La presencia del canciller boliviano David Choquehuanca en Chile, realizando una visita de inspección a puertos chilenos, es absurda desde todos los puntos de vista. ¿Por qué se permitió que Choquehuanca y su séquito ingresaran a Chile, causando los problemas que ha provocado, aun cuando se le señaló que sólo podía ingresar como “turista”? No lo hizo, vino como canciller, y está exigiendo un trato oficial, lo que es permitirle montar su numerito.
Un numerito que no tiene nada que ver con la demanda que tiene Bolivia contra Chile por los supuestos derechos expectaticios. La Haya específicamente indicó que no va a oír ni a discutir nada sobre el tratado de 1904 porque la misma Bolivia cerró esa puerta. Se puede pensar que la venida de Choquehuanca se relaciona con la demanda interpuesta por Chile por el Silala. Error: Bolivia sabe que no tiene absolutamente ningún argumento que defienda su posición, no si quiere tener alguna chance por el Lauca, cosa que va a estar difícil porque cualquier argumento sobre el Lauca anula la posición boliviana por el Silala. Bolivia señala que, en su condición de Estado aguas arriba respecto del cauce del río internacional Silala, lo hace dueño soberano de su caudal y que Chile utiliza el total de sus aguas sin su consentimiento y sin pagar por aquello. Pero Chile es Estado de aguas arriba respecto del Lauca. ¿Por qué darle derecho a Bolivia a hacer lo que quiera con Silala, mientras le niega ese mismo derecho a Chile? Ademas, el desvío no tenía por qué constatarlo Choquehuanca porque Bolivia lo sabe desde 1962, y fue una de las razones para que Bolivia rompiera relaciones con Chile. Se puede también pensar que la idea de este montaje es tener argumentos para ir a un arbitraje con Chile. Pero para ir a arbitraje necesitaría que Chile también quiera, y Chile no lo hará (no debería hacerlo), y a Bolivia no le conviene, no si quiere que se mantengan las ventajas que le da el Tratado de 1904 y que podría perder.Las cosas en Bolivia están extremadamente turbias, de ahí que era imprescindible que Choquehuanca montara el show completo, para revitalizar la imagen alicaída de un Morales cada vez menos seguro en el poder
Entonces ¿para qué todo este show?
Para lo de siempre: otra vez Bolivia usa artificialmente a este país para tapar conflictos internos. En este caso, con el gremio de camioneros.
No es la primera vez ni menos la más reciente en que Evo Morales tiene que enfrentarse al gremio de camioneros de su país. De hecho, en los últimos 4 años, ese gremio ha paralizado al país en más de una ocasión, causando graves perjuicios económicos a la carga chilena, brasileña, peruana, argentina, sin que Bolivia haya hecho nada para compensar.
El actual conflicto se arrastra desde enero del año 2016. Los camioneros exigen al gobierno boliviano la modificación de los cobros tributarios que se realizan en el sector, al considerar que son objeto de cobros a sus utilidades muy altos, sin que se les permita reducir esas cifras como a otros sectores. Ello porque en Bolivia las personas pagan impuestos en relación con sus ingresos. Además, como han señalado los miembros del Comité Ejecutivo del Autotransporte Pesado Nacional (Ceatpenal), solicitan la universalización de facturas; prescripción de deudas a los cuatro años y asumir el problema de la deuda hereditaria para que los hijos y nietos no se queden con la obligación, y la reposición del 30% y 70% del combustible. La respuesta del presidente Evo Morales no ha variado desde febrero: el transporte pesado está ganando muy bien y la exportación e importación han crecido bastante, por lo que no piensa acoger las demandas de los camioneros, aun cuando en el caso de los diversos bloqueos de carreteras no se afecta solo a Bolivia, sino a Perú, Argentina. Brasil y a Chile, incumpliendo las obligaciones contraídas con el MERCOSUR y con esos países.
Al margen de si se puede o no estar de acuerdo con los camioneros bolivianos y sus medidas de presión, dado el perjuicio que ello causa, el tema particular de las deudas hereditarias es interesante de considerar en su gravedad. Según el Código Tributario, si se da el caso de un contribuyente fallecido, los activos y pasivos (derechos y obligaciones) del sujeto pasivo pasan a los sucesores o herederos, y si no se notifica el fallecimiento en el plazo de 30 días, se aplicarían multas de 1000 Unidad de Fomento a la Vivienda (UFV) a personas naturales y 2000 a personas jurídicas. Pero eso no es lo curioso sino el hecho que las deudas tributarias caen sobre los herederos universales ilimitadamente. Esto quiere decir que si por ejemplo la deuda es mayor a los bienes que dejó el fallecido, el heredero universal debe pagar incluso con sus propios bienes lo que falta para pagar la deuda tributaria. En el caso de las empresas, por la norma de Derivación de la Acción Administrativa, se faculta al Servicio de Impuestos Nacionales de Bolivia (SIN) para exigir las deudas ejecutoriadas de las empresas a los gerentes, directores, administradores y representantes legales. Estos empleados deberán asumir con su propio patrimonio o bienes (casas, autos y otros) esa obligación con el Estado, lo que inevitablemente lleva al embargo y enajenación del patrimonio familiar incluso de personas que solo ejercen un cargo sin tener responsabilidad real en esa deuda. Además, el cobro en UFV hace que el monto de una deuda no crezca en base a un interés fijo sino en relación al UFV, o sea, entre un 15 y 18%, lo que haría que, potencialmente, el gobierno boliviano ingrese más de 1.000 millones de bolivianos en recaudaciones tributarias a costa de todo el patrimonio de miles de personas, deudoras originarias o herederas.
De esta forma, Bolivia pretende recaudar dinero con el fin de tener tranquilos a sus acreedores internacionales (Banco de Desarrollo de América Latina- Corporación Andina de Fomento (CAF), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Mundial (BM) y China) por el hecho que su deuda externa no deja de crecer, y se proyecta que pasará del actual 17% del PIB al 25% en el año 2020, según el mismo gobierno boliviano, algo curioso considerando que, según el Banco Central de Bolivia, alrededor del 96% de los 13 mil millones de dólares que componen las Reservas Internacionales Netas (RIN) están prestados a bancos, agencias y países del mundo capitalista generando retornos de apenas 0,75%. A este problema, se suma la detención de más de 30 dirigentes, que solo complican las relaciones entre los manifestantes y el gobierno, que ha amenazado con crear una empresa estatal de transporte pesado para la importación y exportación de mercancías, cosa que llama la atención dado que en el último año han quebrado o se declararon insolventes varias empresas estatales (Empresa Pública Nacional Estratégica de Textiles (Enatex), Cartones de Bolivia (Cartonbol), Empresa de Correros de Bolivia (Ecobol), Empresa Naviera Boliviana (Enabol), Empresa de Construcciones del Ejército (ECE), y la Empresa Nacional Automotriz (Enauto) y la empresa Minera Huanuni (EMH))
Esto explica las motivaciones reales de la venida sorpresa de Choquehuanca: por un lado, el tradicional “fastidiemos a Chile”, y por el otro, buscar quebrar el movimiento de los camioneros, dando apoyo a los que trabajan en transporte hacia y desde Chile. Esto se nota en la gigantesca cobertura que ha tenido la “visita de inspección” de Choquehuanca en los medios bolivianos, que contrasta con las informaciones sobre el problema camionero interno, y que, ni corto ni perezoso, el vicepresidente Álvaro García Linera no dudó en hacer uso de esta visita señalando que mientras el Gobierno busca proteger los intereses y derechos del transporte pesado en Chile, algunos transportistas “antipatriotas” bolivianos anuncian bloqueos, agregando: “Por tanto este bloqueo es injustificado, es atentatorio a la economía, al autotransporte y a lo que estamos haciendo en Chile en favor de los derechos de los transportistas bolivianos” . Y es un “fastidiemos a Chile” porque es curioso cuánto ha molestado a Bolivia la licitación de puertos en nuestro país, pero está desesperada en participar en la licitación del puerto de Ilo en Perú
Las cosas en Bolivia están extremadamente turbias, de ahí que era imprescindible que Choquehuanca montara el show completo, para revitalizar la imagen alicaída de un Morales cada vez menos seguro en el poder, y así legitimizar un nuevo referéndum sobre su reelección para el 2017 o 2018. Porque si miramos bien las cosas, es absurdo que Choquehuanca esté perdiendo el tiempo en Chile, justo cuando hay conflicto con Uruguay y el MERCOSUR; el lio de Cirilo Díaz Mamani no termina de resolverse, , y no se ha resuelto el problema de los contratos con China. Así que en vez de preocuparnos por las tonterías que diga Choquehuanca, o cualquier supuesta queja que haga Bolivia (que tendrá como resultado el mismo que las quejas bolivianos han tenido hasta ahora, o sea, ninguno), es hora de conocer qué es lo que realmente está pasando en ese país, y cuanto de eso nos va a afectar. No podemos como Estado ser indiferentes, no cuando en menos de una década se han duplicado las personas bolivianas en Chile, buscando oportunidades laborales que no tienen en su país, algo que también debería llamar la atención si consideramos que la tasa de desempleo en el país altiplánico sigue subiendo. No hay nada claro sobre cuál es la real situación económica boliviana, y eso sí que debería preocuparle al canciller Heraldo Muñoz y no lo que haga un futbolista.
Comentarios