En Quintero-Puchuncaví, una de las zonas más contaminadas de Chile está teniendo lugar un proceso que parece muy interesante. Delegados de la comunidad, empresa privada y autoridades de gobierno, están poniéndose de acuerdo en cómo abordar el gravísimo problema ambiental de la zona, conocido por todos por el reciente -y tremendo- derrame de petróleo y los no tan lejanos episodios de los niños intoxicados de La Greda.
El proceso, conocido como CRAS, acrónimo del Consejo para la Recuperación Ambiental y Social, está implementándose bajo la orientación de un grupo de técnicos expertos -pagados con cifras millonarias por supuesto-que utilizando una sofisticada matriz lógica llevan varios meses analizando las situaciones deseadas, los obstáculos y soluciones, las brechas, y las estrategias y proyectos, divididos en operacionales y estructurales.Si de descontaminar se trata, que se comience por cumplir con las débiles leyes y normativa que tenemos y se opte por mejorarlas. Y se escuche de verdad a la gente de manera seria y vinculante, duélale a la empresa que le duela.
El plan, vendido como un adelanto en participación ciudadana y recuperación ambiental, sería replicado en otras zonas contaminadas del territorio, de las cuales hay bastantes para elegir. ¡Por fin! dirá usted, se empezará a tomar el toro por las astas, y qué mejor que en la zona de Quintero-Puchuncaví, una de las primeras zonas fuertemente industrializadas -y contaminadas- del país.
Ojalá fuese así estimado lector, pero siento contarle que será todo lo contrario: el CRAS será un craso fracaso: no sólo porque a un traumatismo encéfalo-craneano o a una bronconeumonia no se le trata con Aspirinas, sino que, ¿es que aún no aprendemos?, ¡el zorro no es el mejor cuidador del gallinero!
Ambas condiciones, lamentablemente, se cumplen con el intento de implementación de los Consejos de Recuperación Ambiental y Social.
Comencemos por lo primero.
¿Alguien cree que las empresas que son responsables de contaminar con emisiones tóxicas -muchas veces cancerígenas- el aire, agua y suelos de las comunidades aledañas, de buenas a primeras van a reconocer sus responsabilidades y van a invertir las cifras multi-millonarias que se requieren para mitigar y eventualmente prevenir los daños al ecosistema y las personas? Es asunto de sentido común. Además, los habitantes de la zona lo saben muy bien, luego de los magrísimos resultados del Acuerdo de Producción Limpia al que se comprometieron hace algunos años las principales empresas del sector.
Para controlar la contaminación se debe hacer gestión usando las leyes y normas, planes de descontaminación, etc. ¡cuando las hay! También instalando estaciones de monitoreo y haciendo mucha fiscalización.
Pues bien otro de los actores que se sientan a la mesa, son las autoridades gubernamentales, que ni siquiera han sido capaces de que se implementen adecuadamente las pocas leyes que en Chile protegen el medio ambiente. Un par de ejemplos, para los que creen que exagero. En esta zona se implementó el primer Plan de Descontaminación del país y se declaró la primera zona saturada. El programa debiera actualizarse cada 5 años. O sea, debiese haberse puesto al día en 1998, o sea hacen 16 años. ¡Aún no se ha actualizado!
Otra brochecito (de lata). El año 2013 debió comenzar a operar la nueva norma para emisiones de las termoeléctricas en Chile D.S N° 13 del 2011. Pues bien, el Gobierno recién está comenzando a implementar, en algunos sectores, esa norma.
¿Tendrán estas autoridades la voluntad de implementar las medidas que se necesitan urgentemente?
¿Realmente se necesitan más estudios y reuniones? ¡Creo no equivocarme cuando digo que no hay zona cuya contaminación (su extensión, sus efectos y sus causas), hayan sido más estudiadas en Chile.
Si sólo en años muy recientes (2012-2013) se elaboraron cuatro contundentes estudios, con el fin de implementar un Plan de Acción para la Gestión Ambiental por Potencial Presencia de Contaminantes en las Comunas de Concón, Quintero y Puchuncaví. Pues bien, con el cambio de gobierno y con la poco creíble justificación que se necesitaba mayor participación ciudadana, se dejó de elaborar el plan, se decidió implementar un Programa y para comenzar a hacerlo, se contrató a una empresa experta, con el fin de lograr estos acuerdos.
¿Y a quién se eligió para sistematizar este proceso? A Fundación Chile empresa que naciera con capitales de la ITT en los inicios de la dictadura militar y cuyos socios son hoy el Estado de Chile y la transnacional minera BHP Billiton.
¿Una minera y el gobierno de Chile encargados de moderar y sistematizar acuerdos para, entre otras cosas, de una vez por todas cese la contaminación de la Fundición de Ventanas de Codelco? ¡Por favor!
Si de descontaminar se trata, que se comience por cumplir con las débiles leyes y normativa que tenemos y se opte por mejorarlas. Y se escuche de verdad a la gente de manera seria y vinculante, duélale a la empresa que le duela.
Por Cristián Opaso
Periodista Colaborador Fundación Terram
Comentarios
16 de junio
Buenas tardes.
Junto con saludarlos y felicitarlos por su iniciativa nos permitimos llamar su atención, para compartir información importante.
Hemos presentado tecnología eficiente para reducir la contaminación a todos los estamentos del Estado (MMA, MTT, MINSAL, ACHEE, INTENDENCIA RM, etc) y un sinfín de empresas y organizaciones ligadas al transporte público y privado y la conclusión es que es el estado mismo el que impide promover responsabilidad ecológica. Los ministerios y subsecretarías no tienen recursos, atribuciones ni voluntad para adoptar tecnología ecológicamente correcta. Los fabricantes de motores se niegan a homologar dispositivos que reducen sus ventas pero también el consumo de combustibles, aceite y agua y consecuentemente las emisiones de material particulado peligroso. Las empresas se niegan a innovar porque el fabricante los amenaza y les quita la garantía, transformándose en una herramienta al servicio de los que contaminan.
Todo lo anterior es el resumen de un trabajo de varios años en los que hemos recopilado antecedentes y documentos que demuestran la negligencia y abuso al que se somete al ciudadano que intenta promover eficiencia y llamar la atención de autoridades que sólo promueven el lucro a costa de la contaminación que mata a más de 4000 ciudadanos al año.
Buscamos apoyo para presentar las acciones judiciales pertinentes, con la intención de comprometer al estado en la búsqueda de la solución a un problema que persiste por décadas y a los ciudadanos herramientas útiles que permitan mejorar su calidad de vida exigiendo la posibilidad de buscar la mejora continua y la libre administración de su patrimonio junto a provocar economía sustancial y aumento de utilidades a las empresas que hoy están amenazadas por la inminente quiebra.
Para concluir… la CEPAL nos negó audiencia y Municipalidad de Santiago nunca respondió. Ese es el compromiso de las autoridades.
Concordamos plenamente con el contenido del artículo pues no existe voluntad de solucionar el problema, si hasta nos recomendaron cambiar de rubro para vender más cuando ese no era el objetivo de la audiencia.
Algo importante… nadie ha sido capaz de identificar el problema y atacan la consecuencia que es la contaminación mientras las fuentes son hasta subsidiadas (Transantiago).
Saludos cordiales
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