El ritmo desbocado al que nos hemos tenido que acostumbrar en lo que a cambios climáticos se refiere, producido por las enormes cantidades de gases de efecto invernadero que estamos produciendo (CO2) y lanzandolo a la atmósfera, han producido alteraciones como la elevación del mar, deterioros ambientales serios en los territorios y transformado este factor en una seria amenaza para el modo de vida en el planeta tierra. Enfermedades que creímos superadas han vuelto y se han sufrido daños irreversibles en infraestructura vital, con pérdidas importantes en la agricultura y con una disminución importante de los recursos hídricos disponibles en las cuencas de agua dulce.
En la actualidad existe evidencia científica que demuestran que el cambio climático llegó para quedarse y que es producto del C02 que tiramos constantemente a la atmósfera. En Chile ha significado un deterioro insoslayable del clima y muchos chilenos han sufrido por esta variable y comunidades enteras se han empobrecido por los desastres naturales y grandes las sequías en el norte del país. Se ha hecho común que por lo menos tres a cuatro veces por año, tengamos que enfrentar desastres naturales y de grandes proporciones producidos por el cambio climático.
En Aysén hemos sentido esas diferencias climáticas. La gran nevazón de hace unas semanas que tanto complicó a la región; en el pasado y no tan lejano como muchos podrían pensar, era la normalidad con la que tuvieron que convivir pioneros, colonos y posteriormente los pobladores hasta mediados de los años 80 del siglo pasado.
Pero a pesar de toda la evidencia científica que está a nuestra disposición, no tenemos una política estratégica responsable para enfrentar esta realidad a nivel de Estado en Chile, que cuente con la proyección de unas cuantas décadas. Se me ocurre pensar que esta falta de previsión no tiene otra explicación, que no afectar los intereses de las grandes multinacionales que explotan nuestros recursos naturales y que cualquier estrategia en este sentido, no está de acuerdo con lo que debe hacerse para enfrentar y defenderse del cambio climático y disminuir el CO2 que producimos.
El desarrollo de un Plan Estratégico en estricta relación con el cambio climático, siempre ha quedado en intenciones y nada más. Los diferentes candidatos que han postulado a la Moneda, han discursado sobre el tema en algunas ocasiones, pero una vez instalados la posibilidad de establecer una estrategia consistente y desarrollar definitivamente un Plan Estratégico y sumar el necesario Ordenamiento Territorial que las regiones necesitan que les permita enfrentar este tema trascendental y asegurar el futuro de Chile siempre ha quedado en segundo plano. A cuatro meses de la elección presidencial, ningún candidato ha hablado de Cambio climático, Ecología, Ordenamiento Territorial y Plan Estratégico de Desarrollo Regional.
Uno de los hechos más preponderantes y responsable por el cambio climático, es la intervención del Amazonas por las grandes corporaciones internacionales. Aunque Chile es miembro de la OCDE, por referencia nada ha hecho por denunciar la funesta intervención de este subcontinente interior. Tema parte de un todo y que con el pasar el tiempo se está transformando en vital, inclusive para un país pequeño y austral como nuestro querido y amado Chile.
En Aysén hemos sentido esas diferencias climáticas. La gran nevazón de hace unas semanas que tanto complicó a la región; en el pasado y no tan lejano como muchos podrían pensar, era la normalidad con la que tuvieron que convivir pioneros, colonos y posteriormente los pobladores hasta mediados de los años 80 del siglo pasado. Aysén como región en vías de desarrollo, debe tener la capacidad de tomar conciencia de la problemática climática y entender cómo afecta su proyección de futuro y desarrollar planes de convergencia que permita enfrentarlo.
Conversando con antiguos pobladores del lago General Carrera que llegaron en los años 20 del siglo pasado y colonizaron el sur de Aysén, me contaban que en ese entonces los inviernos empezaban en abril y terminaban a finales de noviembre. Que no era nada de raro que en diciembre pudiese nevar y que las montañas en esos años siempre estaban nevadas a mitad de faldeo, incluso en pleno verano. Que a orillas del lago General Carrera, era común que nevara a la altura de la panza del caballo y si subías a las tierras medias y altas hacia campos de hielo norte, era natural enfrentar escarchillas y nevazones. Hoy en día en la costa del lago General Carrera no nieva más de unos cuantos centímetros y muchos años ni siquiera nieva, los veranos son secos y muchos arroyos que en verano tenían un flujo constante se secan irremediablemente y pastos como el miel y ovillo suelen no semillar por la falta de agua y nieve en otoño invierno.
Por años me tocó volar con mi gran amigo el piloto regional Ricardo Hein (QEPD) por campos de hielo norte y era visible apreciar desde lo alto el retroceso del hielo año a año. El cambio más perceptible sucedido con el cambio climático en Aysén comparativamente a los días de hoy, es que los campos que en el pasado eran difíciles de trabajar, producto de las grandes nevazones y donde la nieve se pegaba y tapaban completamente desde el otoño a bien entrada la primavera; en la actualidad al nevar menos son más productivos y de pastos de mejor calidad. Los que antiguamente eran considerados mejores predios a orillas de lagos y ríos porque no eran tan nevadores, con el cambio climático se pusieron secos y faltos de agua y por ende menos productivos.
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