¿cómo obtener la paz? Por esta pregunta es la que se enfrenta el pueblo colombiano en las urnas el próximo 15 de Junio, ya que en materia económica los planes de gobierno de ambos candidatos no difieren en gran medida, y la respuesta es la que representan los candidatos.
Este próximo 15 de Junio un día después del debut de la Selección Colombia en el mundial de Brasil 2014, en donde espero que se luzcan sus estrellas y hagan gala de su buen fútbol, consiguiendo un triunfo con un amplio marcador para mi seleccionado patrio y sin goles para nuestro contrincante, se dará paso a otra contienda, pero esta vez en la arena política, por la presidencia de la república de Colombia.
De un mismo tronco común emergen los dos candidatos, Oscar Iván Zuluaga y el Candidato Presidente Juan Manuel Santos, que se enfrentarán por el más alto cargo de elección popular o democrática en segunda vuelta presidencial, al lograr con el voto de los pocos electores que nos dimos cita el pasado 25 de mayo para elegir a uno de los 5 candidatos postulados para la Presidencia.
De un mismo tronco común, son empresarios y ambos han estado ligados a las políticas y al polémico ex presidente Álvaro Uribe Vélez (2002-2006 y 2006-2010) y su doctrina de Seguridad Democrática, que consiste, principalmente, en dotar de armamento, equipos y hombres a las Fuerzas Militares Estatales Colombianas, para acabar de manera armada o lograr la rendición de las guerrillas Colombianas, como las FARC, EPL, ELN, etc.
Oscar Iván Zuluaga, fue ex ministro de Hacienda y Crédito Público (2006-2010) del Segundo Período Presidencial de Álvaro Uribe Vélez y elegido en octubre del 2013 (elección que no estuvo exenta de polémica y fue catalogada como “amañada” a favor de Zuluaga) como candidato presidencial por el recientemente creado partido político del ex mandatario Uribe Vélez, llamado Centro Democrático, quien en la voz de su partido político encarna los pensamientos de su líder máximo y los del movimiento (Seguridad Democrática, la restricción y austeridad del Estado) y ha dicho que suspendería los diálogos de paz que se llevan a cabo en La Habana, Cuba. Argumento que ha retractado en últimas horas, como hiciera con el vergonzoso caso del hacker de su campañaque infiltró conversaciones y correos de Estado.
El actual Presidente Juan Manuel Santos, en 2005 funda con Álvaro Uribe el movimiento político Partido Social de Unidad Nacional, que luego se conocerá como Partido de la U. y luego Ministro de Defensa (2006-2009) durante el segundo mandato presidencial de Uribe. Elegido como Presidente de la República en 2010, abanderó su campaña con el nombre de Prosperidad Democrática (que consiste, básicamente, en una política de reactivación económica e incentivar la inversión extranjera, que sería una especie de continuación o el desarrollo de la segunda fase de la denominada Seguridad Democrática del Gobierno de Uribe), pero decide tomar tres rumbos contradictorios: el primero, vincular en su gobierno personas abiertamente opositoras a las políticas del gobierno anterior y restablecer relaciones con el gobierno de Hugo Chávez en Venezuela y de Rafael Correa en Ecuador; segundo, contribuir a que se destaparan escándalos que comprometen directamente al gobierno de Uribe Vélez, como el escándalo de Agro Ingreso Seguro, las ejecuciones extrajudiciales de campesinos, personas de escasos recursos, entre otros que son presentados como bajas guerrilleras y que son denominados como falsos positivos, desmantelar la red de corrupción de Dirección Nacional de Estupefacientes, las escuchas ilegales del Departamento Administrativo de Seguridad, los cuales involucran a gran partes de los subalternos de Uribe; y tercero, como guinda del pastel de la enemistad, citar a la cúpula de las Farc a negociar ) hechos que terminaron por alejarlo de su principal aliado y supuesto jefe político, el ex Presidente Álvaro Uribe Vélez, lo que lo llevó a que lo tildaran de traidor, a lo que Santos contestó: “No. Yo traicioné la corrupción, traicioné el amiguismo con el paramilitarismo, las “chuzadas” y la corrupción. Eso fue lo que traicioné”.
Optar por un diálogo en conjunto con las FARC-EP (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia Ejercito del Pueblo) para alcanzar el anhelado sueño colombiano de conseguir la paz, en este caso bajo un acuerdo, que luego sería refrendado por el pueblo colombiano en su legítimo poder de Constituyente Primario, es lo que ha definido esta contienda electoral, donde el único objetivo es la paz.
Pero ¿cómo obtener la paz? Por esta pregunta es la que se enfrenta el pueblo colombiano en las urnas el próximo 15 de Junio, ya que en materia económica los planes de gobierno de ambos candidatos no difieren en gran medida, y la respuesta es la que representan los candidatos. Por un lado encontramos a Juan Manuel Santos, que en este caso representaría una salida pacífica a un conflicto que lleva más de 50 años y que ya deja un sinnúmero de víctimas. En la otra orilla encontramos a Oscar Iván Zuluaga, que representa seguir buscando la paz de manera armada, lo que a la fecha solo ha demostrado que es seguir entregándole víctimas a una guerra que estaría muy lejos del vencedor, dado que Uribe Vélez en campaña del 2002 prometió acabar con las guerrillas o grupos narcoterroristas en 6 meses y duró 8 años en la presidencia, donde logró diezmarlas en número, pero no pudo lograr acabarlas o lograr su rendición.
Por eso amigo lector, este 15 de Junio del 2014, es un día trascendental para la democracia Colombiana, porque, más allá de planes de gobiernos incumplibles, se encuentra una población que merece inversión en materia de salud, educación, empleo, mejores condiciones laborales, saneamiento básico, respeto y garantías de sus derechos humanos y libertades, y sobre todo una reconciliación para mirar al futuro y convertir a Colombia en ese país que todos hemos soñado, lleno de esperanza y donde el dinero de escuelas, hospitales, infraestructuras viales y sociales, no sean las migajas que deja una guerra estéril, llena de viudas, huérfanos, desolación, pobreza, decadencia, atraso y corrupción.
Es la paz la que se abre camino delante de un país sufrido por una guerra sin sentido y que lo más sensato, es elegir no sólo en pos del candidato que representa un diálogo para un acuerdo para la paz, sino en pos de terminar esta pesadilla, donde los hijos mueren primero que los padres, familias desplazadas y desintegradas, niños y niñas en el conflicto, donde hemos logrado mantener un país a flote a pesar de su problema interno, donde la patria queda huérfana cada vez que hay un enfrentamiento, porque ambos bandos son hijos de Colombia, esa Colombia que es Grande y Soberana.
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