El lunes 6 de Octubre el canal de televisión Mega, transmitió un reportaje denominado “El Compañero Julio”, que develaba la existencia de una red de espionaje cubano, dirigida hacia venezolanos y cubanos residentes en Chile. Como declaró al día siguiente María Laura Liscano, una de las espiadas, los cubanos se toman la molestia de espiar a una comunidad pacífica y trabajadora, conformada por «gente de a pié», que vive de un salario y compra el pan en la esquina todos los días.
No es cierto que no podamos hacer nada. El Espionaje cubano y venezolano lo confirma. Pero necesitamos unirnos, dar autoridad a los líderes en cada país y poner de lado los egos personales.
A estas alturas, esta red ya se habrá enterado de que José Noguera, uno de los rostros reconocibles de la oposición venezolana, es profesor de la USACH y no un hombre de fortuna. De la misma manera María Laura Liscano, tampoco es una persona que viva de sus rentas. Los miembros de la representación en Chile de la Mesa de la Unidad Democrática, MUD, el conglomerado de partidos opositores al Gobierno en Venezuela, también son asalariados. De manera que si es por buscar el financiamiento del «Imperio», el chasco debe haber sido enorme.
Por otra parte, y para desdicha de todos los opositores dentro y fuera de Venezuela, tampoco existe una política exterior de la oposición, ya se llame MUD u otra, para promover la solidaridad con la democracia en nuestro país y sacar a la luz la verdadera cara del régimen de Caracas. Hay que reconocer que si en algo ha sido exitosa la “Revolución”, es precisamente en su proyección internacional, terreno en que la oposición ha sido nula de toda nulidad, con la excepción de individuos aislados como María Corina Machado y ahora Lilian Tintori, esposa del preso político Leopoldo López, quienes se han dedicado a recorrer el mundo para dar su mensaje.
Sin financiamiento y una política global para el exterior clara, ¿cuál será el interés de Cuba y sus anexos venezolanos en formar un grupo de espionaje, destinado a desprestigiar a las cabezas visibles, registrar sus hábitos, enterarse de sus amigos y, además, penetrar cuanto grupo organizado de venezolanos detecten, sean políticos, rumberos, de danzas o de bolas criollas (bochas), si es que lo hubiere? Siembran intrigas, calumnian a los líderes naturales y los aíslan. Con chismes provocan quiebres y juegan su “juego de mentiritas”*, para aplicarlos a toda actividad masiva que se propongan estos grupos. Efectivamente, por ahora, han logrado su objetivo y los venezolanos en Chile se encuentran en su mayoría, divididos y en consecuencia paralizados. Y es que los cubanos conocen perfectamente algo de lo cual los exiliados no somos conscientes: el poder de uno.
Mahatma Gandhi, sin mayores recursos, pero con un conocimiento claro de sus raíces y un proyecto fijo, derrotó un imperio. El General De Gaulle, desde Inglaterra y sin más elementos que su voz y una radio, guió a la “Resistance” francesa en la clandestinidad y, lo más importante, mantuvo las esperanzas de todo un país. Sin ir más lejos, el exilio chileno, organizado y tenaz, consiguió la solidaridad de muchos, especialmente de Venezuela, desenmascaró a escala internacional a una dictadura sangrienta, y contribuyó con la formación de equipos y personas, a la cristalización de lo que hoy conocemos como la Concertación.
Somos casi un millón de venezolanos afuera y el número sigue aumentando. Pero estamos extraviados. Mucho grupo y poco equipo, mucha idea y poca acción, mucho cacique y poco indio. Incrédulos de nuestra propia fuerza, le hemos conferido el poder al Gobierno de Venezuela y a la fuerza de ocupación cubana, y disminuimos en nuestras mentes nuestro propio poder. Les hacemos el juego, seguimos su agenda y permitimos sus “mentiritas” entre nosotros.
No es cierto que no podamos hacer nada. El Espionaje cubano y venezolano lo confirma. Pero necesitamos unirnos, dar autoridad a los líderes en cada país y poner de lado los egos personales. Por eso me dirijo al «uno» que todos llevamos dentro. El día que logremos en cada país de nuestro exilio, equipos definidos, liderados por personas que se ganen un liderazgo con hechos y no con palabras, con UN proyecto creíble y replicable, que cuente con estrategias claras, con UN discurso consistente, ese día comenzaremos a colaborar en serio con la democracia en Venezuela, ese día haremos la diferencia. Ahí tendrán verdaderamente razones para temernos.
Venezolanos del mundo: ¡Organizaos!
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Imagen: miamidiario
Comentarios
21 de octubre
El poder de uno a que te refieres es el mismo «Poder de los Sin Poder» (power of the powerless) que hablaba el famoso presidente checo Vaclav Havel
+1
24 de octubre
La verdad es que parece increible que un Estado como el Cubano se tome el tiempo y las molestias en espiar y hurgar en la vida de aquellos que por distintos motivos hemos tenido que salir de nuestro pais, y bueno bien sabemos Cuba actua por ordenes y financiamiento de nuestra embajada, si! de la embajada de todos los venezolanos… solo esperemos que la justicia chilena sea capaz de hacer justicia ante estas graves denuncias y como bien lo dice Isabel Massin, los venezolanos hagamos una correcta lectura de la situación y nos unamos para hacer ver al mundo que Venezuela No es Una Democracia!
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