental y económicamente viable, sino que, si es sostenible en el tiempo, y no como lo ha sido hasta ahora “Pan para hoy y hambre para mañana”.

El constante aumento de la temperatura de la tierra y el mar, el deterioro de ecosistemas, el derretimiento de glaciares, el aumento en el nivel del mar, la contaminación atmosférica, el agotamiento de recursos naturales con una población en constante crecimiento, son ejemplos claros de que debemos replantearnos este equilibrio entre sociedad, medio ambiente y economía. Por lo mismo, la búsqueda del equilibrio entre estas tres esferas tiene que ser una constante, aquí no importa la meta, lo que importa es el camino, ése que nos lleve a encontrar la tan ansiada equidad social, crecimiento económico, pero protegiendo el medio ambiente, pues, al fin y al cabo, no tenemos otro en el que vivir.

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