Muchos creyeron que por negro, Obama representaría un cambio trascendente en la política interna y externa de Estados Unidos, pero el buen samaritano resultó negro de balde. Un negro afín al sistema y tan Ku Klux Klan como la propia Hillary Clinton y Trump.
No hay punto de comparación ni como ser humano, ni como político, entre él y Martin Luther King o el propio Malcolm X; sin embargo, el buen Obama -como buen oportunista- los utiliza en sus discursos, así como también utilizó el 50 aniversario de las marchas en Selma, Alabama, para tomarse la foto y figurar una memoria histórica que no tiene. Porque en sus narices los policías blancos asesinan negros como quien mata perros callejeros. El buen Obama se dispuso a construir un monumento a Martin Luther King para honrarlo, sin embargo, cada día como Presidente toma decisiones que lo avergonzarían.
Un injerencista, invasor, genocida, un Nobel de la Paz desperdiciado. Un mentiroso que ofreció una Reforma Migratoria Integral y que utilizó como slogan de campaña una frase de Dolores Huerta para acaparar el voto latino (“Yes, we can”) y, en respuesta al apoyo, fue el presidente que más indocumentados ha deportado en la historia de Estados Unidos, cosa que no han hecho ni los republicanos. No solo, también -calladita la boca- militarizó desde la frontera sur de Estados Unidos hasta Honduras, con el Plan Frontera Sur y Maya-Chortí. Le ha dado continuidad al Plan Mérida, implementó el Plan Alianza para la Prosperidad y también mantiene vigente el Plan Colombia. Sin embargo, se irá sin haber implementado el ALCA en Suramérica.
¿Motivo? Refrescar el Plan Cóndor en la región. El buen Obama, con su maquinaria destructiva y a través de las embajadas de Estados Unidos en Latinoamérica, ha mantenido vigente la injerencia y el saqueo en países con gobiernos de corte neoliberal. El buen vecino del norte del continente dio golpe de Estado a Zelaya en Honduras, a Lugo en Paraguay y a Dilma en Brasil. Intentó, en innumerables ocasiones, el mismo procedimiento en Argentina con Cristina, en Ecuador con Correa, en Bolivia con Evo y en Venezuela con Maduro: tuvo el descaro de firmar un decreto contra Venezuela que invita a una invasión militar.
Llenó de bases militares estadounidenses México, Guatemala, El Salvador, Honduras, Panamá, Colombia, Perú y Paraguay y ahora mismo lo está haciendo en Argentina con el gobierno de Macri. Con Cuba tuvo un acercamiento que le sirvió para la foto (como haber ido al homenaje a Mandela en día que murió), porque en ningún momento tuvo la intención de eliminar el bloqueo ni de devolver Guantánamo, acciones vitales para un inicio de relaciones entre ambos países.
Un injerencista, invasor, genocida, un Nobel de la Paz desperdiciado. Un mentiroso que ofreció una Reforma Migratoria Integral y que utilizó como slogan de campaña una frase de Dolores Huerta, para acaparar el voto latino (“Yes, we can”) y en respuesta al apoyo fue el presidente que más indocumentados ha deportado en la historia de Estados Unidos; cosa que no han hecho ni los republicanos.
El buen Obama se va con invasiones y bombardeos en Irak, Yemen, Afganistán, Pakistán, Somalia, Siria y Libia. En los tiempos de Bush nos hicieron memorizar el nombre de Al Qaeda y nos vendieron la necesidad de salvar a aquellos países del terrorismo; en el tiempo de Obama nos hablaron de un Estado Islámico. Imaginemos si Hillary Clinton hubiera ganado la presidencia: nos hubiesen dicho al centavo que hay terroristas en Venezuela y hay que invadir para ir a salvar al pueblo de las garras del dictador Maduro. Claro, hay que esperar a ver con qué viene Trump.
Obama se lleva las manos manchadas de sangre por la cantidad de vidas truncadas en su sed de invasión, de oro y petróleo. No hay que olvidar que lo mismo que le hizo Bush a Saddam Hussein le hizo Obama a Gaddafi.
Obama no tiene más que la excelencia en oratoria; le faltaron agallas y humanidad para defender el legado de Las Panteras Negras, de Martin Luther King, Rosa Parks y Malcolm X. Obama le faltó a la memoria de los tantos negros asesinados en Estados Unidos en crímenes de odio. Le faltó a su sangre, a su comunidad, a su herencia y a sus ancestros. Es en su totalidad, un negro por gusto. Un negro catrín, que prefirió el camino de los ingratos. Y como ingrato no merece la inmortalidad.
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Sergio A Godoy
Que comentario mas racista, mal intencionado y desinformado. Se nota la falta total de objetividad producto del resentimiento social que vivio toda su vida la Sra Ilka. De seguro nace de haber sido descriminada por ser india pobre en su nativa Guatemala, perseguida incluso por sus mismo pueblo y la clase corrupta de su pais. De ahi su emigracion a los EEUU, que jamas la invito. Yo he leido muichos de sus articulos y a pesar de no estar totalmente de acuerdo con sus comentarios, le respete sus puntos de vista producto del tipo de vida que le ha tocado vivir. Con un articulo tan suciamente escrito, mi querida Ilka,creo que le he perdido el respeto y los lamento, ya que consideraba que sus articulos tenian validez producto de un analisis y objetividad propia, que ha demostrado que carece. Lo siento mas por mi que por usted.
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mejor un perro que ladra furioso que uno que se acerca meloso y termina mordiendo. De el primero se sabe qué esperar, pero, del segundo, se puede caer en la tentación de confiar en él, para que al final sólo te muerda.
Los presidentes de estados unidos deben ser la cosa más manipulada en la tierra. Sólo son una fachada de un imperialismo que no pretende tener límites a su sed de control, poder y conquista.