#Género

La transexualidad: ¿un trastorno mental?

Compartir

Hace unos días se realizó en Santiago un seminario denominado “Por la dignidad de las personas trans” (viernes 22 de octubre de 2010). Esta actividad se enmarca en la campaña internacional “Stop Trans Pathologization – 2012: por la despatologización de las identidades trans (transexuales y transgéneras)”, que tiene como objetivo que la transexualidad sea  retirada de los manuales institucionales de clasificación y descripción de los trastornos mentales.

Específicamente, se trata de dos manuales: a) Actual DSM-IV-TR (2005) y futuro DSM-V (2012): Manual de diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría; y b) Actual CIE-10 (1992): Manual de Trastornos mentales y del comportamiento, subtitulado como de Descripciones clínicas y pautas para el diagnóstico, de la OMS (Organización Mundial de la Salud).

Los manuales de la discordia

Respondamos a esta pregunta: ¿Estiman, realmente, y en qué medida, estos manuales que la transexualidad sea un trastorno mental?

De una somera revisión de ellos, cabe responder que, en sus últimas versiones, tienen una visión matizada sobre la transexualidad, no considerándola de plano como una enfermedad.

El DSM-IV, en su “Introducción” explicita lo que entiende por trastorno, dando una visión más amplia del mismo: “En este manual cada trastorno mental es conceptualizado como un síndrome o un patrón comportamental o psicológico de significación clínica, que aparece asociado a un malestar (p. ej., el dolor), a una discapacidad (p. ej., deterioro de una más áreas de funcionamiento) o un riesgo significativamente aumentado de morir o sufrir dolor, discapacidad o pérdida de libertad”. Obviamente, la transexualidad encajaría en el primer punto, o sea, como un malestar que produce dolor, con lo cual no se entiende el término trastorno, necesariamente, como sinónimo de pérdida de funcionalidad mental.

Y el llamado “trastorno de identidad sexual” (manera en que denomina a la transexualidad) lo define como “la identificación intensa y persistente con el otro sexo, acompañada de un malestar persistente por el propio sexo”. Con esto se quiere indicar que el supuesto trastorno derivaría, no tanto de la condición en sí misma, sino del malestar o dolor que esa condición genera, si no es tratada médicamente.

Por su parte, el CIE-10 aclara que prefiere utilizar el término trastorno, justamente, para no usar otros más polémicos como el de “enfermedad” o “padecimiento”. Es decir, diferencia el concepto de trastorno del de enfermedad. Cuestión interesante, me parece.

Qué concluir

Si bien es cierto que los manuales referidos han matizado su mirada sobre la transexualidad, como antes lo hicieron sobre la homosexualidad, el problema práctico es que, socialmente hablando, las personas transexuales, en la medida en que estén categorizadas como pacientes de un eventual trastorno mental, estarán siempre situadas en una situación de desigualdad social, por debajo de otras que no estén categorizadas de la misma manera. En términos simples, estamos hablando de una discriminación arbitraria en razón de la identidad de género asumida.

¿Por qué una mujer biológica, por puro afán de sentirse bien, de afirmar su identidad femenina (cosa legítima, me parece), se puede realizar implantes mamarios, sin tener que acreditar un supuesto trastorno mental; y, sin embargo, sí lo debe hacer una mujer transexual que desea efectuarse la misma intervención quirúrgica? Este ejemplo sencillo no patentiza, por cierto, las enormes discriminaciones que sufren las personas transexuales en la sociedad. Se trata, probablemente, de un ejemplo light; pero que revela en un aspecto concreto, en apariencia nimio, una de las muchas discriminaciones a las que, constantemente, se ven sometidas las personas transexuales en la sociedad actual.

La circunstancia de que la transexualidad esté incluida en los manuales arriba descritos, que son una suerte de “biblia” para los siquiatras, hace que las personas transexuales vivan todo un calvario burocrático a la hora de iniciar un proceso de reasignación sexual en términos sanitarios y legales. Explicar esto daría para largo y podrá ser materia de una próxima columna. Lo importante es que la transexualidad, al igual que muchas otras realidades sociales, no se asocia con un supuesto “trastorno”, sino con el derecho a la identidad: a ser lo que se quiere ser y a ser así reconocido.

¿Es esto mucho pedir?

———————————

Foto: gaelxLicencia CC

Tags

6
2

Los contenidos publicados en elquintopoder.cl son de exclusiva responsabilidad de sus respectivos autores.
Te invitamos a conocer nuestras Reglas de Comunidad

Comenta este artículo

Datos obligatorios*

6 Comentarios

sergioroa

Fundare un grupo para eliminar la ley de gravedad , la verdad es que no me gusta que se rompan las cosas cuando estas caen……, es mucho mas facil cambiar la norma , que cambiar nosotros, efectivamente que una persona no se sienta comoda con su sexualidad en relacion con la corporalidad es una enfermedad mental , puede ser tratada con exito , siempre que la persona lo desee, pero no vengan a cambiar la norma para que un comportamiento anormal, sea normal, te aviso que aun sera una enfermedad.

    Joaquín Bahamondes Correa

    A ud. le faltan unas buenas dosis de lectura sobre la diferencia entre los modelos que tenemos (en las ciencias) sobre verdades descubiertas (gravedad, por ejemplo) y las verdades inventadas por el hombre durante el tiempo (todo lo que concierne a la moralidad y la cultura). No lo invito a reflexionar solo, sino a hacer a través de lecturas que abran su entendimiento. Si lee Darwin, o Jerry Coyne (contemporáneo de las teorías de la evolución y selección natural) va a entender que incluso el «determinismo sexual» en el que ud. parece creer -aparte del hecho de que aparentemente no sabe mucho la diferencia entre sexo y género- no es tan rígido, y que morfológicamente podemos cambiar bastante… y de hecho la naturaleza ha dado bastantes luces de esto, solo que «normaliza» el cuerpo a través de diversos dispositivos (cirugía a neonatos no «claramente diferenciados» sexualmente).

oinotna

Buen punto don Sergio : » es mucho mas facil cambiar la norma , que cambiar nosotros», pero que es «normal», es tan difícil como todo lo que implica valores, que es «bueno» o «malo» y para quien, no es más fácil y mejor ser un poco más tolerante y no hacer a otros lo que no nos gusta que nos hagan.

    sergioroa

    Antonio : Tolerancia NO es aceptacion…..

Karina Penna

La transexualidad es un trastorno de identidad sexual, no constituye un trastorno mental, conforme al texto publicado por la Asociación Psiquátrica Americana, el año 1988.

cony

Hola! sólo quería decir que está muy buena la columna! y agregar que encuentro que tienes toda la razón… la transexualidad no es una enfermedad… es una condición, se nace con ella ( y al que no le guste… mal por ellos =/), y en ningún caso es tratable (no se puede tratar algo que no sea patológico….); tal vez lo contrario lo dirán los de la U. de los andes.. que dicen tener terapias hasta para la hoosexualidad (pero en el fondo sólo consiste en hacer reprimir la sexualidad de la persona, mediante la sublimación.. o sea, enfocarse en otras áreas de su vida, para desprenderla de lo sexual… por ejemplo, que sea un excelente músico, o científico, para que en el fondo…no piense en su sexualidad… ).
En este momento estoy cursando la beca de psiquiatría… y debo decir que …, por mucho que comprendo lo pasados a llevar que se encuentren por lo que dicen los manuales diagnósticos…. no hay que darle credibilidad a esos manuales, porque están hechos así con una doble intención: la idea principal es patologizar incluso aquellas cosas que sean normales, para así «obligar» al psiquiatra a tratar más patologías, hacer más diagnósticos, dar más medicamentos y así enriquecer a las farmacéuticas (triste, pero cierto =/) si se revisa los antecedentes de los psiquiatras involucrados en la redacción de los manuales, la mayoría se relaciona con los distintos laboratorios,… y los criterios que imponen, las patologías, etc… son arbitrarios =/; por lo mismo, la APA el año pasado decidió desligarse del DSM V, el nuevo manual que salió). Espero sinceramente que este tipo de cosas a futuros no se sigan dando =/, y que saquen la transexualidad de los manuales (aparte de transparentar los procesos con que se realizan), al igual que se sacó la homosexualidad del manual DSM III en su tiempo… Hay que seguir luchando hasta conseguirlo! saludos!