Por la prensa
nos informamos que el diputado Gabriel Ascencio anuncia con bombos y platillos que se opondrá a la Ley de Pesca que se tramitará en el Congreso. Más aún, ha declarado que “existe consenso en la oposición y sobre todo en el mundo de la pesca artesanal que el proyecto del Ministro Longueira es malo”.
¡Pero si el proyecto está en plena discusión! La Comisión de Pesca del Congreso recién retoma las audiencias en marzo para seguir escuchando a los distintos actores -desde empresarios hasta científicos y miembros del sector artesanal y laboral- para informarse respecto a la Ley y a la actividad pesquera. ¿Cómo puede él, y la oposición en su conjunto, tener una decisión tomada si no ha escuchado a todas las partes?
El diputado argumenta que “por las siguientes dos décadas se pretende entregar los recursos a los mismos empresarios, apelando a derechos históricos”
Con esto instala una realidad en la opinión pública, construyendo la idea que los pescadores nos hemos adueñado en forma ilegítima del recurso por años. No dice nada de los miles de trabajadores chilenos que vivimos de la actividad pesquera. No dice nada de las inversiones, chicas y grandes de cada uno de nosotros, seamos artesanales o pequeños empresarios.
A ninguno de nosotros nos gustaría que más y nuevas naves extranjeras arrasen con nuestro mar. A ninguno de los chilenos nos gusta que la pesca extraída en Chile sea llevada al extranjero convertida en harina, eliminando con esto definitivamente el consumo de pescado de nuestra mesa. Los artesanales no queremos la licitación, porque significa renunciar a seguir pidiendo cuotas en el futuro a la industria. Para el mundo artesanal la licitación sería estancarse, sería caer en la crónica de una muerte anunciada.
El diputado agrega: “La nueva ley de pesca propone darle indefinidamente los derechos a los actuales industriales pesqueros, que no son más de cuatro grandes grupos económicos que concentran casi la totalidad de las pesquerías en Chile y que han sobre explotado irracionalmente los recursos, al extremo de casi extinguir algunos”
Aquí está más clara su postura. Aquí ya hay más luz. Con esto ya nos queda claro que no es que la Ley sea mala o no sea sustentable. El problema del diputado es que los actores no le gustan sencillamente. Esos “cuatro grandes grupos económicos” son los que le molestan al Honorable.
Pero esto no es nuevo…
Entre 1820 y 1900, Chile fue el primer productor y exportador de cobre a nivel mundial, hasta que otro grupo de honorables, argumentando la competitividad y el progreso permitieron el acceso a las grandes compañías extranjeras. Comenzó el reinado de la Braden Copper, la Kenecott y otras. En 1971 se nacionalizó el recurso. Chile controlaba el 90% de la explotación de cobre.
Pero el mundo político encontró la fórmula nuevamente para abrir las puertas al capital extranjero depredador de nuestros recursos naturales y hoy son las grandes compañías extranjeras las que controlan el 70% de nuestro cobre y están a punto de seguir este mismo camino con el litio. Aquí los honorables no tienen problemas con los “grandes grupos económicos”, porque son extranjeros.
El argumento estrella para esto es la famosa licitación. Esta panacea que según ellos asegura la competitividad y el “ingreso de nuevos actores” al mercado. Este es el argumento de fondo. No nos engañemos. Buscan licitar nuestra pesca para posibilitar el ingreso de las grandes compañías extranjeras. La noruega Lota Protein –que ya ha expuesto en la Comisión- ha sido clara en su postura: quieren licitación total de nuestra pesca o de por lo menos del 50% “por ahora”.
En fin, hoy está en la coyuntura la problemática de Aysén. Todos se quieren subir al carro. La protesta la hemos comenzado los pescadores artesanales. La hemos comenzado para mejorar nuestras cuotas. La hemos comenzado para lograr una participación más justa en la extracción pesquera. La hemos comenzado para defender lo que es nuestro: los recursos marinos. No queremos que éstos se vayan a manos extranjeras.
Queremos mejorar la Ley, incluso rehacerla si es preciso, pero en ningún caso queremos que la pesca en Chile se licite.
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1 Comentario
amundsen
1. Es poco serio publicar entradas anónimas o escondidas bajo etiquetas como «mar para chilenos», que no revelan los intereses o posición política que está detrás.
2. Si bien está escrita desde una voz que pareciera llamar a la reforma total de la legislación pesquera, lo cierto es que no propone nada y bloquea la posibilidad de que entren nuevos actores (oposición absoluta a sistema de licitación), lo que evidentemente beneficia a los actuales tenedores de cuotas.
3. Si efectivamente quisieran reservar el «mar para (los) chilenos», bastaría con que las licitaciones se reservaran para los nacionales (sin perjuicio de que ese tipo de reservas suelen aprovecharlas los mismos privilegiados de siempre).
4. En conclusión, la opinión manifestada acá, pareciera estar reflejando más la creación de los genios de la «comunicación estratégica», que una posición política propiamente tal.