El ejercicio del derecho a reunión y de expresión en manifestaciones públicas se ha visto opacado por la insistencia de los medios de comunicación y el mundo político en los incidentes y desmanes, más que en el contenido de la protesta social.
El Gobierno y la opinión pública claman por el respeto “de todos” y requieren nuevas medidas para asegurar el orden público: más policías, menos permisos, nuevas leyes. Pero, ¿a qué se refieren con “orden público”? ¿Qué medidas son adecuadas para su resguardo? Estas preguntas, cuyas respuestas se dan por evidentes, requieren ser aclaradas.
El orden público puede ser entendido de dos maneras: como un fin en sí mismo o como un bien instrumental. Un Estado Autoritario supone que el orden público vale por sí mismo ya que el desorden (calificado por el mismo Estado) es contrario a sus posibilidades de mantener el control sobre la divergencia. En un Estado Democrático, el orden público es un bien que sirve como resguardo del espacio necesario para el ejercicio de otros derechos.
Para verificar si en Chile rige una concepción autoritaria o democrática de orden público debemos analizar las medidas tomadas por el Gobierno para su resguardo. En este caso resulta útil distinguir el uso de la fuerza, de la violencia policial. Carabineros está autorizado a utilizar la fuerza de manera proporcional según el ataque que pretende repeler: ante la realización de un delito está en la obligación de detener y puede usar la fuerza física para lograrlo. Algo distinto sucede cuando de manera indiscriminada y desproporcionada utiliza la fuerza para detener, dispersar un grupo de personas y provocar temor. Eso es violencia policial.
El ejercicio de la violencia policial y la criminalización de la protesta social suponen un concepto autoritario de orden público, que afectan gravemente el orden público democrático. Son una demostración de que una vez fracasados los intentos de diálogo político (si es que alguna vez hubo) al Estado sólo le queda responder con (más) violencia, ya que un gobierno autoritario no acepta un “no” como respuesta. Es por este resguardo de este “orden público” que Carabineros, y especialmente las FF.EE. hacen uso de la violencia policial, y esto se relaciona directamente con una política de Estado Represivo, que obedece a la instrumentalización sistemática y estructurada de los movimientos sociales con la clara intención de criminalizar la movilización social. Por ejemplo, a través de la denominada Ley Hinzpeter, se pretende penalizar conductas que en general son parte del ejercicio de legítimos derechos constitucionales. En otras palabras, esta ley penaliza el ejercicio de estos derechos, limitándolos a tal punto de que incurrir en alguna de estas actividades implicaría eventualmente la privación de libertad de una persona.
Además de los asistentes a las manifestaciones (existe un número creciente de denuncias por abusos policiales), son víctimas también de esta violencia policial las personas que se ven afectadas por los desmanes, porque el Estado no se preocupa del resguardo del orden público, teniendo las herramientas para hacerlo. Sólo se consigue aumentar la violencia y generar temor.
Carabineros está autorizado a utilizar la fuerza de manera proporcional según el ataque que pretende repeler: ante la realización de un delito está en la obligación de detener y puede usar la fuerza física para lograrlo. Algo distinto sucede cuando de manera indiscriminada y desproporcionada utiliza la fuerza para detener, dispersar un grupo de personas y provocar temor. Eso es violencia policial.
Un ejemplo clave: en el marco de la manifestación estudiantil del 8 de agosto de este año, se quemaron 3 buses del Transantiago, hubo 75 detenidos en los incidentes, y sólo uno fue imputado por la quema de los buses. Esto quiere decir que la policía se dedicó a detener a quienes no cometieron delitos o sólo faltas menores, además de golpear y amedrentar a los manifestantes, a pesar de que cuenta con todas las herramientas, incluso tecnológicas, para detener a quienes efectivamente cometen delitos.
En conclusión, es en nombre del “orden público” que Carabineros no cumple con sus funciones, agrede a las personas física y sicológicamente, con el respaldo de la política estatal y las autoridades que bajo el discurso de la “mano dura” invisibiliza el problema político de fondo: la resolución de los conflictos sociales.
Es por esto que tiene importancia la denuncia de la violencia policial, como una forma de contribuir a frenar el círculo vicioso de impunidad del abuso de poder de las policías; los mecanismos de control existen, no son perfectos, pero deben ser utilizados. Entonces, ¿qué podemos hacer? Hace algunos días se dio de baja a los carabineros involucrados en abusos sexuales contra detenidas; otros han tenido sanciones por la violencia con que actuaron. Para que estas sanciones no sean la excepción, debemos organizarnos y ejercer las herramientas que el propio sistema nos da: denunciar y presentar querellas. Nos organizamos, como muchos otros grupos, para defendernos de un Estado Autoritario, que en nombre del orden público utiliza la violencia policial para infundir temor cada vez que los movimientos sociales construyen y exigen un mundo digno de vivir.
* Paloma Galaz, Defensa Secundarios
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Paula Rubio
Que necesario que la gente vea y se de cuenta de esto, una vez mas una realidad que no sale en los medios. Gracias a las y los que hacen esta labor imprescindible en Chile.
Grandes valientes!!!
Guillermo Ulriksen
Estimo que tu punto de vista es muy limitado. Es cierto que se deben defender los derechos de los que protestan, pero¿qué pasa con los que sufrimos las consecuencias de la protesta? Por ejemplo, el día que quemaron tres buses, puedo dar fe que vi pasar por las calles Lira, Marín, Portugal, etc. grupos de niños de entre 13 y 15 años, que no iban vestidos de uniforme escolar, con palos, trozos de cañerías, tutores arrancados a los árboles, etc. Ellos iban a hacer desorden, y dudo mucho que entendieran en qué consistía la protesta. Los ciudadanos de a pié sufrimos esos desmanes.
vasilia
tu lo estas diciendo: » niños de entre 13 y 15 años… Ellos iban a hacer desorden, y dudo mucho que entendieran en qué consistía la protesta.»
¿Podemos culpar a las movilizaciones de que unos criajos sean unos delincuentes? No, son los padres de esos criajos los que merecen las criticas y adonde hay que apuntar penalmente, porque es culpa de ellos que esos criajos sean delincuentes. Pero hemos sido testigos de que a esos criajos los dejan libres, mientras que a los estudiantes que se manifiestan los persiguen y los acosan. Vimos, todos, en una de las manifestaciones de este año, como unos criajos estaban haciendo desmanes y los carabineros cargaron contra estudiantes que se manifestaban pacificamente. ¿Que se hara contra el asesino del carabinero? Nada, porque es un criajo delincuente, pero si hubiera sido un estudiante es la hora que le habrian aplicado la ley antiterrorista.
Creo que los ciudadanos debemos empezar a poner freno a la idea que se tiene en este pais sobre delincuencia. No es delincuente el que se manifiesta, como quiere hacernos creer la campaña de Hinzpeter. Los carabineros saben donde estan los delincuentes, saben sus nombres, asi que se les detenga, y nada de compasion, hay que endurecer las penas porque estos desmanes provocados por lumpen son nocivos para la sociedad, y si son menores que sean los padres o sus tutores quienes respondan y que les duela tanto que pongan en riel a sus criajos. Pero no confundamos «lumpen» con estudiantes. No hay que caer en el jueguito de Hinzpeter
danielg
En el artículo menciona y queda reflejada la absoluta incapacidad de Carabineros para resguardar el orden público.
Lo que tu mencionas es parte de esa incapacidad.
Sophia
gracias por el aviso, carlos. etmtcivaeenfe es un copyright heredado de la plantilla que utilizamos en el blog. la licencia real es creative commons (creo que de tipo reconocimiento-no comercial).un saludo,
ANGELA DINAMARCA Z.
Buen artículo, aunque me queda la inquietud con respecto de los carabineros dados de baja por abusos sexuales. ¿Fueron además imputados por los cargos o sòlo la sanción es la baja de la Institución?. De ser así no se daría cumplimiento a la Constitución vigente.