Quienes siempre viviremos en Aysén, siempre estaremos en esta tierra. Y siempre pensaremos que lo que pretenden los dueños de HidroAysén, Energía Austral y muchos otros que ven en la Patagonia, sólo una buena forma de hacer negocios sacrificando sus bienes comunes y su gente, no es un buen camino. Y, por tanto, siempre seremos oposición.
Para quienes conocen el modus operandi de HidroAysén, no sorprendió la ofensiva regional y nacional que llevó adelante por casi un mes intentando demostrar que el proyecto “no está muerto”.
Grandilocuentes declaraciones, presiones para que se aprueben las leyes de fast track de concesiones y de Carretera Eléctrica Públicas y puerta a puerta en las principales ciudades de Aysén ofreciendo algo que no depende exclusivamente de ellos: energía más barata.
Y que, por cierto, tiene la mayor vigencia del mundo, a pesar de la oposición general a la idea de construir 5 represas en la Patagonia (e instalar gigantescas torres de alta tensión por 2 mil kilómetros) para satisfacer la demanda futura de la gran minería del Sistema Interconectado Central.
No para que el estudiante encienda su computador ni para que el médico salve al paciente, como sus impulsores han expresado ya por mucho tiempo. Que este proyecto se justifica en las necesidades mineras, esencialmente privadas y trasnacionales, es algo que ya pocos discuten.
Pero aún así, es tan lucrativo el negocio que Endesa y Colbún se traen entre manos – se calculan en varios miles de millones de dólares anuales las utilidades, de llegar a ejecutarse – que se mueve casi por inercia. Como un verdadero Titanic que, a pesar de los anuncios de lo complejo de llegar a puerto, avanza con la orquesta pagada por los dueños tocando alegre música para los inadvertidos pasajeros.
No esperaríamos menos de los ejecutivos de HidroAysén. Es su pega y si alguien quiere que la medida del éxito de un futuro sustentable para Chile y la Patagonia sea una cadena nacional con Daniel Fernández flanqueado por Bernardo Larraín Matte y Jorge Rosenblut confirmando que “nos hemos desistido del proyecto HidroAysén, devolveremos los derechos de agua para el bien público de la región y el país, y, además, crearemos una fundación de protección y desarrollo sustentable de Aysén y la Patagonia”, la recomendación es que espere sentado.
Tales no son hoy ni han sido nunca los propósitos de este tipo de empresas. A pesar de tener claros fines de lucro, siempre se han planteado como organizaciones que sólo buscan la diversificación energética, el desarrollo sustentable de Aysén y aportar a la independencia eléctrica de Chile. Si yo fuera accionista de tales compañías ya habría despedido a sus ejecutivos por esos exclusivos y loables objetivos declarados.
Lo cierto es que es un negocio. Y aunque eso es legítimo no lo es cuando se intenta imponer a toda una región y a todo un país, como lo ha demostrado gran parte de los estudios que se han realizado hasta el momento. E imposición lo seguirá siendo, aunque el Comité de Ministros eventualmente lo apruebe en enero de este año, como ya lo vislumbra gran parte de los especialistas. Pero si hay algo que tenemos claro es que, aprovechando la circularidad de la frase, nada existe hasta que realmente existe.
Ese proyecto no será realidad por más papeles arreglados, lobby y autorizaciones que tenga, en un país donde se ha demostrado (no enumeraré aquí los casos, siendo la acreditación universitaria la última de ellos) que muchas de las instituciones funcionan al ritmo de quien pone la música.
En este caso, el dinero.
Porque quienes siempre viviremos en Aysén, siempre estaremos en esta tierra. Y siempre pensaremos que lo que pretenden los dueños de HidroAysén, Energía Austral y muchos otros que ven en la Patagonia, sólo una buena forma de hacer negocios sacrificando sus bienes comunes y su gente, no es un buen camino. Y, por tanto, siempre seremos oposición.
Eso es algo que ningún puerta a puerta podrá cambiar.
—–
Fuente de fotografía
Comentarios
19 de diciembre
¡Que ridículo!
Que un lago más pequeño que el de Rapel en la zona central signifique el «Sacrificio de la gente» es como mucho…..
Todavia no conozco los que se «sacrificaron» por Rapel…..
0
20 de diciembre
Hola Milton. Pero sí debieras conocer a los que se sacrificaron por Pangue y Ralco. Eso se ha informado bastante, lo cual está muy documentado. Es más, Alto Bío Bío y Santa Bárbara, son las comunas más pobres de Chile. Te recomiendo ver el último Informe Especial sobre el tema.
20 de diciembre
Así es Patricio, Algunas personas relocalizdas de Ralco reclaman porque la empresa no les sigue dando dinero….
Pero cuenta ¿Cuantas personas van a ser relocalizadas por Hidroaysen?
20 de diciembre
Sospecho que no van a ser como los tres millones que fueron relocalizados en China para construir la represa de las tres gargantas…..
21 de diciembre
Milton, ¿Que tiene que ver China con Aysén?