En Chile, la legislación no contempla que el emisor de dióxido de carbono (CO2) se tenga que hacer cargo de las externalidades que genera. Es decir, no se le exige internalizarlas. En el caso de la generación eléctrica, las diferentes tecnologías de generación emiten diferentes cantidades de CO2 por unidad de energía en función del combustible utilizado, pero también de otros factores, tales como la eficiencia del ciclo y la normativa ambiental imperante (por lo que es complicado comparar estadísticas de diferentes países). Estimo que en Chile, cada GWh emite un promedio de 900 toneladas de CO2 si es generado con carbón, 800 toneladas si es generado con diesel, 460 toneladas si es generado con gas natural en ciclo convencional y 370 toneladas si es en ciclo combinado. Estas estimaciones permiten, en base a la matriz eléctrica, aproximarse a los datos de emisión de gases de efecto invernadero de la International Energy Agency:
Actualmente, los certificados de reducción de una tonelada de CO2 (CER) se están transando en unos 12 EUR o 16 USD. Si se asumiera que se puede eliminar el 50% de las emisiones mejorando la tecnología a un costo de la mitad del valor del CER por tonelada, y el 50% restante conviene compensarlo mediante compra de CER, se obtiene una estimación de 12 USD por tonelada de CO2 evitado. Así, resulta que cada MWh de una central térmica a carbón recibe un subsidio implícito de 10,8 USD, 9,6 USD en el caso diesel y 4,4 USD en el caso ciclo combinado.
Esto significa que una típica central a carbón de 350 MW operando con un factor de planta de 0,75 recibe casi 25 millones de USD al año en subsidios sociales. Otro dato: en 2008, en Chile se generó 8.005 GWh en ciclo combinado y 26.654 GWh en otras tecnologías térmicas, lo que significa que la generación térmica en Chile recibió subsidios sociales por unos 300 millones de USD en 2008.
¿Cuánto es esto? Alcanza para financiar del orden de 120 MW eólicos. O mejor aún, podemos hacer el siguiente ejercicio: la multa por reincidencia en el incumplimiento de la ley ERNC está fijada en 0,6 UTM, unos 42 USD, lo que hace viables estos proyectos. Tomando un factor de planta de 0,27 y una tasa de descuento de 10%, entregar 300 millones de USD de subsidios a las ERNC hace competitivos unos 300 MW eólicos cada año, capaces de generar unos 25% del crecimiento de la demanda de energía eléctrica.
Cabe destacar que al valorizar por bono de carbono, no se están considerando los perjuicios ambientales, que desde el punto de vista del regulador, que busca maximizar el bien de la sociedad, deben ser considerados.
Desde el punto de vista social, se requiere disminuir las emisiones de CO2 así como de las emisiones locales; desde el punto de vista de la eficiencia económica, es deseable que se le ponga un precio al carbono por representar un mal, y que éste lo tenga que pagar quien lo genera.
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Foto: Discrepant – Dawn / Licencia CC
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