En la segunda fase la prensa poco a poco se fue olvidando de los «Malos» y recordando a «Los 33 Héroes». Hoy me permito preguntarle a las autoridades ¿Donde están Alejandro Bohn y Marcelo Kemeny? Dueños de la Mina San José, de su seguridad y del cuasi delito de homicidio de 33 hombres? Pero a 2 años de la tragedia ninguna palabra fue dedicada por los medios a informar de la situación actual, lo último que se dijo es que los dueños de la Mina es que se habían declarado «En Quiebra»
Hoy dejaré de lado mi tradicional columna de educación para hablar de un tema que me inquieta bastante y que ningún medio tradicional aborda, hecho que nos obliga a crear conciencia como columnistas ciudadanos que somos.
Hace unos días se cumplieron dos años de aquel fatídico momento cuando 33 hombres quedaron atrapados en el fondo de la Mina San José. Sin embargo, el verdadero fondo del asunto parece haber sido olvidado por el Presidente y la prensa tradicional.
En primer lugar recuerdo como la noticia de los 33 mineros se conoció. Fue brevemente mencionado en los noticieros, sin grandes detalles, pero una vez que el presidente Piñera se hizo cargo del asunto se transformo en, lejos, el tema más cubierto por la prensa a nivel nacional.
Esto se dividió en 3 fases, la primera la titularía «accidente laboral», con una nota diaria sobre los trabajos de excavación desde que el Presidente decidió hacerse cargo del tema. La segunda fase, «Estamos bien en el refugio los 33», aquí es cuando se conviete en un reality que ni Nakasone podría haber hecho mejor, al menos 3 reportes diarios desde el campamento esperanza en los matinales, cada cosa por la que pasaban los mineros era sumamente destacada y abusivamente difundida como si no hubiese delincuencia ni otras noticias.
En esta fase el presidente Piñera con la convicción que le caracteriza decía: «aplicaremos todo el rigor de la Ley a quienes resulten responsables de este accidente» y es en homenaje a aquellas palabras tan bellas, pero abstractas, y tan ligeras que el viento parece habérselas llevado que he titulado así mi columna.
En la segunda fase la prensa poco a poco se fue olvidando de los «malos» y recordando a «los 33 Héroes». Hoy me permito preguntarle a las autoridades ¿Donde están Alejandro Bohn y Marcelo Kemeny? Dueños de la Mina San José, de su seguridad y del cuasi delito de homicidio de 33 hombres? Pero a 2 años de la tragedia ninguna palabra fue dedicada por los medios a informar de la situación actual. Lo último que se dijo es que los dueños de la Mina se habían declarado «en quiebra»
¿El hecho que los 33 mineros hayan salido vivos los excluye de sus responsabilidades al tener en un ataúd subterráneo a sus trabajadores? Pues !NO!
En aquella ocasión, el gobierno prometió una Ley de Seguridad Laboral con bombos y platillos. Al momento del rescate, el presidente dijo que «ningún minero tendría que arriesgar su vida de ahora en adelante» pero su afirmación no tiene ningún sustento en el sentido que han muerto más de 20 personas y esto no solo afecta a los mineros. Hace poco tiempo, un reponedor, en su primer día de contrato, falleció mientras hacía su trabajo. Feliz porque se ganaría unos pesitos para su familia en las vacaciones de invierno, pero no, ni siquiera alcanzo a recibir su diploma de cuarto medio. Además aún no se visualiza un esbozo de las mejoras laborales que se prometieron.
Vamos más atrás en el tiempo, a Febrero de 2010 en Concepción, para revisar a este grupo de empresarios homicidas de los cuales ni siquiera se dio a conocer su nombre. Me refiero a los dueños del Edificio Alto Río, sí, el mismo de aquellos que quisieron comprar un departamento, una vivienda, y que por esas cosas de la vida el sueño de la Casa Propia terminaría siendo su tumba por la irresponsabilidad y avaricia de los constructores que se ahorraron el mínimo de seguridad que un edificio debe tener.
Ambos casos tienen un factor común que provocó los desastres ¿vamos a seguir permitiendo que la avaricia de algunos ponga en peligro nuestras vidas? No aparece como un deber ciudadano el marchar por estas cosas. No, simplemente porque yo no tenga parientes involucrados en estas catástrofes quiere decir que mañana la avaricia de alguien ponga en riesgo mi vida y tampoco que uno es inmune ¿Por que las autoridades y la prensa tienen una memoria tan frágil y vulnerable para exigir justicia en estos casos? Pero, sin embargo, si son capaces de acordarse del caso de Pitronello.
¿Por qué quienes cometen crímenes por avaricia parecen tener un «Escudo de gravedad» cuando se les aplica «Todo el Peso de la Ley»? ¿Por qué tienen el poder de borrarse de la memoria de la prensa tradicional y de las autoridades tan fácilmente?
Una pregunta que quiero que se cuestionen y reflexionen
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