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Igualdad de género a 25 años de Beijing

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Recientemente se inició el debate anual de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que reúne cada año a jefes de Estado y de gobierno del mundo entero. La cumbre de este año, por primera vez en formato virtual, se realiza en un momento particularmente desafiante tanto para líderes políticos como para la ONU. Por una parte, en un contexto de crisis del multilateralismo, se conmemora tanto el 75º aniversario de la ONU como el 25º aniversario de la Plataforma de Beijing adoptada bajo sus auspicios, y que constituye el principal programa de acción mundial sobre derechos de las mujeres e igualdad de género. Por otra parte, la pandemia ha dejado en evidencia tanto las deficiencias de la cooperación internacional como las profundas desigualdades de género que persisten a 25 años de Beijing. 

En 1995, 189 países, incluyendo Chile, se comprometieron mediante la Plataforma de Beijing a garantizar la realización plena de los derechos de las mujeres, a potenciar su participación en todas las esferas de la sociedad y a combatir la discriminación en todas sus expresiones. Aún vigente, el programa aborda temáticas transversales como la pobreza, la educación, la salud, la violencia de género y la participación de las mujeres en el ejercicio del poder. A 25 años de Beijing, la pandemia ha puesto en evidencia los avances limitados en todas estas áreas. 

De manera paradójica, la Asamblea General de la ONU refleja en sí misma las desigualdades persistentes y la necesidad de cambios urgentes en la forma en que se toman las decisiones y se elaboran las políticas públicas. En el primer día del debate anual, el 22 de septiembre, sólo tuvieron la palabra líderes políticos hombres, incluyendo, entre otros, a Sebastián Piñera, Donald Trump, Jair Bolsonaro y Emmanuel Macron. Hubo que esperar hasta el mediodía del 23 de septiembre para que, tras dieciséis horas del inicio del debate en la Asamblea General, se pronunciara por primera vez una mujer, la Presidenta de Eslovaquia.  

Al parecer, no resultó inaceptable ni para la ONU ni para los Estados Miembros que, en la cumbre política anual más importante del mundo no hable, literalmente, ni una sola mujer durante un día y medio. Si bien la lista de oradores se basa en el orden de inscripción de los países, se respetan todos los años algunas tradiciones, como otorgar el primer lugar a Brasil y el segundo a Estados Unidos. La metodología por orden de inscripción no debiese entonces impedir que se considere el balance de género como un factor primordial en el orden de los discursos, sobre todo considerando la escasez de mujeres jefes de Estado o de gobierno. 

Los temas de igualdad de género se repiten todos los años en los discursos de los países y las autoridades de la ONU. Son precisamente estas contradicciones que atentan contra la legitimidad, profundamente en crisis, de las instituciones tanto a nivel nacional como internacional

Ilustrativa de las brechas entre los compromisos políticos y los avances reales, la paradoja es más evidente todavía en vista del 25º aniversario de Beijing y considerando que los temas de igualdad de género se repiten todos los años en los discursos de los países y las autoridades de la ONU. Son precisamente estas contradicciones que atentan contra la legitimidad, profundamente en crisis, de las instituciones tanto a nivel nacional como internacional. 

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1 Comentario

Loreto Sandoval

Siempre tan asertiva. Me parece a lo menos paradójico (por no decir hipócrita), la diferencia abismal entre la utilización de la igualdad de género en discursos políticos, y la desigualdad de género reflejada en hechos tan concretos como no tener la palabra en la Asamblea General de las Naciones Unidas. Nos queda mucho por hacer. Gracias, Francisca!