Cuando escribo estas líneas, ya son más de 680 alumnos/as, exalumnos/as y personas vinculadas a la Universidad Católica de Chile que han suscrito la carta que el viernes pasado hicimos pública y a través de la cual solicitamos a Monseñor Ezzati, Gran Canciller de nuestra universidad, remueva al sacerdote Andrés Arteaga de su cargo como Vice Gran Canciller.
Al hacerla pública, intentamos plasmar el rechazo ante lo evidente y algo que ya era comentario en las redes sociales en Internet y entre nuestros círculos de amistades ligadas a la UC: condenado por el Vaticano el sacerdote Fernando Karadima, era necesario enfrentar –desde la sanción social- a quienes integraban su red de protección y que pese a la contundencia de las pruebas, a lo largo de este tiempo han atacado a los denunciantes y deslegitimado sus acusaciones.
Arteaga encarna ese manto de oscuridad que se ha querido tender sobre el largo historial de abusos perpetrados por Karadima. Un historial que ha dañado a la Iglesia chilena –la que en el pasado se levantó en defensa de los atropellos a los derechos humanos- y que puede seguir dañándola, desde las posiciones de autoridad que quienes lo defienden aún ocupan.
Somos muchos los que sentimos que nuestra Universidad debe actuar con prontitud y en consonancia con la sentencia del Vaticano.
Por eso, muchas gracias a quienes han adherido hasta el momento. Los invitamos a seguir apoyando esta acción, difundiéndola entre sus cercanos de la gran comunidad de la UC.
¿Cuáles son los próximos pasos?
Queremos llegar a 1.000 adherentes de la carta. Una vez alcanzada esa cifra, debemos revisar la lista de firmantes, para depurarla de duplicaciones o firmas que no correspondan. Es importante confirmar que todos quienes la hayan suscrito sean alumnos/as, exalumnos/as o estén vinculados laboral o pedagógicamente a la UC.
Tras esto, que esperamos ocurra en los próximos días, proponemos que la entrega de la carta a Monseñor Ezzati sea un acto colectivo, al que están invitados todas las personas firmantes de la carta. Sabemos que es imposible que todos los firmantes concurran, pero es importante hacer expresa nuestra intención: el movimiento para remover a Arteaga no es sólo un conjunto de clics en un sitio web, son ciudadanos organizados, que desean y promueven el mejor futuro para la Universidad Católica de Chile. En ese futuro, encubridores de delitos no tienen cabida.
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