En el año 1952 acontece un hito importante en nuestra historia, por primera vez las mujeres ejercieron el derecho a voto en una elección presidencial, donde el padrón electoral se duplicó en relación al de la elección anterior, concretándose un triunfo de los movimientos de mujeres y feministas que buscaban la “emancipación femenina”. La realidad que se vivía en esos años era clara, las mujeres chilenas tenían un rol de madre, dueña de hogar y educadora. Incluso al momento de contraer matrimonio quedaban bajo la potestad del marido y si trabajaban no tenía derecho a disponer de su salario. Pero a pesar de esto, se suma al hito anterior el triunfo de Inés Enríquez, que en 1950 fue elegida diputada por Concepción, llegando así a ser la primera parlamentaria chilena.
La realidad en nuestro país, parece haber evolucionado y se refleja en grandes cambios como en el ingreso a la educación superior donde las mujeres componemos un poco más de la mitad del estudiantado en el país, y en el emprendimiento donde cada día más mujeres deciden seguir un camino propio (por opción o por falta de estas). Hoy la mujeres con embarazo juvenil pueden terminar sus estudios escolares, mientras que antes las obligaban a abandonarlos y con la extensión del post natal, las mujeres trabajadoras pueden vivir una mejor maternidad los primeros meses. Además hemos incluido a nuestro lenguaje social los conceptos de “machismo”, “patriarcado” y “heteronorma”, que hoy son tema de conversación.No aceptaremos menos, porque la igualdad de género y el reconocimiento de todos nuestros derechos no es un capricho, es un tema de democracia y justicia, es reconocer a las mujeres como personas.
Entonces, ¿qué reclamamos? Basta abrir un diario para saber que si bien hay materias en las que se ha avanzado, Chile tiene grandes deudas con las mujeres, seguimos encontrando violencia de género en diferentes aspectos de nuestra sociedad, un claro ejemplo vergonzoso de esto es la discriminación del régimen matrimonial de sociedad conyugal previamente esbozado, donde la mujer no puede disponer libremente de sus bienes, ya que necesita de la autorización del marido, el cual es el “jefe” de esta sociedad. Cabe señalar además que este tema fue llevado incluso a la Convención Interamericana de Derecho Humanos y desde el 2007 Chile se compromete a reformarlo, pero hoy a 8 años el proyecto sigue inactivo
También se ve reflejado en el ámbito laboral donde las mujeres ganamos alrededor del 30% menos que nuestros pares hombres por el mismo trabajo, y para avanzar en nuestra vida profesional debemos cumplir con estándares más altos que nuestros pares varones, demostrando con mayor exigencia nuestras capacidades. En el aspecto político, continuamos siendo un poco más del 50% del electorado, pero en el parlamento somos el 14, 2% en la Cámara de Diputados y 13, 2% en el Senado (proporcionalmente no muy distinto a cuando Inés Enríquez fue parlamentaria).
Las labores del hogar aún no son compartidas y lamentablemente el trabajo asociado a la maternidad/paternidad sigue siendo cumplido en su mayoría por las mujeres. Ser mujer para muchos y muchas aún se reduce a ser madre, y se nos impide abortar, porque al parecer nuestros úteros deben regirse por las normas de otros (la Iglesia, al Estado, nuestras parejas y/o a nuestras familias), sin tener nosotras, las principales involucradas, el derecho a decidir por nuestras vidas. Por lo tanto, ¿qué tanto nos diferencia del Chile que vivían las mujeres de 1952?
Las mujeres seguimos viviendo discriminación y violencia. Nos discriminan por ser mujeres, por ser jóvenes y por ser viejas, por ser indígenas, por vivir con alguna discapacidad, por amar a otra mujer o por no haber nacido biológicamente con el género con el que me identifico. Tenemos un sistema de educación que sigue reproduciendo los roles de género tradicionales, primando los sesgos, mientras que los planes educaciones no contemplan educación sexual, laica y científica.
Seguimos siendo asesinadas por nuestras parejas, por nuestros familiares y por otros que creen que les pertenecemos. Los femicidios ya suman 50 durante el 2015 y los medios de comunicación siguen hablando de “crímenes pasionales”, donde además se continúan transmitiendo programas llenos de estereotipos como lo es “Morandé con Compañía” que cosifica y muestra como objeto a las mujeres. Las niñas siguen siendo abusadas sexualmente y violadas, siendo el 83% de las víctimas de abuso infantil, mientras que en el 84,7% de los casos el agresor es un familiar.
Este 25 de noviembre -Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer-, queremos un Chile que reconozca todas las violencias, física, sexual y psicológica, pero también la que es social e institucional y demandamos cambios, porque si bien reconocemos las luchas que dieron grandes compañeras, ya no queremos vivir en 1952.
Hoy las campañas con el objetivo de sensibilizar, hacen un llamado tanto a hombres como mujeres ejemplificando que las víctimas de violencia de género podrían ser, y son, tu hija, tu hermana, tu esposa o tu madre. Nosotras, jóvenes de la Izquierda Socialista entendemos el socialismo como una expresión radicalmente democrática y necesariamente feminista, por ende, señalamos que en tanto personas merecemos respeto. No aceptaremos menos, porque la igualdad de género y el reconocimiento de todos nuestros derechos no es un capricho, es un tema de democracia y justicia, es reconocer a las mujeres como personas.
Comentarios
26 de noviembre
Debe ser triste ser una mujer bajo su perspectiva de no considerarse a sí misma como una persona.
Seguramente, en su ser interior, usted cree que no es así. Que no existe tal elevado motivo de tristeza y de una u otra forma es posible que considere que ser mujer es algo fabuloso.
Yo creo que es una maravilla el sólo hecho de que existamos. De que hayamos sido el regalo, como hijos, a nuestros padres, en el momento en que tuvo lugar nuestro nacimiento como un nuevo ser humano.
Al mismo tiempo, pienso que nuestra vida en el mundo está llena de obstáculos que debemos aprender a sobre llevar con fortaleza, viviendo una vida con integridad, a pesar de la ausencia de los beneficios y concesiones que nos debiera proporcionar una democracia que hoy no existe y una ausencia de justicia, aparente, ya que si bien es posible que no veamos la justicia en cada acción en la que la creamos necesaria, pienso que a pesar de esto, la justicia existe, y al mismo tiempo que se encarga de premiar al justo, también tiene un galardón reservado para quien no actúa de forma conmovida ante el padecer de otra persona.
Espero que las impresiones que llegue tener en su vida vayan acompañadas del éxito de lo que hoy son sus inquietudes y lleguen a ser mejores de las que hoy tiene y que ojalá se asemejen en algo, siquiera, a la imagen que usted irradia…
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03 de diciembre
Recien vengo a leer esta columna ya que el periodo de exámenes en la universidad deja poco tiempo libre y la verdad me da bastante pena que tengamos que tener un dia que nos recuerde que la violencia esta mal
lamentablemente el enfoque esta completamente errado politizado e incluso hasta comercializado, el solo hecho de que se escriba y cito «violencia de genero» me hace perder fe en la humanidad, la violencia es eso, violencia, el decir violencia de genero nos limita a la toxica dicotomía Hombre-malo/Mujer-buena cuando la violencia existe también hacia homosexuales, incluso hacia el hombre también, iluminar una sola ensombrece a las demás y asi no se avanza
me parece irritante, mas que eso, insultante, que grandes mentes manejen a su antojo a la gente con menos capacidad intelectual y les fuercen no solo a repetir sino a perpetuar conductas socialmente nocivas con el fin de alimentar los intereses de unos pocos. Y esque simplemente es lo que mas vende, decir que las mujeres ganan un x% menos en el mismo puesto, sin indicar jornadas de trabajo y días faltados y zas ya tenemos a un monton de gente centrada en una problematica convenientemente distorsionada, mientras obligamos a hombres jóvenes a enlistarse en el ejercito en el cual por cierto gastamos una enorme cantidad de los ingresos del país
hay 50 y varios cientos anonimos mas de sensibles fallecimientos que no tienen razón de ser que pudieron evitarse educando y no hablo de los mal llamados femicidios, hablo x todxs :/
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