Las cifras de las herramientas digitales nuevamente nos sorprenden, y si las elecciones para nombrar al 58º Presidente de los Estados Unidos fueran a través de Facebook, nos llevaríamos una increíble sorpresa.
Cuando Barack Obama se lanzó en la carrera presidencial en 2008, fue rápidamente –y por mera casualidad- apodado el rey de las redes sociales.
Fue el primero en la historia, no sólo de los Estados Unidos sino del planeta entero, en destinar dinero y un equipo exclusivo para explotar su presencia online, y a la vez conseguir llegar a las audiencias que no le estaban prestando atención a través de los medios tradicionales. Su estrategia se repitió cada vez más profesionalmente en 2012. Con los años, ha llegado a tentar a varios otros candidatos en todas partes del mundo para imitarlo.
La política, y la forma de hacer campañas, ha cambiado desde hace algún tiempo. Los medios sociales han sido los principales responsables mediadores en esta ola de exigencia de nuevas libertades y derechos, y con ello también el principal motor transformador en la manera en que los votantes se informan.
Antes, e incluso todavía en algunos rincones del planeta, los candidatos se esforzaban en imprimir panfletos propagandísticos con sus programas, gastaban dinerales en viajar por los territorios intentando conocer las necesidades de sus ciudadanos, e invertían mucho tiempo en grabar extensas franjas políticas que obligaba a la audiencia a estar en cierto horario frente a la TV para conocer las propuestas. Nada de eso es necesario con Facebook y Twitter a un par de clicks de distancia.
Si los likes de los candidatos que postulan a ser nominados por los partidos Republicano y Democrático de los Estados Unidos fueran votos, el candidato republicano Donald Trump estaría ganando la elección, y por un amplio margen.
Mientras las estadísticas según el HuffPost Pollster dicen que la aprobación de los actuales candidatos está liderado por Bernie Sanders con el 49,6%, seguido de Hillary Clinton con 42,8%, Marcos Rubio con 42,1%, Donald Trump con 38,3% y Ted Cruz con 37,2%, el número de likes en sus respectivas páginas de campañas registran que Trump lidera entre la audiencia digital con casi 5.750.000 fans, seguido muy por debajo por Sanders (3.110.000) y lejos de Clinton (2.476.000), de Cruz (1.903.000) y de Rubio (1.287.000).
El uso e importancia de las redes sociales en las campañas electorales no es un tema nuevo en los círculos académicos. Un estudio de la revista Nature demuestra que los contenidos recibidos a través de Facebook tienen un amplio impacto en los votantes y que incluso un mensaje estratégicamente publicado puede redirigir los destinos de una elección con más o menos 340.000 votos.
Ipsos-Mori y Kings College de Londres, por otra parte, dicen que las redes sociales tienen un mayor impacto en el segmento de millennials entre 18 y 24 años, quienes en un 34% creen que leer algo en sus cuentas de Twitter o Facebook influencia su voto, solamente superado por los debates en televisión.
Un tercer estudio de la Universidad de Chicago y Mills College, establece que el 41% de los jóvenes entre 15 y 25 años han compartido algún mensaje de tinte político entre sus contactos sociales, quienes tienen muchas más probabilidades de votar que los que nunca han compartido contenidos de este tipo.
Indiscutiblemente las redes sociales son un indicador que debe ser tomado en cuenta al momento de analizar el apoyo popular. Las encuestas telefónicas o las presenciales han dejado de tener la misma efectividad que una digital. Está comprobado que las personas responden mejor y más fielmente a sus verdaderas creencias cuando no tienen a otro humano apuntando sus respuestas.
Las cifras de las herramientas digitales nuevamente nos sorprenden, y si las elecciones para nombrar al 58º Presidente de los Estados Unidos fueran a través de Facebook, nos llevaríamos una increíble sorpresa.
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