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La revolución ciudadana del Ecuador, un proyecto de autodeterminación

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En momentos que en Chile la discusión oscila entre la reducción en la dieta parlamentaria; los alcances de la primera gran medida impulsada por el gobierno de Michelle Bachelet, la Reforma Tributaria; y los efectos dramáticos del gran incendio en Valparaíso. A cientos de miles de kilómetros, en medio de la mitad del mundo, un pueblo amigo avanza consciente y altivo de la mano de un proyecto nacional, único y original, la Revolución Ciudadana del Ecuador.

Liderados desde 2006 por el economista, Rafael Correa, esta nación andina exhibe logros de talla mayor, que hoy son anhelos e ilusiones en Chile. Una nueva Constitución vía Asamblea Constituyente, un sistema de educación público y gratuito en todos sus niveles y con fuerte inversión en vista de alcanzar la calidad, un sistema de salud digno y con cobertura pública en el territorio nacional, derechos laborales garantizados, crecimiento económico sustentable, y una política de inclusión de los discapacitados en la vida pública mediante fuerte ayuda del Estado.

Estas exuberantes conquistas del pueblo ecuatoriano son fruto de un proyecto de refundación nacional, liderado por el colectivo Alianza País del presidente Correa, el cual es la primera fuerza política del país; y que ha tenido como horizonte dejar en el pasado el cúmulo de gobiernos sin incidencia en la historia política de los ecuatorianos, consumidos en la corrupción y serviles a los intereses norteamericanos en este rincón del mundo. Abdalá Bucaram, Jamil Mahuad, y el ex coronel Lucio Gutiérrez; dan cuenta de mandatarios que abandonaron en medio de masivas arremetidas sociales el palacio presidencial de Carondelet.

En medio del grito ¡Que se vayan todos! Surgió entonces un esfuerzo político y social por sacar a flote a un país rico en recursos naturales y en materias primas (como la mayoría del continente), pero débil en cuanto a su régimen institucional y rumbo económico. En ese sentido, la génesis de una nueva carta fundamental y la recuperación de parte del Estado en el desarrollo y explotación de áreas estratégicas, fueron los elementos vitales para el reimpulso ecuatoriano.

Efectivamente, el altivo presidente Correa propuso al país la determinación de una Asamblea Constituyente para propiciar una nueva Constitución, la cual tras dos referéndums y la elección de los respectivos asambleístas, dio cuerpo y forma a un nuevo texto fundamental en 2008, el cual hoy rige con vigor la vida pública en el Ecuador, de la mano de la consecución de la Revolución Ciudadana. La readecuación de los distintos poderes del Estado; incluidos el Ejecutivo, la Asamblea Nacional (parlamento), el sistema de justicia, las Fuerzas Armadas; figuran entre los ejes principales de dicha Constitución.

Pero es el objetivo del Buen Vivir el mayor elemento presente en dicho texto fundamental, siendo éste más que un elemento retórico el factor clave en el proyecto de la Revolución Ciudadana. El Buen Vivir se plasma en la recuperación de parte del Estado de los ejes estratégicos de su economía para ponerlos al servicio de la ciudadanía, por intermedio de un Estado empoderado y que resguarda derechos esenciales; como la educación, salud, emprendimiento, cultura y desarrollo. Esta edificación de una sociedad de derechos enmarca el esfuerzo original de Correa para dar fuerza a un proceso observado con atención en el orbe.

Independiente del cauce de la Revolución Ciudadana del Ecuador, ésta ha demostrado a la fecha un sólido andar que da cuenta de mayor desarrollo en el pueblo ecuatoriano, lo cual es relevante en un concierto internacional que muestra a diario la crisis funcional del sistema neoliberal.

Esto último, cobra mayor fuerza al momento de constatar el objetivo prioritario del gobierno ecuatoriano en materia educativa, el cual se plasma en una fuerte inversión estatal, de cara a potenciar la calidad docente y el cuerpo de profesionales que contribuyan a dar el salto al desarrollo en este país. Los intercambios con instituciones educativas en Europa y Estados Unidos, junto al impulso de proyectos vanguardistas como la Universidad de Yachay, centro de investigación e innovación a nivel público, único en Latinoamérica.

Sin embargo, estos avances gigantescos también encuentran potenciales amenazas. La polarización existente en Venezuela no ha pasado desapercibida en Ecuador, de hecho la oposición a Correa utilizó el concepto de “venezualización” para denigrar el proyecto de la Revolución Ciudadana, lo cual en cierta medida trajo consecuencias insospechadas, como el triunfo opositor en las municipales de febrero en las principales ciudades de este país, como Quito y Guayaquil, respectivamente. Estas campadas de alerta no han sido en vano en el oficialismo de Alianza País. Precisamente, la discusión presidencial ya está en el debate ecuatoriano, del cual el presidente Correa corre en ventaja muy amplia, siendo su único condicionante la imposibilidad de ir a la reelección nuevamente en 2017, la cual puede ser subsanada por un cambio legislativo en la Asamblea Nacional, donde Correa cuenta con mayoría parlamentaria.

Independiente del cauce de la Revolución Ciudadana del Ecuador, ésta ha demostrado a la fecha un sólido andar que da cuenta de mayor desarrollo en el pueblo ecuatoriano, lo cual es relevante en un concierto internacional que muestra a diario la crisis funcional del sistema neoliberal. Por tanto, el faro que representa esta experiencia en Ecuador es muy relevante para legitimar un proyecto político que sirva de alternativa ante iniciativas desgastadas, sobre todo, ante el preocupante avance de la ultra derecha en Europa. El avance de Ecuador es el avance del continente, de la democracia y de la autodeterminación de los pueblos.

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2 Comentarios

juan

«…siendo su único condicionante la imposibilidad de ir a la reelección nuevamente en 2017, la cual puede ser subsanada por un cambio legislativo en la Asamblea Nacional, donde Correa cuenta con mayoría parlamentaria….» creo que es una desafortunada frase. Muy democracia será, pero la perpetuidad en el poder siempre trae nefastas consecuencias…. en lo demás, totalmente de acuerdo

Nelita Cedeno

Muy buen artículo Carlos. Sin duda alguna un proyecto autodeterminante y en vía de consolidación, siempre y cuando se prepare a la base ciudadana para aceptar y defender el gran cambio social, económico y de desarrollo que estamos viviendo en el Ecuador. Muy orgullosa de mi país y de esta revolución ciudadana.
Saludos compañero.