El fin al «pacto de silencio» que por casi 30 años mantuvieron los integrantes del grupo de exterminio que quemaron vivos a Rodrigo Rojas de Negri y a Carmen Gloria Quintana aquel nefasto día -2 de julio del año 1986-, abre una ventana de esperanza para los miles de familiares de las víctimas de los crímenes que aún mantienen impunidad.
[texto_destacado]La confesión del aquel entonces conscripto Fernando Guzmán puso fin -al menos, en el caso de Rojas de Negri- a esta práctica de silencio mafioso, silencio que sigue enlodando a las Fuerzas Armadas de Chile, por cuanto sus actuales mandos no han sido capaces de romperla.
En distintos momentos, las instituciones democráticas han ofrecido a las jefaturas de las Fuerzas Armadas la oportunidad de decir la verdad y de aliviar el dolor que aún sostienen quienes sufrieron crímenes atroces por parte de los escuadrones de exterminio de la dictadura de Pinochet. Mas ninguna de estas oportunidades ha sido honrada por ellos; por el contrario, prefieren mantener los «códigos de silencio» bajo los cuales los criminales han garantizado su impunidad.
Hoy, la confesión del ex militar Fernando Guzmán, viene a establecer algunas verdades muy importantes, de allí su altísimo valor. La primera, es que existe el pacto de silencio mantenido a fuerza de amenazas criminales; luego, las Fuerzas Armadas saben la verdad y la siguen ocultando, especialmente en los casos de los detenidos desaparecidos, manteniendo con ello las heridas de sus familiares intactas; y tercero, aún existe la esperanza para llegar a la verdad y a la justicia mientras se rompa este pacto criminal que sigue protegiendo a los asesinos.
Hoy, la confesión del ex militar Fernando Guzmán, viene a establecer algunas verdades muy importantes, de allí su altísimo valor.
Este es un gran momento para los Derechos Humanos; es, para cientos, una luz al final del túnel.
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Marcia Rivera
Solo la verdad os hará libres, los hay quienes vieron, los que actuaron, los que fueron obligados… pero ay !!! son muchos los que no tuvieron piedad y con gusto repetirían sus crímenes, cosa de asomarse a las Redes Sociales y leer con espanto que sostienen el horror de lo pasado y en donde hasta el menos avisado les advierte su autoría.
Una ex PP me contaba que los aullidos de uno de sus ex violadores al caer en agonía se oían a cuadras a la distancia, otro al que encaró, lloraba junto a su mujer que se enteraba de su actuación… la imaginé en sus 18 años si aún es hermosa, iba a votar en el Norte pero siempre acompañada por el temor que aún le provocan los uniformados que la ponen en crisis y vuelve a sus cuadros de locura y espanto en
Un Regimiento una y otra vez un día de muchos desgraciados de un año maldito que nunca debió existir
Hoy uno que se atreve en un año que debiera ser recordado como el que dio comienzo al fin ya que siempre hay una puerta que se abre pero cuidado que puedes pasar por el lado y no verla y ese sería el fin de tu fin
ROLANDO MÉNDEZ BRIERES
CIERTO. ES UN GRAN MOMENTO PARA LOS DERECHOS HUMANOS. ESTA RUPTURA DE ESTE PACTO DE SILENCIO ES ALTAMENTE POSITIVO. QUEDAN MUCHOS OTROS QUE QUIZÁS NUNCA SE ROMPERÁN PERO LA MEMORIA HISTÓRICA DEBE SEGUIR CRECIENDO PORQUE UN PAÍS QUE ESCONDE SUS CRÍMENES CARECE DE VALOR PARA GRANDES EMPRESAS QUE SOLO LOGRAN QUE LA DIGNIDAD DE UN PAÍS VALGA ORO. BUENO, MUY BUENO