Daniel Zamudio le dice a su hermana: “Acuérdate niña, seré el gay más famoso de Chile”. El domingo pasado, por la noche, TVN emitió el primer capítulo de una miniserie que revive los acontecimientos que derivaron en tortura, golpiza y muerte de Daniel. El canal basa su mini serie en el libro “Solos en la noche”. Rodrigo Fluxá, sencillamente alumbra un retrato que no tiene nada que ver con las consignas. Tampoco es un fresco de moralidad ni pretende serlo, es la realidad de un puñado de personas amarradas por una misma tragedia que pareció haber despertado a un país. En la serie Daniel y sus asesinos aparecen como víctimas de un sistema donde la exclusión, la falta de oportunidades y la pobreza terminan siendo motores del asesinato.
Parto por el hecho lamentable del caso Daniel Zamudio y la homofobia. La miniserie me da a entender que es el contexto sociocultural lo que llevó a estos jóvenes a la tortura de Daniel y reflexiono un par de hechos del capítulo. Primero, al joven bailarín se le da una oportunidad en una escuela para bailar Flamenco, participa por una beca en España, todo pagado por 6 meses, pero por una situación familiar la madre no quiere firmar para que su hijo vaya a realizar su carrera al extranjero y salir de la situación económica media baja. Segundo, el joven que fue echado de su casa por su padre con su polola embarazada, es drásticamente llevado por la vulnerabilidad de la desprotección familiar a la calle, donde la pareja pernocta bajo puentes de ríos y obligados por la falta de oportunidades laborales roban por la necesitad de alimentos, medicinas y un lugar tranquilo. Podemos vislumbrar que el entorno social, cultural, educacional y económico es desigual.
Entonces el problema, en mi dura opinión, son las carencias del sistema en el que estamos inmersos. La promoción de la cultura, el respeto y la tolerancia se deben enseñar en la familia y en los diferentes sistemas de educación y espacios laborales. Si tan sólo en los grupos familiares se enseñara a respetar a las personas no existiría discriminación racial, política o de orientación sexual. Si en los sistemas educacionales se transmitiera el respeto por las personas y su dignidad, no habría clasificaciones o segmentos de grupos sociales, dependiendo de cuánto ganas o lo que tienes. Si en los espacios laborales existieran climas inclusivos de género, el espacio de diversificación sería ampliamente reconocido y el respeto y la tolerancia se verían como una igualdad de dignidad ante los sujetos.
La promoción de la cultura, el respeto y la tolerancia se deben enseñar en la familia y en los diferentes sistemas de educación y espacios laborales.
Esta miniserie me hace reflexionar sobre los hechos que llevan a las personas a cometer actos homófobos donde son empujados a la tortura y llegan hasta el punto de estigmatizar a un sujeto por su orientación sexual y creencias, con violencia física o psicológica. Rechazo cualquier tipo de acto discriminatorio. Y esto sólo la experiencia de vida me lo ha enseñado: cuando eres respetuoso y tolerante, eres respetado y te escucharán. Cuando hablas con respeto y dignificas al sujeto, tú mismo no te darás cuenta de que estás dignificando al género humano. Creo que la invitación es muy clara y la reflexión está para que podamos mirar nuestro entorno, sociabilizar, colaborar, ayudar a quienes lo necesiten. Dar una mano amiga, sin importar quien sea, habla de respeto, tolerancia y de dignificar a quien lo necesita.
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Gloria
Primero ya van dos capítulos de Zamudio ,yo tb reflexione con esa frase, Acuerdate niña,seré el gay mas famoso… Se cumplió lo que el Dany decreto , falta info.en la investigación de Fluxa.