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Crisis en Venezuela: Lecciones históricas y propuestas

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“No importa que el gato sea blanco o negro, mientras pueda cazar ratones es un buen gato” Deng Xiao Ping.

Con esta frase el líder del partido comunista chino Deng Xiao Ping consagraba hacia fines de los setenta su política pragmática de modernización multinivel para que China pudiera avanzar hacia el comunismo, conforme a un sincretismo entre las estrategias esbozadas por los clásicos del marxismo y el confucionismo: superar las relaciones de producción proto-capitalistas desarrollando las fuerzas productivas y mejorando las condiciones de existencia de la población (Marx y Engels); y alcanzar un mayor liderazgo político mundial para, -en algún momento (gradualismo confucionista)-, enfrentar la hegemonía imperialista (Lenin y Gramsci).

En cuanto al caso Venezolano y en relación al objetivo de mejorar las condiciones de existencia de la población, entre los años 2000 y 2011 la pobreza bajó de un 28% a un 17%; la tasa de desempleo pasó de un 15% a un 8%; la prevalencia del hambre de un 17% a un 5%; la desigualdad se ha reducido desde los 0.46 a los 0.40 puntos GINI;  la tasa bruta de matrícula en el nivel terciario pasó de un 38% a un 77%; y la confianza interpersonal ha aumentado de un 16% a un 26% (Cifras CEPAL y Banco Mundial). Dichos avances han sido gracias a la voluntad política de distribuir buena parte de la renta petrolera hacia sectores históricamente postergados.

Ahora bien, la seria crisis política que hoy presenta Venezuela tiene como base dichos antecedentes y ha sido anticipada por diversos organismos internacionales, e incluso por connotados personajes del chavismo como es el caso del intelectual alemán Heinz Dieterich. Las políticas de promoción social no han sido equilibradamente acompañadas de políticas pragmáticas de modernización Estatal y apertura racional, diversificación y sustentabilidad de la económica.

El Estado venezolano si bien posee amplios mecanismos de participación ciudadana, en lo fundamental se rige por un sistema hiper-presidencialista proclive a la confrontación política, tanto dentro como fuera del país, y una concentración desmesurada de la política económica, enclaves agravados por el ascenso al poder del líder de la facción radical del PSUV, Nicolás Maduro. En los últimos años se ha exacerbado la integración de cuadros políticos por sobre los técnicos al aparato administrativo; se han postergado reformas profundas en el área judicial y policial, necesarias para reducir las altas cifras de percepción de la corrupción, victimización y violencia (transparencia internacional); y se ha reducido la influencia internacional por no comprender el cambio de contexto que ha producido la crisis económica y la primavera árabe en la política exterior de los hegemones mundiales, ciudadanía y los oligopolios mediáticos transnacionales (valorización de las “libertades individuales” y la “democracia”).

Por otro lado, la economía venezolana (infraestructura o realidad concreta de acuerdo a la terminología marxista clásica) sigue dependiendo del crudo, cuya renta es sumamente volátil y ligada a la demanda internacional, generando un crecimiento del PIB que roza las cifras negativas (1%). Los altos aranceles se han constituido en rigurosas restricciones a la actividad empresarial, en particular de la pequeña y mediana empresa, ya que impiden la importación de infraestructura necesaria para la  diversificación y modernización productiva y la búsqueda de mercados que otorguen mayor valor a la producción nacional. La inversión externa directa es de las más bajas en el contexto regional producto de la expropiación indiscriminada de empresas. Dichos fenómenos también han ocasionado que los sectores medios emergentes, de mayor amplitud gracias a las políticas de promoción social, exigen mayores derechos y reformas económicas para desenvolver su profesión.

Dichos antecedentes se hicieron notorios en las pasadas elecciones generales, en las que el oficialismo logró una estrecha mayoría, hecho que hacía presagiar la adopción de una estrategia más pragmática y gradualista, pero ocurrió todo lo contrario. ¿Qué deben hacer los herederos de Chávez ante un escenario tan complejo, que trae a colación contra-revoluciones (o contra-transformaciones progresistas) como las acaecidas contra Allende y el peronismo en los 70, contra los herederos de Torrijos y el Sandinismo hacia fines de los 80, y recientemente en contra de los primigenios procesos de cambio en Honduras y Paraguay?

El gobierno debe aprovechar el hecho de que la oposición se encuentra fragmentada y sin mayor acuerdo en cuanto a proyecto país. Se debe promover primero el diálogo con los sectores blandos no golpistas, en particular los que se han ligado instrumentalmente con la internacional socialista.

Los bolivarianos deben reflexionar sobre las lecciones históricas de las mencionadas crisis con desenlaces negativos, pero en particular sobre aquellas que permitieron la extensión de las conquistas sociales y la profundización del desarrollo, como los actuales casos de Ecuador y Bolivia, los países nórdicos en la post-guerra y el caso chino tras el fracaso del modelo maoísta, en los que la heterodoxia económica y el consenso político y social fueron clave.

El diálogo político y social amplio y en múltiples niveles y temas constituye una apuesta prioritaria a considerar. Para ello, la asesoría política y técnica, así como la mediación de organismos internacionales como UNASUR, CEPAL, OIT y PNUD, o de Estados pivotes y neutrales como lo será Chile tras la asunción de la presidenta Bachelet, constituye una estrategia interesante para reducir los niveles de la confrontación discursiva buscando puntos de acuerdo en materia de reformas constitucionales y legales. El gobierno debe aprovechar el hecho de que la oposición se encuentra fragmentada y sin mayor acuerdo en cuanto a proyecto país. Se debe promover primero el diálogo con los sectores blandos no golpistas, en particular los que se han ligado instrumentalmente con la internacional socialista.

Ya en cuanto a las definiciones estratégicas de la revolución bolivariana, el congreso del PSUV que se llevará a cabo a finales de julio será clave. Si no se cambia el rumbo, cabe la seria probabilidad de que la estrecha mayoría obtenida por el PSUV en las recientes elecciones se invierta a favor de la oposición (objetivo que se busca con la desestabilización). Por el bien de la proyección de la revolución bolivariana y su mito, -que ha dado fuerza a la izquierda, movimientos sociales y a millares de ciudadanos del mundo-, Maduro debe afrontar la situación con la cabeza fría, o bien dar un paso al costado en pos de los sectores que, como Deng Xiao Ping, tienen mayor claridad sobre los medios necesarios para alcanzar los lineamientos estratégicos trazados por los padres fundadores del socialismo científico.

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Foto: Wikimedia Commons

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4 Comentarios

FeliPRO

FeliPRO

Excelente análisis, comparto plenamente. Especialmente que dejas establecido pros y contras de ambas posturas y como han llegado a este nivel de polarización, desde una perspectiva política y argumentativa y no pasional o extremista como estamos viendo en la prensa por estos días.

Saludos

FelipeEnero

FelipeEnero

Gracias!

Claudio Duran

Un analisis que entrega datos interesantes pero que es muy sesgado. Quisiera referir dos cosas: 1) el autor pierde de vista el caracter semi-dictatorial del Chavismo. 2) Mas grave aun: una economia fundada en el petroleo, dado lo que se sabe hoy en dia, es como una economia fundada en producir veneno catastrofico. Es decir, en todo caso, usar los recursos petroleros para ir creando desarrollo sustentable que permita en un plazo prudente pero urgente librarse del petroleo. Como dice Hamlet: «the rest is silence»!

servallas

El análisis que haces es bastante realista y pudiera hasta considerarse una base para lograr alguna salida a la situación venezolana, pero no considera suficientemente al menos tres ideas fuerza incrustadas en el proceso que según mi humilde juicio, le restan potencia a las soluciones que visualizas:
a.- Hay detrás del proceso la idea de un punto de inflexión revolucionario sin vuelta atrás, no un camino de negociaciones.
b.- Hay una visión económica basada en el control total del mercado, idea peregrina que aún sostienen algunos que nada entienden de economía, o son marxistas declarados, es decir creen poder diseñar ese control por fe.
c.-Existe la convicción que hay callar los medios opositores, lo que redunda en la sociedad de la información en el crecimiento del rumor informático de redes, fatal para un gobierno porque crecen las ideas de conspiración como el cancer.