La idea de un Aysén como región pionera en el autoabastecimiento con energías renovables no convencionales es algo que ronda desde hace tiempo. Por sustentabilidad, por costos, por su coherencia con otros sectores productivos como el turismo y con una denominación de origen especial.
Y se anunció la Agenda Energética. No la política nacional, que la misma agenda plantea se elaborará con las comunidades y regiones, sino el derrotero que se seguirá durante este gobierno en tan controversial materia. Temas que de seguro Michelle Bachelet apuntalará durante el tradicional discurso presidencial del 21 de mayo.
Como región esperábamos con interés las definiciones básicas que se darían el jueves pasado en La Moneda. Donde flanqueada por su ministro de Energía, Máximo Pacheco, y junto a representantes del empresariado, académicos, consultores, organizaciones ambientales y funcionarios públicos, la Presidenta entregó los titulares de un documento de 128 páginas.
El interés de Aysén no es espurio.
En primer lugar, no por nada desde hace casi una década nuestra zona se ha convertido en el “territorio salvador” de todos los males que de equivocada política eléctrica que ha tenido Chile. Algo así como el caricaturesco cerdo con la manzana en el hocico del festín que se quieren dar las grandes empresas de todo tipo y pelaje.
Pero no solo por las amenazas externas es que esperábamos el anuncio. También por la necesidad de redefinir la matriz eléctrica y energética en general de Aysén: es una de las áreas con tarifas más caras de Chile (compite con Alto Bío Bío en esta materia), cuenta con abundantes recursos hídricos, eólicos, mareomotrices y geotérmicos que pueden ser utilizados a pequeña escala para su autoabastecimiento, existe una sensibilidad especial por el cuidado ambiental, es un zona aislada por lo cual lo que se haga acá no afectará al resto del país. Y, últimamente, se hace más claro que la calefacción por leña de baja calidad es un tema complejo por lo menos en Coyhaique.
Para ser claros, si queríamos despejar las amenazas que aún se ciernen sobre la región por la ya larga ofensiva de HidroAysén y Energía Austral, esto no ocurrió. El anuncio fue lo suficientemente ambiguo, a pesar de hablar expresamente sobre los recursos hídricos, para permitir todo tipo de interpretaciones.
Esto, principalmente producto de la siguiente frase: “el Ministerio de Energía, junto a los ministerios de Obras Públicas y Medio Ambiente, identificarán en el segundo semestre de 2014 las principales barreras que impiden el aprovechamiento del potencial hidroeléctrico del país y, en particular, el desarrollo de los proyectos en el Plan de Obras de la Comisión Nacional de Energía de abril 2014. Asimismo, propondrán los ajustes legales y reglamentarios para facilitar su aprovechamiento en coherencia con las propuestas, iniciativas y acciones de ordenamiento territorial formuladas más adelante”.
Porque cuando uno revisa el citado Plan de Obras, las dudas aparecen. En proyectos hidroeléctricos se recomienda un “Módulo 05” de 360 MW, que según El Pulso correspondería a la central Baker 2. Extraño aquello, considerando que esa es la más ineficiente de todas: menos generación y mayor inundación. Al contrario, La Tercera señala que las represas de Endesa y Colbún no estarían consideradas en el plan de obras, aunque sí las de Energía Austral.
En el fondo, mucha claridad no existe, más allá de que el propio ministro señaló que HidroAysén no está incluido en la agenda: “El tema de HidroAysén es un caso distinto, lo vamos a tratar como un proyecto específico y hay un consejo de ministros convocado para el mes de junio, presidido por el ministro Badenier (Medio Ambiente), que va a resolver qué hacer con HidroAysén”.
Como una forma de aclarar el enredo –y a falta de un teléfono rojo para llamar a Pacheco y pedirle que dilucide este entuerto- solicitamos vía Ley de Transparencia a la Comisión Nacional de Energía responda a qué proyectos específicos se refieren las iniciativas del Plan de Obras con títulos tan poco claros como “Módulo 04” o “Central Hidroeléctrica 02”, por nombrar solo algunas.
Es así que en el caso de HidroAysén todos los ojos están puestos en el Comité de Ministros de la primera quincena de junio. Y en el de Energía Austral, en lo que diga la Corte Suprema, y también el gobierno, porque de su postura se sabrá si defiende o no la decisión aprobatoria de la represa río Cuervo adoptada por el gobierno de Sebastián Piñera.
Pero Aysén no tuvo un espacio en la Agenda Energética solo por el posible uso de sus recursos hídricos en pos del interés nacional, concepto a discutir cuando sabemos que el cálculo de mayor demanda eléctrica de los próximos años es fundamentalmente para la gran minería, privada y trasnacional. El sector con mayores utilidades en Chile (le sigue el de la electricidad) y que, como han dicho muchos, no fue tocado en el proyecto de Reforma Tributaria.
El anuncio fue contundente. Iniciar “un proceso de discusión técnica y participativa… para la definición de una política energética de corto y largo plazo, que asegure un abastecimiento de energía seguro, a precios razonables y con el máximo aprovechamiento de los recursos propios (energía eólica y mini hidráulica) y la eficiencia energética… del que emanará una propuesta legislativa para el cambio del marco regulatorio que existe para los Sistemas Medianos en la Ley Eléctrica”.
Más allá de que esto demuestra que para rebajar los costos de las tarifas en nuestra zona no son necesarios mega proyectos, la idea de un Aysén como región pionera en el autoabastecimiento con energías renovables no convencionales es algo que ronda desde hace tiempo. Por sustentabilidad, por costos, por su coherencia con otros sectores productivos como el turismo y con una denominación de origen especial.
Tanto en uno como en otro ámbito se requiere protagonismo de la comunidad. De quienes vivimos en la región de Aysén. El ordenamiento territorial y de cuencas serán fundamentales para decidir sobre tan importantes materias.
Esto es así más aún cuando una de las señales que se han dado es que el Estado tomará protagonismo, entre otras áreas, en las de los recursos hídricos y energías renovables. ¿Un posible futuro HidroAysén o río Cuervo público-privado? ¿Y los derechos de agua en manos de Endesa y otras empresas chilenas y extranjeras? ¿Y el proyecto de reforma a la Carta Fundamental para convertir los recursos hídricos en bienes nacionales de uso público de rango constitucional?
Es preciso estar atentos, y participar y movilizarse si así se requiere, porque cualquier decisión que se adopte afectará a los ayseninos de hoy y del futuro. Porque por cierto que es un privilegio vivir en esta tierra; por su naturaleza, por su gente, por su territorio. Pero como dicen que le dijo alguna vez el tío Ben a un desprevenido Peter Parker, al hablar sobre los talentos especiales de ciertas personas, “un gran poder involucra una gran responsabilidad”.
La Patagonia es un lugar excepcional. Quienes lo sabemos y en ella habitamos, también debemos estar a la altura.
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Foto: www.fotopresidencia.cl
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