He leído en muchas ocasiones a personas hablar de lo fácil que fueron las cosas para los chilenos que salieron a vivir en el exilio. Sé que la experiencia no fue la misma para todos y por ello me molesta ver metidas en una misma bolsa a todas las vivencias del exilio.
Parece reinar una fantasía de que los exiliados salieron a tenerlo todo fácil, a tenerlo todo regalado y a mí sólo me basta conocer la experiencia de mis abuelos maternos para darme cuenta de que no fue así. Ellos llegaron a Canadá, como dicen, con una mano a’lante y la otra atrás. Salieron de Chile durante la primavera para llegar al otoño Canadiense, sin una prenda de ropa que les permitiese cortar los vientos helados del norte y, lo que es peor, sin entender el inglés, sin conocer la cultura. ¿O creen acaso que salieron todos como pijos y rubiecitas de DC a seguir gozando de la plata que ya gozaban en Chile?
Una vez asentados, los frutos de su trabajo no fueron sólo para ellos y sus tres hijos, de cada tres dólares o centavos se iba uno para Chile, para el partido, para apoyar a los compañeros que seguían. Las peñas, el boicot, el trabajo en el partido, las marchas, las vigilias, fueron todas parte integral de su vida en Canadá.
Siempre mirando hacia el sur, nunca echaron realmente raíces allá, siempre pensando en volver, siempre añorando regresar. Cuando viajaron los hijos a Cuba a estudiar, también lo hicieron pensando en el retorno.
Me cuesta creer que haya quienes consideren una salida fácil dejar a la fuerza el lugar donde te criaste, donde está tu familia, donde hiciste un proyecto de vida, un proyecto político, un proyecto de país.
La dictadura creó en nuestras familias una fractura irremediable, una separación entre la vida de abuelos, padres e hijos quienes se desarrollaban en distintas partes del mundo, muchas veces sin poderse hablar o encontrar.
Yo no sabía qué era este Chile de mi madre o por qué hablar de Chile era alegría, pero también horror. Para mí, mi país era Cuba y no conocía, a mis cortos seis años, otra realidad cotidiana que no fuesen mis vecinas las jimaguas o mi círculo infantil. Mis abuelos paternos, mis tíos y mi vida eran ahí, no en Chile.
En Chile me sentía perdida, llegamos a Matucana y mi mamá me advertía que ya no podía salir a la calle porque aquí en Chile no era seguro, porque aquí había mucha gente mala. ¿Entonces porqué vinimos? ¿Porqué volver a este país que no es el que dejaste y que nunca lo será? ¿Qué es lo que nos ata a un pedazo de tierra?
En Chile me sentía perdida, llegamos a Matucana y mi mamá me advertía que ya no podía salir a la calle porque aquí, en Chile, no era seguro, porque aquí había mucha gente mala. ¿Entonces porqué vinimos? ¿Porqué volver a este país que no es el que dejaste y que nunca lo será? ¿Qué es lo que nos ata a un pedazo de tierra?
Mi tiempo en Cuba pensando en Chile, mi tiempo en Chile pensando en Cuba, terminan por no dejarme atada a nada, a no tener arraigo a ningún lugar, a no sentir pertenencia por nada y esto no surge de mudarse a otro país por estudios o por placer, esta es una realidad que emana precisamente desde el exilio, desde la remoción forzada.
El exilio de los padres, el doble exilio de los hijos y la fractura de la familia nunca fueron dorados. Es por ello que se vuelve necesario rescatar esta vivencia y re-construirla desde la familia, enmendar los lazos rotos.
Proyecto Hijos del Exilio
En torno a este tema mi compañero ha ideado un proyecto llamado «Hijos del exilio» y que busca recoger en un libro las historias de dos familias de exiliados chilenos que se encuentran en el destierro para volver a un país muy distinto del que dejaron. Queremos mostrar una historia real y que representa a muchos chilenos que hace 40 años debieron partir y dejar la patria para hacer patria en otro suelo. Con este proyecto esperamos no sólo recordar, pues la historia del exilio se traslada a nuestro presente, sino que motivar un diálogo intergeneracional que permita co-construir nuestras nociones sobre el pasado.
Este proyecto ha sido presentado a diversos fondos, entre ellos el premio Imagina Chile. Para apoyarnos y votar para la realización del proyecto los invito a ingresar aquí
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http://elquintopoder.cl/justicia/hijos-del-exilio/ | Hijos del exilio
Hayllin Daniela Diaz Fuentes
Ola soy chilena y estoy buscándo a mi abuelo que se fue para canada cuándo fue la dictadura en chile el se llama romulo del carmen saldaña abarzua el es recidente en canada Edmonton y me gustaria que mi Mamá lo conociera queria decirle que cualquier cosa me contacten .
maria santibañez
A TUS ABUELOS LES TOCO, TRABAJAR POR SU FAMILIA SON UNOS DE LOS POCOS DESAFORTUNADOS O SERÁN AFORTUNADOS, DE DECIR CON ORGULLO LO QUE TENEMOS ES GRACIAS A NUESTRO ESFUERZO , CIERTO TIENES RAZON NO TODOS DEBEN ESTAR METIDOS EN EL MISMO SACO DE LOS QUE VIVIERON A COSTA DE OTROS. REGRESANDO AL .PAÍS SE ADUEÑARON DE LA DEMOCRACIA CULPABLE LA CRUELDAD DE LA DICTADURA , ESPEREMOS QUE EL NUNCA MAS SEA REAL NO MERAS PALABRAS, LAS FRACTURAS SANAN DEPENDEN DE NUESTRA CRIANZA DE LOS LASOS FAMILIARES ,DONDE REINEN EL RESPETO TOLERANCIA AMOR MIRAR ADELANTE POR UN FUTURO MEJOR SIN VENGANZAS NI ODIOS, ESPERO SE REALICE VUESTRO PROYECTO