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El acceso al agua, un derecho fundamental

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El 22 de marzo ha sido declarado como el día mundial del agua, demostrando,  que poco a poco, van surgiendo procesos de concientización respecto a su uso y consumo sustentable. Sin embargo, en Chile parece que aun no visualizamos su importancia, tanto en aspectos humanos como económicos.

La reforma al Código de Aguas está derechamente estancada: por más que se traten de asegurar derechos a nivel legal, estos no surtirán efectos si no se reafirma ese compromiso a nivel constitucional, ya que es deber del Estado reconocer el “derecho humano al agua”.

El derecho humano al agua implica que los seres humanos tendrán asegurada su cuota del recurso hídrico en casos de sequía extrema. Su consumo y uso para cosas tan básicas como el aseo personal o cultivo propio estaría protegido, y no acontecería lo que en la actualidad sucede: que es que las grandes mineras y empresas agrícolas consuman prácticamente todo el recurso, secando las cuencas y olvidando a la población que también depende del agua para desarrollarse.

Se estima que en Chile alrededor de 500.000 personas son abastecidas por camiones aljibes, justamente las personas más vulnerables. Tanto por su condición de pobreza como por problemas de conectividad; ellos utilizan alrededor de 100 litros de agua per cápita por semana, muy por debajo de lo que la OMS recomienda, que es entre 50 y 100 litros por persona al día,  para garantizar que se cubran las necesidades básicas y evitar que surjan amenazas para la salud.

En el norte del país se produce la situación más grave, ya que las personas ni siquiera tienen asegurada el agua para su consumo personal, esto a raíz de que la minería es un factor económico tan relevante, que ella tiene prioridad en el uso del recurso.

En la zona centro, los derechos de aprovechamiento están sobre otorgados, haciendo uso de éste las personas que se encuentran en las primeras secciones de los ríos, dejando al resto de la gente con muy poca cantidad  de agua para poder regar y consumir.

En la zona sur del país, la situación ya adquiere carácter de emergencia: los animales mueren de sed, no hay forraje y los pocos animales que quedan vivos son rematados a precios muy baratos, dejando a las familias al borde la pobreza.

Sumemos el efecto que genera el fenómeno de La Niña, que nos recuerda cada cuatro años aproximadamente lo frágiles que somos, ya que una sequía puede paralizar a la agricultura y la ganadería, produciendo pérdidas  importantes en la economía del país y también en la propia economía regional.

"La tarea que nos queda como sociedad y al mundo político en general, es luchar para que la Constitución -o tal vez la nueva que se dicte- consagre el acceso al agua como un derecho fundamental, es decir, dando prioridad al consumo humano antes que al uso productivo".

La tarea que nos queda como sociedad y al mundo político en general, es luchar para que la Constitución -o tal vez la nueva que se dicte- consagre el acceso al agua como un derecho fundamental, es decir, dando prioridad al consumo humano antes que al uso productivo.

 

Francisca Ayala-Cea,

Estudiante de Derecho Universidad de Talca.

Programa Asesoría Legislativa Centro Democracia y Comunidad

 

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4 Comentarios

Lisandro Burgos

Estimada, tu enfoque es inadecuado. Te planteas confrontacionalmente, propones una rivalidad que no existe, que no puede existir y que no tiene sentido. Hablas de una rivalidad entre el productor que consume agua para su negocio, y el consumo de agua individual como potenciales enemigos. Tiene menos sentido que los sueños de mi abuelita: La producción del agricultor, de la minera y de quien sea, la consumimos nosotros mismos, directa o indirectamente, y nunca sucederá que llegue a ser más eficiente producir cada cual en su casa que comprar lo producido por otros. El verdadero tema en torno del agua pasa por cuestionarse el desarrollo de tecnologías que reutilicen el agua y que desalen el agua. Lo otro es a nivel internacional y consiste en proteger los recursos hídricos de los vecinos.

Jose Luis Silva Larrain

En esto hay dos puntos: Primero esto de los derechos hay que dejarlo en su lugar; afortunadamente el aire esta disponible para todos, pero si llega el día que haya que instalar máquinas, edificios y pagarle a profesionales y técnicos para que respiremos entonces no sacará nada limitándose a crear mil leyes por garantizar el derecho a respirar porque nos asfixiaremos todos igual si no hay empresas que hagan el trabajo.

En segundo lugar declarar que el agua es de uso publico es lo peór. Sé de un grupo de ingenieros, la mayoría contratistas de mineras, que compró un predio precordillerano en una zona árida de la cuarta región con la intención de invertir en una obra propia de ingeniería para aprovechar mejor las aguas cordilleranas y regar con ellas muchas hectáreas de un valle hasta ahora inerte y solo habitado por un par de caseríos con gente muy pobre y aislada. De haberse concretado el proyecto ese valle tendría otro color, sus habitantes sembrarían y cosecharían en sus mismas tierras ahora inertes, ellos y sus familias prosperarían con un trabajo y una fuente de ingreso que ahora no tienen, el país tendría un nuevo sector productivo, etc.. . Obviamente el proyecto se financia en el largo plazo con la venta del recurso vital que se iba a distribuir, pero no señor, la obra no se hizo viable y no se pudo llevar acabo porque no se puede obtener retorno y ganancias de lo invertido para hacer llegar agua donde no hay. Ahí quedaron los pobladores del valle y sus familias igual de pobres y desamparados porque el agua es de uso público. En ese caso deje que la gente decida si está dispuesta a pagar por el agua o prefiere quedarse sin agua ¿Por qué lo decide usted?

Saludos

Alfredo A. Repetto Saieg

En uno de los bandos de la Junta Militar compuesta por esos genocidas que acabarían con la vía chilena al socialismo, se decía «que las conquistas de los trabajadores logradas hasta la fecha no sufrirían cambios en lo fundamental». Esa fue una de las primeras mentiras de la dictadura, vendrían otras, muchas más: ocurre que desde un primer momento se trataba no solo de resguardar sino también de aumentar a cualquier costo la tasa media de ganancia del capital. Para ello nada mejor que el neoliberalismo, su autoritarismo y despotismo.

La flexibilización laboral sería parte central de la nueva estrategia basada en el libertinaje de los mercados. Lo importante es que pasado tanto tiempo sabemos que este régimen de terror- posteriormente administrado y racionalizado por la Concertación que hoy se dice «Nueva Mayoría»- los asalariados ni siquiera tenemos la posibilidad de acceder al agua para vivir sanamente. Sí tenemos «derecho» a jornadas laborales extenuantes, a los despidos arbitarios, a salarios de miseria y a la tercerización de nuestras labores.

Rodemil Espinoza

Francisca Ayala: Las minorías detentoras del poder y los recursos lo son porque las mayorías se dejan dominar. Las mayorias se tragan lo que las minorias le cuentan, como antaño que los comunistas se comían los niños. Yo digo que EL CHANCHO TIENE LA CULPA porque se traga la comida. Cuando el chancho come lo que le dan, gana el que se la da; mientras el comilón se va al matadero.
Tengo conciencia desde Carlos Ibañez los años 50, siempre escuchando monsergas sobre los derechos del pueblo, la «universidad para todos», la enseñanza gratuita, el cobre para Chile, revolución en libertad, etc. damos un paso y retrocedemos dos.
En cuanto al agua, tenemos mas agua dulce y salada que cualquier país del mundo y nos peleamos por ella.
Las industrias en manos del capital debieran purificar su propia agua del mar. Existe la tecnología y tienen la plata.
La rivalidad con Bolivia y nuestros vecinos debiera tratarse en un contexto moderno de integración de los pueblos. Podriamos negociar los intereses futuros de los pueblos que significa dar una salida al mar basado en los siguiientes principios: FRANJA de TIERRA CHILENA POR TIERRA BOLIVIANA; MAR POR AGUA DULCE DEL TRÓPICO BOLIVIANO mediante un canal transcordillerano para regar el norte de Chile. GAS BOLIVIANO por libre comercio entre ambos países.
En lo interno, los movimientos ecológicos y mediambientales deben ceñirse a leyes pragmáticas de acuerdo a las necesidades e intereses de las mayorías y no de consignas anárquicas propias de quienes desconocen ni valoran el esfuerzo, sangre y sudor de las generaciones pasadas a quienes le debemos el Chile de hoy. La protección de los recursos naturales renovables debe hacerse en base a un desarrollo científico y tecnológico del ecosistema y las fuentes de agua dulce natural como bombear agua de ríos del sur hacia el desierto nortino y/o tratamiento de suelos degradados con suelos salitrosos del norte, etc

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