Es técnicamente factible usar este recurso renovable nacional para calefacción sin contaminar el aire de nuestras ciudades.
La leña que usamos para calefacción residencial tiene la ventaja de ser un combustible renovable y no responsable de cambio climático porque no es un combustible fósil. La leña también tiene la ventaja de ser de origen nacional, pero su combustión residencial emite material particulado y otros contaminantes que causan problemas de salud en las ciudades, debido a que esta combustión no se realiza a temperatura y parámetros óptimos.
Sin embargo, es técnicamente factible usar este recurso renovable nacional para calefacción sin contaminar el aire de nuestras ciudades. La clave está en retirar los contaminantes de la leña antes de utilizarla como combustible doméstico. Esto se puede lograr convirtiendo la leña en carbón vegetal en plantas de pirólisis, ya que estas plantas aprovechan todos los componentes volátiles de la madera y evitan la contaminación del aire.
Naturalmente, este proceso industrial eleva el precio del combustible doméstico por unidad de energía y es por ello que preferimos utilizar leña, en lugar de carbón vegetal en nuestra calefacción. Solo una política de estado, a través de una ley de la república que establezca un subsidio a la demanda del carbón vegetal y la prohibición de transportar leña al interior de ciudades contaminadas, podría modificar el status quo e introducir el carbón vegetal en el mercado de la calefacción doméstica.
¿Es socialmente rentable tal subsidio? Estimo que es altamente probable que efectivamente lo sea y es por eso que propongo acoger esta propuesta, e incentivar al Gobierno de Chile para que realice la evaluación técnico/económica de un proyecto de esta naturaleza; dado el rol planificador y garante de los derechos ciudadanos, que la Presidenta Bachelet se ha propuesto imprimir al Estado de Chile.
Las plantas de pirólisis se diseñan según el tipo de biomasa que deben procesar y pueden aprovechar toda la biomasa del bosque. Las etapas del negocio del carbón vegetal incluyen el desarrollo de bosques, la tala, trozado y chipeado de la madera, el secado al aire, secado al horno, pirólisis y el mercadeo de los productos. La pirólisis consiste en mantener la madera a 600 ºC de temperatura sin presencia de oxígeno, hasta que son liberados todos sus componentes volátiles. Los gases liberados se utilizan para obtener combustibles liquidos y/o para generar calor, el cual se usa para mantener la temperatura de pirólisis, para el secado previo de la madera y también para obtener electricidad como subproducto. La eficiencia térmica del proceso aumenta a medida que disminuye el grado de humedad de la biomasa usada.
Los principales productos comerciales de estas plantas son el carbón vegetal particulado, el carbón vegetal en trozos y la energía eléctrica. Todos estos productos se consideran limpios por ser obtenidos en un proceso carbono neutral.
El carbón vegetal particulado (Biochar) se utiliza para su incorporación a suelos agrícolas y dar inicio a un proceso de recuperación permanentemente de la productividad del suelo sin uso de fertilizantes, ya que el carbón enterrado no se degrada y actúa como hábitat para microorganismos que liberan nitrógeno. La incorporación de carbón vegetal al suelo es la única forma práctica que dispone el hombre para reducir la concentración de CO2 atmosférico y evitar llegar a una situación de cambio climático fuera de control que termina en el colapso de la civilización moderna.
Carbón vegetal en trozos para uso doméstico. La quema de carbón vegetal en calefactores de doble cámara emite una fracción del material particulado que emite la quema de leña, que es el tipo de combustión que Chile necesita erradicar de sus centros urbanos.
La incorporación de esta actividad económica en Chile, ayudaría avanzar en los 5 siguientes objetivos de rentabilidad social que todos los países buscan y que deben ser considerados en el cálculo de rentabilidad del subsidio al carbon vegetal:
– Disminución de daños a la salud, mejoramiento de la productividad laboral y aumento de calidad de vida de la población, por la disminución de índices de contaminación del aire.
– Generación de empleos, que ocurre al incorporar valor agregado a la leña.
– Mejoramiento de la seguridad alimentaria que se obtiene al recuperar suelos agrícolas empobrecidos con incorporación de carbón vegetal.
– Fortalecimiento de la balanza de pagos, al reemplazar combustibles fósiles y fertilizantes importados por combustible renovable nacional.
– Reducción de emisiones de carbono fósil de la economía; al lograr efectivamente secuestrar carbono atmosférico que fue capturado por el árbol en su crecimiento y luego enterrado por el hombre para la recuperación de suelos agrícolas.
Estimo que el subsidio estatal al carbón vegetal requiere ser dirigido a la demanda; por lo que propongo vouchers impresos por casa de moneda y entregados por los municipios en cantidades iguales, a cada uno de los residentes permanentes de las ciudades afectadas. Estos vouchers deben ser expresados en pesos, válidos al portador para el copago de carbón vegetal en el comercio minorista y para ser cobrados por productores privados y certificados con plantas homologadas para producción limpia de carbón vegetal.
Naturalmente el subsidio debe ser de un monto tal, que los residentes de las zonas afectadas, prefieran quemar carbón vegetal en lugar de leña. Sin embargo, para evitar la venta de vouchers, que podrían realizar habitantes beneficiados que tengan acceso a leña, se debe prohibir el transporte de leña al interior de estas ciudades. Esta fiscalización policial resulta sencilla, ya que la leña es pesada, voluminosa y fácilmente identificable.
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