Por estos días, varias preocupaciones tenemos los habitantes del Valle de Elqui. Una de ellas, y que ronda como la espada de Damocles sobre nuestras cabezas, es la falta de lluvias, ya que sin duda lo que estamos presenciando es una de las más severas sequías en 60 años.
En esta falta de lluvias todo influye, pero sobre todo ha sido el manejo depredativo que han realizado, por años, las empresas agroexportadoras al hábitat natural del Valle de Elqui, cortando arboles, secando humedales, sobreexplotando los recursos como el agua e, incluso, a la propia gente, exponiéndola a químicos que son esparcidos por el aire, como los glifosatos que son altamente cancerígenos.
Estas grandes empresas han borrado todo rastro de ese valle de antaño, nos preguntamos cuál es su aporte al medio en que están insertos, si tienen algún plan de mitigación para la deforestación que han realizado por años, de la destrucción de los entornos vegetativos y cactáceos, de la flora y fauna que los acompañan. Solo hemos visto que han arrasado con todo en aras del negocio que manejan.Es hora de despertar, antes que el sueño de un Valle de Elqui hecho un vergel, se transforme en una desértica pesadilla.
Los servicios de protección del medio ambiente del Estado han sido ineficaces en la protección de este valle. Salta a la vista, un monocultivo por donde se mire; loros tricahues electrocutándose, porque cada e vez tienen menos espacio y menos árboles para desenvolver su vida natural, se instalan en los cables de la red eléctrica. Las otrora garzas blancas que tenían su paso por los humedales de nuestro valle, han desaparecido junto a ellos.
Tenemos problemas con estas grandes empresas, estamos en desmedro, desvalidos frente a sus acciones justas o injustas que éstas hagan y el Estado, garante de los derechos de los chilenos, no es mucho lo que puede y hace. Ejemplos hay muchos, como las empresas de agua y lo ocurrido en el sur y ahora, acá mismo en Vicuña, con los malos olores de la planta de tratamiento y que la empresa ya pasado un mes, aún no soluciona.
O la CGE, otra empresa que elude sus compromisos con los clientes, a pesar que se juegue en sus reglas y sus términos, de igual modo no responde por los artefactos quemados al interior de los hogares, por las variaciones de voltaje que son su responsabilidad.
¿Dónde iremos a parar? Si el gobierno aprueba el TTP11, un tratado comercial que le da más privilegios y derechos a una empresa extranjera que al propio chileno. Es hora de despertar, antes que el sueño de un Valle de Elqui hecho un vergel, se transforme en una desértica pesadilla.
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