Ayer en una entrevista el ministro Lavín afirmó que estaba decidido a acabar con los problemas de la educación en Chile, en particular con la brecha entre escuelas municipales (léase: educación pública) y privadas. ¿Es posible hacerlo? ¡No, la educación chilena no tiene solución! Por eso, lo que el ministro dice es una falacia.
En cualquier parte del mundo, el sistema educacional es complejo de modificar porque involucra a casi todos las actores sociales y económicos de una nación. En nuestro país eso no deja de ser cierto: tenemos como involucrados a: los profesores, los padres, los estudiantes, políticos y también a los dueños de colegios (sostenedores) que pueden ser municipalidades (políticos de nuevo) y particulares. Un cambio en el sistema implicaría un gran acuerdo social entre ellos ¿Cómo una sociedad entera puede alinear los intereses de todos? La verdad sea dicha: en las actuales condiciones esto no es posible, ya que sus motivaciones entran en una profunda contradicción. Esta permanente tensión no permite que los actores se pongan de acuerdo. Examinemos una de las más importantes: la de los sostenedores.
Supongamos que usted es el dueño de un colegio y supongamos también que el Gobierno ha anunciado una gran y verdadera reforma que cerrará la brecha entre los colegios públicos y privados (conjeturemos también que son las medidas realmente correctas). La teoría económica clásica nos dice que cuando los colegios públicos comiencen a rendir lo mismo que los privados, los padres empezarían a trasladar a sus hijos a los primeros retirándolos de los segundos, ya que se obtiene igual rendimiento pero a menor costo. El efecto en su colegio y en el de todos los privados sería una baja de la demanda. Por lo tanto, usted verá este anuncio como una amenaza y actuará en consecuencia buscando detener estas medidas. Como individuo no puede influenciar significativamente un proceso nacional pero si usted pertenece a un sector poderoso probablemente moverá los hilos para lograrlo.
En Chile el mundo político (el que hace las leyes) está íntimamente ligado con el de los sostenedores. Tanto en el Gobierno como en la oposición existe una fuerte relación con el mundo empresarial de la educación (como prueba, léase los magistrales libros de María Olivia Mönckeberg). Ejemplos sobran de políticos e incluso periodistas renombrados que pertenecen o dirigen fundaciones educacionales o son lisa y llanamente sostenedores. Si usted pertenece a ese grupo privilegiado, no dudará en hacer llamadas y tener conversaciones para impedir que el Gobierno concrete sus medidas, y si no pertenece a ese grupo poderoso, no se preocupe porque otros lo harán por usted.
En suma, la brecha entre colegios públicos y particulares permite que exista una demanda de matrícula en los últimos y provoca la fuga desde los municipales (caso Cerro Navia)
Si hay alguna lección que nos dejó la escandalosa telenovela de la ANFP es que los intereses de los actores económicos privados (léase empresarios) no están siempre alineados con los del bien común (Esto es lo que Hegel y Marx llamarían una contradicción dialéctica). El problema es que el actor llamado a corregir esta distorsión social, el Estado, tanto en la educación como en el futbol está cautivo por esos mismos actores y no cumplirá su rol de buscar el bienestar colectivo.
Para terminar, ayer Mario Waissbluth de Educación 2020, acusó al Gobierno y al Ministro Lavín de no cumplir su rol de informar. Yo le diría al Profesor Waissbluth que Educación 2020 es una interesante y loable iniciativa (por lo demás tener 75.000 adherentes es más de lo que algunos partidos pueden contar entre sus militantes), sin embargo, creer que la educación en Chile se puede mejorar, en las condiciones actuales del sistema, es una ilusión.
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Foto: Chile ayuda a Chile / Licencia CC
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oinotna
Esto es la pura y santa verdad.
oceanopacifico
…Si que es la pura y santa verdad… pero, de que forma se podría empezar un cambio ?? tal vez modificando la clase política … y digo bien , en Chile hay una «clase» , y es en ese punto donde radica el problema.
Cambiar la normativa , en que los políticos no puedan tener cargos en empresas , y tampoco vincular la educación con las municipalidades , por que , en un primer momento también se puede desde ahí generar doctrina.
El cambio se puede, con el acuerdo de la gran mayoría de los ciudadanos ; y no por consenso de las fuerzas políticas.
iedusal
Y a parte del pesimismo descriptivo, ¿qué más?