Un día cualquiera en la vida de una docente municipal:
¨Son las 07:00 AM del día lunes 26 de julio. La profesora Jazmín del tercero básico envía las invitaciones para la clase por Zoom a través de WhatsApp. Cinco minutos después tiene conectados a doce de sus treinta estudiantes. La señal es mala como de costumbre, se corta, se pega y por sobre todo no permite oír las preguntas y respuestas de sus alumnos. Para colmo, el computador de la profesora no puede funcionar si la batería no está conectada.
El termómetro marca -2 bajo cero. Unas de las mañanas más heladas en la comuna de San Bernardo. Pedro intenta conectar a la clase de la profesora Jazmín, no puede. Lo intenta una y otra vez. No hay internet. Su abuela no sabe escribir y menos usar un computador. Es la quinta clase en dos días que se pierde. ¨
Según datos entregados por el colegio de profesores de Chile, desde que se inició la pandemia, los docentes del país pueden pasar hasta 14 horas diarias frente al computador. En el mejor de los casos las clases logran realizarse de manera continua, dependiendo de la señal y del tipo de programa o plataforma que utilicen los docentes. Pero el trabajo del profesorado no termina al cerrar el Zoom, continua por correo y mensajes de WhatsApp hasta altas horas de la noche respondiendo las consultas y reclamos de padres, apoderados y estudiantes. Y es que educar a distancia implica un sacrificio físico y emocional enorme para los docentes. Sí antes de la pandemia el trabajo pedagógico presencial era desgastador en las escuelas y liceos, hoy en día resulta insostenible para los profesores continuar con una dinámica laboral que no respete horarios ni lugares de descanso.
El impacto socioemocional que han generado el trabajo remoto en los docentes es evidente, en una encuesta aplicada por el colegio de profesores en el año 2020 se evidencia que el 77% de los docentes reporta sentir estrés, 49,8% frustración, 41% angustia, 31,4% impotencia, 27,1% inseguridad, 17,3 desorientación y 9,8% aburrimiento. Y es que la mayoría de los profesionales de la educación no cuenta hoy en día con las condiciones necesarias para desarrollar su actividad educativa, en muchos casos no se les paga un plan de internet ni tampoco entregan computadores en condiciones adecuadas.
Desde el MINEDUC se ha criminalizado las peticiones del profesorado, se considera que solicitar planes de internet, computadores e insumos y condiciones sanitarias mínimas para el desarrollo de la docencia es una clara falta de voluntad de los docentes para retomar sus funciones. En diversos medios de comunicación se ha planteado abiertamente la idea de que son los docentes quienes no permiten la apertura de las escuelas y liceos del país, asociando el petitorio de los profesores a temas de orden político partidistas. Pero, al parecer nadie ha tenido en consideración la realidad de los docentes chilenos, los que mal pagados y poco valorados socialmente han tenido que responder rápida y creativamente al contexto de pandemia.
Las ayudas ministeriales se han reducido a propuestas curriculares (bajar el número de aprendizajes), pero, hasta el momento no se ha materializado una mejora en las condiciones de conectividad de los docentes, no al menos con recursos provenientes del MINEDUC.
Según datos entregados por el colegio de profesores de Chile, desde que se inició la pandemia, los docentes del país pueden pasar hasta 14 horas diarias frente al computador
Es importante considerar que los docentes del país no son los causantes de la pandemia por COVID-19 y que la falta de oportunidades educativas corresponde a la realidad de la sociedad en la cual vivimos. Un país profundamente desigualdad no puede avanzar en equidad si los soportes del desarrollo social y humano se encuentran hipotecados al mercado. En palabras simples, la educación y por lo tanto el profesorado chileno no puede ni debe ser visto como un bien de consumo que tiene una calidad distinta dependiendo de cuanto las familias puedan pagar.
En medio del desbordamiento del sistema hospitalario por el alto número de camas utilizadas por los enfermos COVID-19, el ministro Figueroa, en mayo del 2021, indicó que las escuelas y liceos del país podrían perder los recursos económicos asignados por asistencia si los estudiantes no iban a clases presenciales. Múltiples fueron los sostenedores de escuelas y liceos que hicieron eco del mensaje ministerial, presionando e incluso amenazando a los profesores y familias para forzar su retorno a clases presenciales.
Hoy en día llevamos en nuestro país la triste cifra de 35 mil muertos por COVID-19 y si bien el proceso vacunatorio avanza rápidamente, pero, la salud mental de los cientos de docentes que educan a nuestros hijos e hijas sigue lentamente deteriorándose, siendo invisible en los paneles de discusión y criminalizada por el MINEDUC.
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Alejandro
No atiendo estudiantes ni sábados ni domingos sin embargo estoy en el computador esos días buscando y preparando clases.. Muy autodidacta ya que nadie nos ha enseñado nada. Menos como afrontar la realidad híbrida.. Es muy stesante.. Los empleadores solo exigen.. No existe la empatia hacia la labor docente..!!
Isabel
Es importante agregar la situación de hijos de profesores, los más perjudicados de la pandemia, si no existen redes de apoyo necesarias.
Es opcional ir a clases para los estudiantes de manera presencial pero no para los profesores, y sus hijos?
Hoy se ha invisibilizado a los más afectados de la pandemia, hijos de profesores que adquieren más independencia de la que deberían, o requieren un especial apoyo en este contexto.
any
En general son perjudicados todos los niños al no haber red de apoyo….desde antes los niños con padres que no hacen teletrabajo, no tienen conciliacion familiar y se les obliga a trabajar horas extra, realizar el trabajo de los que tienen licencia….realidad de muchas familias.
any
La docencia no se considera un trabajo pesado…mas al final de su vida laboral quedan en una condicion tan vulnerable.Hoy son muchos que en el ejercicio estan siendo vulnerados, no son exclavos, no hay excusas para vivir como esclavos y no son los unicos trabajadores bajo pretexto de pandemia que se les esta exigiendo…de manera vil.