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Placer y derechos político sexuales

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No soy o no era una persona política. Mi participación en el mundo de los intelectuales no era más que un montón de poemas y cuentos eróticos con una sensualidad ambigua que a mí por lo menos me gustaba y que otras personas parecían apreciar; era una diletante que se coló al mundo de los poetas. Un querido, muy querido amigo fue el responsable de este cambio. Insistía en la Internet 2.0, en usar las plataformas virtuales ciudadanas como una nueva voz y etcétera. Le hice caso y tenía razón; así nació Místika del Mal en Twitter y así nacieron la página web, las memorias en amazon.com y todo el juego que siguió.

Me gustaba mi nueva personalidad, la libertad que me dio el pseudonimato, el poema prestado del que a su vez me robé mi apellido ficticio, el sitio web que graciosamente me ayudaron a construir y sobre todo el Twitter en donde, salvo por un par de suspensiones, todo fluía poética y eróticamente, mientras Místika seducía a hombres y mujeres de una manera que yo misma no hubiera sido capaz… sin embargo, allí fue donde leí las primeras voces de la represión.

Había mujeres y hombres, sobre todo hombres que me aleccionaban con un tono aprofesorado acerca de dios, la patria y de la legitimidad excluyente de la heterosexualidad –aunque por cierto que no usaron esa expresión. Dijeron que no tenía derecho a insultar a su dios, a hablarle a la monja misionera @xiskya y amenazaron con acusarme a la invisible autoridad virtual de los mundos electrónicos; dijeron muchas veces que solo quería llamar la atención, siendo que no hago sino ocultarme bajo una personalidad ficticia. Ay de mí si me pronunciaba a favor del aborto, el matrimonio igualitario y la sexualidad libre; ay de mí si me atrevía a negarles a su dios.

Por cierto que este tipo de opiniones no fue la mayoría, al menos no la mayoría en mi timeline. Pero fue aquí en donde me topé por primera vez en décadas con los valores tradicionales que yo creía reservados para una minoría fanática del Opus Dei. Como saliendo de una burbuja, supe que había organizaciones protegiendo eufemísticamente a la familia, pero solo a una clase de familia y protegiéndola de personas como yo. Afuera el mundo seguía igual que antes. Era yo la que me había aislado en un mundo privado de amigos, de personas libres como una y, sin embargo, tampoco éramos tan libres. Así como alguna gente honesta del barrio alto se queja de que debe vivir tras las rejas, así nosotr@s mism@s vivíamos aislados en un círculo privado, mientras que afuera acechaba un mundo conservador rápido en sus juicios y condenas, acechando incluso en un trabajo en el que debo fingir ser quien no soy, en una doble vida que ya no debiera existir y que, sin embargo, todavía existe. Creo que hago mi trabajo razonablemente bien, pero si además no aparento ser una persona común y corriente y no hago como que no tengo opiniones “radicales”, perdería mi empleo. No tengo la fuerza, sobre todo no tengo la fuerza económica para dar la cara siendo quien soy.

La mujer seria se ve masculina, caballera, pero no lésbica, sino más bien asexuada. Las personeras de la derecha incluso son capaces de negar los derechos reproductivos de otras mujeres, como la alemancita que prestaba el cuerpo para cualquier cosa menos para gozarlo o que fuera gozado

Yo solo quería dar a conocer mis memorias, mostrar una parte de mí misma que no puedo mostrar así tan suelta de cuerpo, excepto a mi círculo íntimo. También quería rodearlas de encanto y llegar a un público más extendido, pero mi presencia lúdica reveló que hay quien teme como a la muerte al sexo y sobre todo, que hay quien teme como a la muerte a una mujer con opiniones firmes que no imita a los hombres con un terno con falda, como los que usan las mujeres en el congreso, la oposición y el gobierno. Muchas de las así llamadas mujeres poderosas lo hacen a costa de negar su feminidad, su derecho al placer, al menos eso es lo que hacen en el imaginario. La mujer seria se ve masculina, caballera, pero no lésbica, sino más bien asexuada. Las personeras de la derecha incluso son capaces de negar los derechos reproductivos de otras mujeres, como la alemancita que prestaba el cuerpo para cualquier cosa menos para gozarlo o que fuera gozado –no he sabido que ella sea una esposa santa con más de ocho hijos como quería Escrivá de Balaguer, por lo que asumo que todo es pura hipocresía.

Así fue como mi inocente juego erótico de bonoba se transformó en una lucha medio política, algo que solo podía pasar en una sociedad reprimida y represora como la nuestra en la que se protege la vida del que está por nacer, pero el nacido está condenado a rascarse con sus uñas desde el momento en que nace. El juguete que era Místika del Mal cobró vida y emite las opiniones que ahora me doy cuenta que no se pueden emitir así tan libremente, no en un país como este. Pero con todo, no soy una luchadora por causas, sino una persona tremendamente individualista, medio solitaria y que simplemente goza de sus placeres sola o acompañada… no han sido precisamente la compasión ni la preocupación social las que me llevaron a este tipo de columnas, sino el haberme dado cuenta del hecho de que mi felicidad individual exige necesariamente una sociedad más libre. Cuando entendí esto, supe que cada orgasmo confesado todavía es una reivindicación política y entonces me di cuenta de que confesarlo era la única manera de ganar la libertad.

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2 Comentarios

altopillo

Jajá! Mistika, veo que te estás arrepintiendo de todas tus aberraciones y acaso te has quedado sola o ya tus satisfacciones personales y solitarias no te resultan tan placenteras?. Pero, a decir verdad, veo en ti, más que a una gozadora, una excelente poeta o literata (o quizás ambas cosas). Creo que cuando madures intelectualmente, tu destino podrá plasmarse en las artes (lo cual no quiere decir que no puedas seguir gozando).Sigue mi humilde consejo y muéstrate al mundo. Adiós!

JOAQUIN LAVIN PIÑERA

fome