Usualmente las potencias que han permanecido por siglos en la palestra política internacional no se retiran así como así de la noche a la mañana, los casos a través de la historia son múltiples y van desde Cartago destruida piedra por piedra por los romanos hasta imperios florecientes como el Bizantino, que fue clave casi mil años en la historia de la humanidad. En ese contexto, Rusia mediatizada por el marxismo en el siglo veinte fue crucial para su expansión en todo el orbe, y su salida si bien fue por el colapso interno de un sistema, ya en los años setenta estancado, no fue en ningún caso destruida y aniquilada por sus rivales, permaneció latente y quizá en el imaginario europeo rezagada ya a siglos de atraso y como obligación imperativa la de asimilarse a occidente. Las jugarretas de la Historia hoy nos devuelve a Rusia como primer protagonista.
Con la caída de la URSS las relaciones internacionales parecieron encaminadas definitivamente a la denominada “Pax Americana”, sin embargo, tempranamente en los escombros del ex paraíso socialista un intelectual antiliberal ya publicaba sus obras con gran aceptación entre la masa crítica moscovita. Aleksandr Dugin es de esos personajes rusos emulados en las novelas de Dostojevski. Hijo de un militar soviético, se graduó en la escuela de aviación rusa, pero sus inclinaciones intelectuales fueron más fuertes y cursó varios doctorados, entre ellos sociología, filosofía y política. Comenzó participando en grupos ocultistas, hecho que hoy arrastra ante la prensa como el nuevo Rasputín, disidente durante la era comunista derivó en un nacionalismo profundo e integrista vinculado a la ortodoxia rusa tradicional y zarista. Sus doctrinas controvertidas, belicistas y filonazi han comenzado a ser estudiadas con profusión luego de la invasión rusa a Ucrania, ya que muchos de sus postulados se encuentran en el intertexto de la discursiva rusa belicista.Ucrania es una campaña militar más para expandir la influencia de Rusia en Europa, no se debe confundir este punto con el retorno y rearticulación de la URSS, no, es un objetivo más profundo que está revestido de una ideología que Dugin elaboró con cierto tinte académico y logró permear las elites militares de Rusia
Este politólogo ruso dotó a los escombros de la URSS de un nuevo ideario que lentamente fue instalándose en el imaginario ruso. Esa vieja idea que tenía el ciudadano de a pie soviético de cambiar libertad por grandeza patriótica luego de la victoria sobre Alemania, entiéndase la madre Rusia, volvió a la carga con más fuerza luego de que la URSS se estrellará contra occidente y fuera derrotada tras ese viejo torneo triangular entre Liberalismo-nazismo y comunismo que ocupó las páginas más violentas del siglo veinte.
En 1997 lanza el libro Fundamentos de Geopolítica, manual estratégico, hoy lectura obligada para cualquier oficial de alto rango del ejército ruso. En este texto Dugin despliega el plan futuro que debe ser objetivo prioritario para la Rusia del siglo veintiuno. Es una descripción detallada de los planes y campañas que deben ser llevadas a efecto en Europa, estableciendo un nuevo orden que Moscú debe liderar ante la decadencia manifiesta de occidente. Ucrania es en consecuencia una campaña militar más para expandir la influencia de Rusia en Europa, no se debe confundir este punto con el retorno y rearticulación de la URSS, no, es un objetivo más profundo que está revestido de una ideología que Dugin elaboró con cierto tinte académico y logró permear las elites militares de Rusia. Es una nueva doctrina que se encamina a buscar el lugar adecuado para Rusia luego de la caída del muro de Berlín y de cara al siglo veintiuno.
Eurasia y la cuarta teoría.
En la búsqueda de un nuevo sentido para el pueblo ruso, Dugin nos retrotrae hacia la Rusia profunda, esa de tradiciones e identidad olvidada en la ruralidad de la profundidad de la estepa euroasiática, el hábitat de este viejo-nuevo concepto estaría en la dimensión euroasiática de la patria rusa, el Rus, la India Blanca. Basándose en un concepto clásico que se vincula al devenir histórico de Rusia, Eurasia es el denominador común de un nuevo orden internacional, tras el cual finalmente Rusia obtendría el sitial adecuado en el concierto internacional. Esto operaría naturalmente en contra de un occidente que agobia a Moscú y supondría una expansión militar y de influencia hacia Europa Occidental. Como primer objetivo Europa Central y la reducción de la Comunidad Europea. Plantea nuevos status para ciertos territorios como Polonia, al interior de un nuevo orden liderado por Moscú. La absorción definitiva de Finlandia, claro esto coincide con la valorización del polo norte que alberga casi un tercio de la riqueza mundial de gas natural, pero que en la práctica Moscú considera un territorio indispensable para la gran Rusia. En el nuevo orden euroasiático, la comunidad europea se vería muy constreñida, de tal manera que ante Moscú, el eje París – Berlín sería deseable bajo la premisa de un aislamiento manifiesto de Londres, tradicional impugnador y socio de Estados Unidos que tendría muy poca influencia a la hora de elaborar políticas anti rusas, este hecho evidencia la tendencia histórica de la corona británica por menoscabar el poderío ruso desde el siglo diecinueve.
El diagnostico político luego de la caída de la URSS que hace Dugin tiene como objetivo levantar un corpus ideológico para solventar la expansión de Rusia hacia occidente y volver a situarla entre las grandes potencias mundiales. En ese contexto, Occidente y el liberalismo estarían ya en su ocaso, es decir, el siglo de “La Pax Americana” tocaría las campanadas finales y se estaría gestando un nuevo orden internacional. Nuevo Orden que Dugin define como una mezcla de populismo e identidades difusas que no aclara, pero orientadas desde Eurasia con la preeminencia de Moscú. A este nuevo enfoque emergente, denomina “ La cuarta teoría política ”. La conjunción de conceptos que van desde el Dasein de Martin Heidegger hasta elementos religiosos de la ortodoxia rusa, pasando por el misticismo orientalista con una pizca de marxismo analítico, configuran un corpus penetrante y atractivo para la nueva era del Oso ruso.
Comentarios
26 de agosto
Muy clara su descripción de lo que es Dugin, un charlatan de feria, otro más, de los que abundan y han abundado en la historia de la humanidad.
Encontré su artículo una semana después de que una bomba matara a la hija de Dugin, hecho lamentable, pero que indica que los millonarios rusos, los oligarcas como suelen llamarlos en occidente, no están contentos con los efectos de una guerra que se suponía era una simple operación de 3 días.
El kremlin falsamente le achaca el bombazo a Ucrania y con eso les regala un gran poder, a saber,que los ucranianos son capaces de llegar al círculo más cercano a Putin.
La firme y concreta respuesta de Europa y EEUU a la invasión de Ucrania, ha sido el gran error de cálculo de Putin, y como Hitler, creer el cuento de son una raza superior. Justamente por tener de asesor a un delirante, a un fanático que declara que se debe asesinar a todos los ucranianos sin excepción.
Así las cosas, su hija Dugina que declaraba lo mismo sin ningún pudor, murió en su ley.
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