Hay muchas preguntas que hacerse a una semana del comienzo del incendio aparentemente controlado cuyas respuestas traerán una nueva mirada acerca de qué hacer con respecto a estas instalaciones sanitarias de forma tal de garantizar la calidad de la salud de la población y del medio ambiente.
El marco regulatorio más general para la gestión de los residuos sólidos (RS) viene de 1968 en el Código Sanitario (CS). El anterior era de 1931 y el primero de 1918. Posteriormente hemos tenido decretos como el de diseño de los rellenos sanitarios y otro para la gestión de los residuos peligrosos con los DS 148/2005 y el DS 169/2007, respectivamente. Pero el tiempo pasa y, si entre el primer y segundo Código Sanitario pasaron 13 años y entre el segundo y el tercero 37 años; entre el tercero a la fecha ya van 48 años sin código, ni leyes de residuos.Nuestra recomendación es que aprendamos de los errores: generadores, gestores, fiscalizadores, autoridades, consultoras, ciudadanos y trabajemos en generar una política actualizada de la gestión de los Residuos Sanitarios y un Ley Marco, antes del centenario del primer Código Sanitario, para evitar dos, tres o muchos Santa Marta.
Creo que es una situación única en los países de la OCDE donde las leyes de residuos se modifican en períodos de menos de 5 años. No disponemos de una política actualizada y menos de una Ley General de Residuos. En este momento estamos preocupados de una Ley REP (Ley del reciclaje) que, en el mejor de los casos, cubrirá alrededor del 5% del total de los residuos. Hasta el momento, el enfoque ha sido preocuparse de rentabilizar el negocio, de abrir nuevos mercados tales como el de exportar residuos, pero la mirada no es desde el medio ambiente, lo que explica por qué la LeyREP y por qué no una Ley Marco. Ojalá que, para el 2018, en el centenario del primer Código y el cincuentenario del último, tengamos una Ley General de Residuos (LGR) en el Congreso, al menos en discusión.
En este contexto lo del incendio del relleno sanitario Santa Marta se explica por dos razones. Primero, dos problemas en uno (deslizamientos e incendio) donde seguramente hay fallas técnicas y posiblemente aspectos fortuitos y segundo, un cúmulo de declaraciones de las autoridades y algunos “especialistas de todo y de nada” que denotaban un tremendo desconocimiento del tema con muchas ganas de salir en la foto, en medio de otras opiniones muy acertadas, pero no necesariamente escuchadas.
No es extraño que ocurran estos problemas en un país donde se producen al día alrededor de 56 mil toneladas, de las cuales 16 mil toneladas corresponden a los residuos domésticos y posiblemente unas 40 mil a los residuos llamados asimilables (características parecidas) de otros sectores de la economía (comercio, agroindustrias, etc.). El problema es de tal magnitud que siendo el tema de la gestión de residuos un aspecto ambiental y sanitario fundamental, en una sociedad basada en el consumo de lo desechable que genera y genera residuos, no existe autoridad nacional y regional responsable de la gestión de dichos residuos y las autoridades nacionales o regionales están obligadas a improvisar, cada vez que se habla de estos temas.
Lo importante es que haya autoridades especialistas que, con solvencia técnica, puedan hacer seguimiento a los gestores, orientándolos permanentemente, fiscalizando y si no cumplen, aplicar altas multas. Pero eso no es lo más importante dada la gran magnitud de los riesgos involucrados. Además, se requiere que sean especialistas que puedan orientar acertadamente a la autoridad para que estén en un proceso de mejoramiento continuo en sus prácticas ambientales. Lo realmente importante es que no ocurran estas situaciones, no las amenazas de cierre que a lo mejor no podrán cumplirse.
¿Por qué no existe para los residuos una institucionalidad que opere con la misma eficiencia que las Súper de las AFP, Bancos, Seguros y otros donde lo que se transa y está en riesgo es el dinero y no la salud y el medio ambiente? Si ese es el modelo institucional para la gestión pública ¿Por qué no se hace con la salud y el medio ambiente?
Nuestra recomendación es que aprendamos de los errores: generadores, gestores, fiscalizadores, autoridades, consultoras, ciudadanos y trabajemos en generar una política actualizada de la gestión de los Residuos Sanitarios y un Ley Marco antes del centenario del primer Código Sanitario para evitar dos, tres o muchos Santa Marta. Los indignados de hoy van a ser los que sienten que su seguridad está en riesgo no sólo por los bandoleros de todo tipo, sino también, por una mala gestión de los servicios públicos.
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