El Foro Económico Mundial reunido en Davos en el mes de enero reciente, puso una campanada de alerta sobre el aumento de las toneladas de basura electrónica que estamos depositando, activando a su vez un plan especial para enfrentarla.
De acuerdo al informe de la Plataforma para Acelerar la Economía Circular (PACE) y la Coalición de Residuos Electrónicos de Naciones Unidas, la cantidad de toneladas que estamos desechando tienen un equivalente a los 6 kg por persona anualmente, lo cual constituye una cifra que bordea los 40 millones de toneladas.
Lo más preocupante es lo que viene: en 30 años más, ese número se multiplicará por tres.
¿Qué hacer?
Menos del 20% de los desechos electrónicos se recicla. Lo restante termina en vertederos o se intenta recuperar de una manera que pone en riesgo a las personas, los suelos, las aguas y la cadena de alimentación por dicho efecto.
Las instituciones multilaterales que participan y que incluyen a ONU Medio Ambiente, están abogando por una economía circular que use, recicle y reutilice (las 3R) a través del diseño de productos que vengan desde la industria con un camino circular previamente establecido y conocido por el usuario.Menos del 20% de los desechos electrónicos se recicla. Lo restante termina en vertederos o se intenta recuperar de una manera que pone en riesgo a las personas, los suelos, las aguas y la cadena de alimentación por dicho efecto.
Los desafíos suponen la búsqueda de soluciones altamente innovadoras y el compromiso en todas las escalas. Tanta responsabilidad tenemos nosotros en el destino que damos en nuestros hogares a los desechos electrónicos, como también la labor que emprenden las instituciones, las organizaciones y particularmente las empresas -tanto grandes como pequeñas- en la generación de productos que tengan asegurado un tratamiento posterior a su utilización que no ponga en riesgo la salud de las personas y el equilibrio de nuestra convivencia.
En Chile la Ley REP (Responsabilidad extendida del productor) fue despachada en el año 2016 y regula los aspectos principales a los cuales nos hemos referido. A la fecha se han dictado los principales reglamentos que ponen en práctica las regulaciones y el principal desafío como país es que circulen las confianzas para la generación de climas de cambio que cambien las prácticas, hábitos y costumbres para consolidar una manera de relacionarnos con los residuos electrónicos que sea equilibrado con el medio ambiente y la sustentabilidad.
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