Es urgente la necesidad de entregarles amplias facultades por parte de la Confech a los dirigentes estudiantiles para poder sentarse en una mesa negociadora con el Ministerio de Educación y resolver de una vez por todas el conflicto educacional. Para esto, es necesario que los sectores más radicalizados de la Confech cedan poder.
No es posible seguir con el esquema “bajar todo a las bases”: urge cada vez más constituir una mesa de diálogo con dirigentes con potestad para negociar con el gobierno y llegar a acuerdos básicos. Debemos recordar que los más perjudicados con las tomas y los paros son justamente los estudiantes más pobres del país, los demás estudian en los colegios y las universidades de la cota mil.
La estructura excesivamente horizontal de la Confech no ofrece garantías de llegar a acuerdo, porque básicamente ahí nadie manda, y porque todo se “baja a las bases. Los estudiantes elegimos representantes justamente para eso, para que seamos representados, y no para que los dirigentes renuncien a esta delegación de poder.
No es posible a someter a los estudiantes todos los artículos, incisos y comas que contenga una propuesta. Es inviable, lento y porque esencialmente nunca vamos a llegar a acuerdo entre nosotros. La delegación de poder a nuestros representantes debe ser en serio, no debemos temer el entregar facultades a los dirigentes porque han dado muestras suficientes de su convicción y compromiso.
Finalmente, es necesario también porque debemos también pensar en las instituciones, los trabajadores. No podemos alargar el chicle tanto, porque nos hacemos un daño excesivamente alto a todos: con esto nadie gana. Reitero: urge la necesidad de salir rápidamente del conflicto estudiantil por el bien de todos, no podemos poner en juego el bien común.
* Juan Chester es estudiante de la Universidad Católica del Norte
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