Estamos a pocas horas de conmemorar un nuevo Día Internacional de la Mujer. Esta fecha es una forma de instalar en la agenda pública el debate sobre igualdad de derechos, sobre los avances en materia de género, pero también sobre los desafíos que debemos abordar.
Las mujeres trabajadoras somos diversas y esa diversidad debe respetarse estableciendo un marco de política pública en la que todas podamos escoger de qué manera queremos vivir las decisiones importantes sin que las prohibiciones nos impidan ejercer plena autonomía sobre nuestros cuerpos, que es nuestro propio territorio.
Este año tendremos un debate intenso sobre el proyecto de despenalización del aborto por tres causales:1) inviabilidad de vida extrauterina; 2) riesgo de vida de la mujer; 3) violación. Las mujeres estamos llamadas a hacer que nuestras voces se escuchen. En lo personal estimo que este es un primer paso para disminuir la violencia contra las mujeres, aunque no se trata de imponerle nuestra posición a nadie, sino más bien de permitir que todas podamos decidir como adultas.
Y subrayo esto de la “decisión adulta” pues dado que el proyecto de ley genera controversia, especialmente en lo que se refiere a despenalizar interrupción del embarazo por violación, aún conociéndose experiencias tan tremendas como el caso de una niña de 10 ó 12 años embarazada producto de violaciones sistemáticas por parte de algún cercano a la familia.Las mujeres trabajadoras somos diversas y esa diversidad debe respetarse estableciendo un marco de política pública en la que todas podamos escoger de qué manera queremos vivir las decisiones importantes sin que las prohibiciones nos impidan ejercer plena autonomía sobre nuestros cuerpos, que es nuestro propio territorio.
Este tema no puede ser tabú en la discusión sobre el proyecto de ley. Se trata de realidades que existen en nuestro país con las que debemos terminar. Mientras ello ocurre, es responsabilidad del Estado y la sociedad toda garantizar la protección de derechos para cada una de las niñas y mujeres chilenas.
Que nunca más una de nuestras niñas sea obligada a ser madre antes de terminar su infancia.
Estas palabras son una invitación a reflexionar, a debatir, a conversar del tema en familia, en el trabajo, en las organizaciones. Sé que en este día recibimos saludos alegres y que las líneas que he plasmado son intensas, pero nosotras somos mujeres poderosas, hembras que trabajan y que estamos cada día en la lucha por hacer de este un lugar más justo para todas y también para todos.
Conmemoremos este 8 de marzo con la esperanza de que el Parlamento aprobará esta Ley y con ello podremos recuperar un poco de dignidad para las mujeres y conquistar un estadio civilizatorio para toda nuestra sociedad.
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