“El arte de gobernar generalmente consiste en despojar de la mayor cantidad posible de dinero a una clase de ciudadanos para transferirla a otra.”
Voltaire.
Un tema recurrente en los medios de comunicación es darnos a conocer distintos casos de supuesta negligencia médica, digo supuesta ya que mientras no exista una sentencia al respecto todo es parte de un proceso e investigación al efecto, pero uno como receptor piensa que como es un tema recurrente por estos medios, uno lo asimila de que es un hecho común y ya está, ya que solamente se remiten a dar a conocer un hecho pero no seguir la huella del mismo y cuál fue su desenlace judicial. Pero esto no es de interés para la prensa, ni mucho menos para los políticos que nos gobiernan y legislan, y esa falta de interés va ligada a distintos factores que entran en juego respecto de la víctima de negligencia médica y que debe luchar contra un gran entramado administrativo-judicial, siendo claramente la figura débil el pueblo en general y paso a exponer estos factores de manera sucinta para que se entienda la dirección de mi exposición crítica.
El primer escalón en el cual debe transitar ya sea la víctima o familiares de ella en caso de muerte es el proceso de mediación, el cual para ellos no es obligación la concurrencia o asesoría legal, y muchas veces debiendo confrontarse en la misma mediación a abogados representantes del establecimiento de salud, quienes ustedes comprenderán argumentarán que todo se hizo en orden y cumpliendo todas las normativas aplicables al proceso sanitario, y como la mediación no es un proceso controversial no es posible realizar un trabajo probatorio acerca de lo que dice o no el representante de la entidad sanitaria y ya es un punto de partida perdido para la víctima y sus representantes. Uno de los pilares y principios en que se basa la mediación en salud, es efectivamente a imponer mesuradamente en la sociedad Chilena un cambio de razonamiento y de búsqueda a sus problemas, y así desjudicializar lo que más se pueda todo hecho acontecido en materia de salud ¿Pero es ello posible?
Sobre todo cuando está en peligro y en juego un bien jurídico tan preciado como lo es la vida humana y consecuencialmente nuestra salud, difícilmente puede lograrse aquello con el solo hecho de incorporar la mediación siendo que muchas veces el trato a los pacientes es cruel y bordea la tortura, por el solo hecho de no tener dinero suficiente para ser atendido en mejores condiciones, mejores condiciones que sí debiese tener nuestro sistema público, y por tanto yo como ente administrativo no puedo esperar un cambio de conciencia si las condiciones no están para ello, así como tampoco la educación al respecto es la mínima, y la preocupación por las autoridades es la mínima, cosa de apreciar los programas presidenciales ¿Cuantos se detienen a realizar un análisis y fijar propuestas concretas y no venta de humo?
Uno de los pilares y principios en que se basa la mediación en salud, es efectivamente a imponer mesuradamente en la sociedad Chilena un cambio de razonamiento y de búsqueda a sus problemas, y así desjudicializar lo que más se pueda todo hecho acontecido en materia de salud.
Y el segundo gran escalón a seguir es el del juicio propiamente tal, un túnel al cual la víctima muchas veces no ve la salida, se trata de juicios de lato conocimiento, y en otras palabras se trata de un empresa y aventura a la vez que se debe arriesgar el demandante, un costo económico altísimo, debiendo realizar un trabajo probatorio enorme para establecer la responsabilidad de la entidad sanitaria y ello en la práctica ocurre por medio de la contratación de peritos especializados en la materia sanitaria, y asimismo un costo emocional tremendo el tener que realizar toda esta mecánica para obtener una “reparación”, que una indemnización no logrará volver las cosas al estado anterior y el daño está hecho, un abuso con el más desposeído, todos tenemos derecho y asimismo la obligación de que cuando se decida el futuro de un país, manifestar nuestros problemas en la mejor elección y no en quien ve todo como un mercado cual explotar.
Nuestra crítica va dirigida a quienes resulten elegidos prontamente como nuestros gobernadores, que ya es hora de implantar un sistema de control respecto de actuar médico, aumentar contratación de profesionales especialistas en salud, mejorar infraestructura y no desperdiciar dinero fiscal, hacerlo pronto de manera urgente en razón de que muere gente por actos de falta diligencia y ya los estamos asumiendo como normal, y eso no puede suceder en ninguna sociedad, los problemas hay que enfrentarlos así y ese cambio y atención por parte de nuestros líderes hará que efectivamente se desjudicialice el tema de la salud y no una mediación forzada y en desigualdad de condiciones.
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rubenlaw21
Estimado Andrés,
Agradezco vuestro comentario a la columna, y en cuanto al análisis que realizas es del caso señalar que mi crítica apunta hacia el cambio de paradigma que se quiso instaurar en la sociedad al incorporar a los juicios de negligencia médica una mediación obligatoria como requisito de procesabilidad, totalmente desequilibrada e injusta al respecto de como debe enfrentarla la víctima y sus familiares, por los argumentos expuestos en la columna, y el hecho de plantear una revisión o control respecto el actuar médico resulta del todo necesario ya que la responsabilidad profesional de los médicos es la respuesta de un estado de derecho, de una sociedad que cree en la justicia, y en el caso, el deber de preservar la salud de los pacientes y por tanto en responder por los errores cometidos en su atención y desempeño. Asimismo, hay que indicar que las personas hoy en día se encuentra mayormente informadas de sus derechos en su atención de salud y el hecho que indiquemos la solución de aplicar un control externo a los profesionales de la salud no necesariamente implica alterar la relación médico-paciente, ya que es la misma sociedad actual es la que ha provocado alteraciones profundas en nuestra salud, fracturando esta relación ya que se ha masificado la concurrencia a ser atendido, ya no trata de un médico de cabecera o atenciones personalizadas no obstante la hora clínica personal, pasa a ser un trato masificado a los mismos en virtud de una salud colapsada.
Andrés Garrido
Estimado, Rubén
Seguramente tienes profundas convicciones para escribir este artículo. Creo que es necesario reflexionar sobre las dimensiones que adquiere el encuentro entre 2 sujetos en un espacio clínico, forma de trabajo que, ustedes abogados, en principio también conocen y que está sujeto a la privacidad, al secreto, promovido por la confianza y validado por la transferencia. Nadie asiste a su clínica jurídica sin pensar en que usted puede ayudarle en algo, pues así mismo ocurre con los médicos. Los encuentros mediados por protocolos, procesos estandarizados y rendimientos horarios han mermado la calidad de la atención en nombre de esta misma calidad. Pretender «Regular» o «Judicializar» que son expresiones técnicas para «Intervenir» o «Entrometerse» habla de lo perdido que estamos en relación a los cuidados de salud. Se debe identificar, por supuesto, si existen malas prácticas pero la idea de «Regular» externamente lo que ocurre en la clínica es avanzar en dirección contraria a lo que usted propone. No será más humano el trato, será más protocolizado, más desconfiado, más judicializado y en definitiva terminar destruyendo el encuentro entre dos sujetos, uno que pretende ayudar y otro que pide ayuda, y transformarlo en un encuentro entre un prestador y un cliente. Creo de esta propuesta de regulación no saldría más que un beneficio para los posibles representantes legales. A diferencia suya creo que el énfasis debe ser ético y político, no deontológico o judicial.-