En Latinoamérica el aumento del ciclismo urbano en los últimos 10 años es un hecho, al igual que en Estados Unidos. Sin embargo, como en todo el globo, la brecha entre hombres y mujeres persiste. ¿Por qué razón esto es interesante para Chile? Porque hace un par de semanas se publicó el estudio Factors Associated With The Gender Gap In Bicycling Over Time, algo así como Factores asociados a la brecha de género en bicicleta a través del tiempo.
…el ciclismo ha sido más lento para mujeres que hombres en la última década.
Este estudio fue realizado por tres estadounidenses de la Universidad de Minnesota (Jessica Schoner, Greg Lindsey y David Levinson), quienes realizaron mediciones entre los años 2000 y 2010, para medir cuántas mujeres y hombres pedaleaban desde sectores periféricos al área metropolitana e identificar qué factores influyen en que hombres pedaleen más que mujeres. Si bien este tema ha sido discutido ampliamente en publicaciones científicas y en columnas de opinión, el aporte de datos nuevos y de naturaleza transversal (¡10 años de medición!) nos entrega más oportunidades de intervención en la ciudad.
El estudio que buscó caracterizar los modos no motorizados de transporte se enfocó en responder: ¿Quiénes son las y los peatones y ciclistas? ¿Adónde van y por qué? ¿Cuáles son los factores que inciden en sus decisiones de viaje?
Dentro de los resultados estadísticos relevantes es efectivo que mujeres usan menos la bicicleta para transportarse, y que el crecimiento en el ciclismo ha sido más lento para mujeres que hombres en la última década. Sin embargo, se observó que las mujeres que viven con al menos otro ciclista adulto, sea este hombre o mujer, usan la bicicleta a un ritmo igual que los hombres.
Del mismo modo, la frecuencia de viajes en bicicleta en el año 2000 diferían por género sólo ligeramente, no obstante en 2010 los resultados mostraron que varios factores, como la edad y el propósito del viaje, son diferentes para mujeres y hombres; y que elementos que habían sido clave para la baja participación de las mujeres ciclistas como el tener hijos, actualmente no es un factor significativo para decidir andar en bicicleta o no.
Estos hallazgos son importantes para la práctica de organizaciones y desarrollo de investigación debido a que permiten comprender los matices de la brecha de género. La aparente brecha en la participación, no es tal en cuanto a la frecuencia de viajes, y el efecto “contagio” de vivir con una persona que use bicicleta para transportarse puede re orientar programas de promoción del uso de la bicicleta de manera efectiva.
Otro punto dice relación con el aumento significativo de caminantes y ciclistas en los últimos 10 años. Al igual que en Chile, en primavera y verano los viajes a pie y en bicicleta aumentan en zonas urbanas, sin embargo hay diferencias. Los viajes son más cortos caminando y son más diversos sus propósitos. Caminar y andar en bicicleta, en tanto frecuencia y recorrido, difieren de acuerdo a las estaciones en que se realicen. Las personas de tercera edad, pese a que usan la bicicleta para transportarse, optan mayormente por caminar, y entre hombres y mujeres mayores de 60 años la brecha de género es inferior que en edades más jóvenes. Aún con estas diferencias, tras 10 años de mediciones, ambos modos no motorizados siguen siendo los preferidos a la hora de movilizarse por la zona metropolitana. Lo anterior nos convoca a nosotros y a los entes de Gobierno a tomar consciencia de que los modos no motorizados son diversos y andar en bicicleta no es la única opción a considerar en materia de planificación urbana.
Otro punto interesante que declara el estudio, es la dificultad que existe para recopilar datos para estudiar la brecha entre mujeres y hombres. Para organizaciones como Macleta, que trabajamos tanto con mujeres ciclistas y no ciclistas, sabemos que es un tremendo aporte contar con datos actualizados cuando difundimos que el uso de la bicicleta como medio de transporte cambia vidas y ciudades. Sin embargo, es uno de nuestros desafíos identificar nuevas metodologías y encontrar tiempo para aplicarlas, aportando a la sociedad y a nuestras organizaciones pares con datos fehacientes.
Internamente estamos trabajando para superar esta brecha, la que a su vez nos permitirá contribuir a superar brechas sociales mayores.
Patricia Vargas, Coordinadora de Macleta.
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Foto: Flickr
Comentarios
06 de octubre
Faltaron las referencias.
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06 de octubre
Está el enlace al original, guey!