El aborto es una cuestión de clase, razón por la cual no puedo hablar de despenalización si mi objetivo es que a través de una ley de aborto se contribuya en parte, a la igualdad. Si nos auto condicionamos de hablar solo de despenalización dejamos coja una discusión que necesita de todas sus extremidades para que comience a caminar.
Cuando se habla sobre el derecho a interrumpir un embarazo, pareciera que la discusión se obstinara a encerrarse en la “despenalización”, como una forma de anestesiar a los más conservadores y otorgarles la seguridad de seguir reproduciendo su modelo de represión hacia las mujeres más pobres de este país.
Nosotras exigimos transparencia y para eso debemos ser enfáticas en sostener que, para que un derecho sea tal, se debe hablar de legislación, así dotamos de garantía y viabilidad a esta práctica, de lo contrario seguiremos reproduciendo la lógica común que impera en la actual Constitución, saturada de vicios antidemocráticos, propios de un modelo neoliberal, y que condiciona derechos mediante el poder adquisitivo. Claro, se contribuye a acabar con la criminalización, pero ¿las pobres donde podrán abortar? Por eso hablemos de legislación y legalización.
El aborto es una cuestión de clase, razón por la cual no puedo hablar de despenalización si mi objetivo es que a través de una ley de aborto se contribuya en parte, a la igualdad. Si nos auto condicionamos de hablar solo de despenalización dejamos coja una discusión que necesita de todas sus extremidades para que comience a caminar.
Es inevitable no asociar estas vulneraciones con el actual sistema neoliberal, una expresión de un sistema capitalista que ve a las mujeres trabajadoras, como reproductoras de mano de obra barata; las portadoras de sus futurxs explotadxs. La esencia de un sistema neoliberal es seguir precarizando la maternidad en los sectores más pobres de nuestro país, por ello aparte de haber robado el derecho a abortar de estas mujeres, tampoco se preocupa de que esos hijxs, tengan garantizados sus derechos sociales al momento de nacer: el derecho a una educación y una atención de salud de calidad y gratuita, no hay sensibilidad de ver a madre junto su hijx desde las 5am todos los días esperando una hora de atención, expuestos al frío y a enfermedades.
También se preocuparía de que esas madres pudieran tener un postnatal de 1 año, que tuvieran los permisos necesarios para que desarrollaran su maternidad de manera libre y no presionadas por el temor de ser despedidas. También, como se autodenominan ser los defensores de la familia, se preocuparían de que los (p)(m)adres de esa “vida” que defienden, tuviesen un sueldo mayor a $250.000 (una cifra que debería ascender de acuerdo a los integrantes de la familia), se preocuparían también de que la vejez de esa “vida defendida”, pudiese vivir con una previsión digna, justa y solidaria a su contribución en las producción de este país y no amoldada a los intereses económicos de esa estafa institucional privada llamada “AFP”. Se preocuparían de no entregar migajas, sino que entregar herramientas a través del Estado… pero ¿Cuándo un sistema neoliberal tiene por objeto fortalecer un Estado? Ni en las mejores películas.
Si su fin fuera defender a esas “futuras personas” se esmeraría esta clase, en que lo que acabo de mencionar, fuese una realidad. Así no habrían mujeres que abortaran por un tema económico/ social y solo abortarían las mujeres que simplemente no quieren ser madres (razón también valida).
Esa debiese ser nuestra tarea; eso es ser pro-vida, ser pro-mujer, pro-autonomía. No se puede hablar desde una determinación autónoma, una mujer que si quiere ser madre, pero dadas sus condiciones económicas y sociales es imposible que construya su maternidad.
En síntesis si la “misión” de esta clase “defensora de la vida”, tiene un fin altruista, nos damos cuenta a través de estos “indicadores” que no ha sido, ni es, ni será su objetivo defender, al “que está por nacer”, sino que perversamente camuflan sus intereses fascistas y violentos a través de estas banderas de lucha y así seguir manteniendo a sus explotadxs en el circulo de la pobreza y marginalidad.
Quiero convencerlxs que la derecha jamás tendrá entre sus objetivos políticos la defensa de los derechos humanos. Solo utilizan ciertas coyunturas para desarrollar su modelo económico. Lo ha demostrado por años y en diversos contextos históricos.
Es por eso que esta “clase privilegiada” que defiende este sistema desde todos los frentes posibles, (parlamento, empresas, instituciones) canaliza todas sus fuerzas por seguir perpetuando a las mujeres desde esa tarea reproductora, enajenadas de su cuerpo. Desde la violencia intrínseca de esta clase explotadora, no solo se las priva de ser atendidas en condiciones dignas para interrumpir sus gestaciones, es más, las criminaliza. Así completa su tarea, si no tenemos mujeres muertas por provocarse abortos en lugares insalubres y en manos de inescrupulosos/as, tenemos mujeres tras las rejas. Por esta razón consideramos que esta problemática no es secundaria, mientras mueran o se procesen judicialmente mujeres por abortar, el Estado está siendo cómplice de esta vulneración y lo digo desde la seguridad de un país que ha firmado convenciones internacionales por la defensa de los derechos sexuales y reproductivos, pero como sabemos que un papel aguanta mucho, haremos todos los esfuerzos desde las organizaciones y la ciudadanía, para que la legalización del aborto sea una de las prioridades a la hora de legislar y una realidad futura.
Es, por tanto, esencial legislar mediante protocolos de embarazo seguro, tal como ha propuesto la OMS (organismo al cual pertenecemos) y establecer una objeción de conciencia a médicos que optan por no atender casos de abortos, los que deben tener la obligación de derivar de inmediato el caso a otro profesional de la salud.
Si bien nuestra crítica es estructural y es cierto, como le hemos planteado desde el inicio de la columna, que la mujer debiese tener el derecho a decidir bajo cualquier circunstancia, hay que ser estratégicxs en la manera de obtener logros en materia legislativa en el menor plazo posible. Por eso que desde la mayoría hay consenso de legislar y asegurar la interrupción de la gestación bajo 3 causales: riesgo de vida de la madre, inviabilidad fetal extrauterina y violación. No se trata de ser autocomplacientes, sino de asegurar ciertas garantías totalmente necesarias, dada las circunstancias actuales y acumulación de fuerzas dentro del parlamento.
Son momentos de apertura al diálogo, pero el dialogo se debe volcar desde el ejecutivo hacia las organizaciones sociales y la ciudadanía, no a sus espaldas. Debemos eliminar esas prácticas despóticas. Es la única forma de construir un Chile democrático y representativo, e ir desplazando a la derecha desde todos sus espacios, junto a su carta magna que los tiene conduciendo cómodamente este país. Por ello si somos defensoras de un proyecto de ley de Aborto, también somos defensoras de un Estado garante de todos los derechos sociales. A recuperar todo lo que nos arrebató la dictadura, a desentrañar esa constitución fascista del corazón de nuestro país.
Comentarios
05 de agosto
contundentes y con amplia vision este articulo que desnuda la realidad reproductiva y sexual que sufren las mujeres de nuestro pais por culpa de una moral hipocrita impuesta por las clases dominantes que solo ven sus oscuros intereses economicos……yo agregaria que las mujeres no deben estar obligadas a fabricar mas depredadores de dos patas ……..jejejeje……..ya habemos demasiada gente sobre el planeta destruyendo los pocos recursos naturales que nos quedan……….
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