Es complejo, una tarea que se viene haciendo por más de 20 años, la mejora continua de la educación ha sido prioritaria, se ha avanzado mucho en aspectos como cobertura y a pasos mas lentos en equidad, sin embargo esta última junto a la calidad se transforman en el objetivo de este ambicioso proyecto educativo.
El gobierno de la Presidenta Bachelet -en plena campaña presidencial- asumió el compromiso con movimientos estudiantiles, sociales y con la ciudadanía de realizar una “gran reforma a la educación” que signifique una educación gratuita y de calidad para todas y todos en todos sus niveles.
La gratuidad en esta reforma es un aspecto sociopolítico interesante, en cuanto cambiaría el paradigma tradicional de la educación como bien de consumo a entenderla como un derecho social inclusivo. Hasta ahí hay consenso y parecen estar los votos en el Parlamento, por lo que la gratuidad parece posible en los próximos años, sin embargo el problema comienza en la calidad, nadie tiene claridad a qué nos referimos cuando hablamos de calidad.
La calidad es un término usado en economía para definir ciertas propiedades inherentes a un objeto que le permitan satisfacer necedidades, lo que, si contextualizamos al ámbito educativo la calidad, serían los diferentes insumos que intervienen en la escolaridad, los cuales a juicio del que suscribe estarían agrupados en tres categorías: Recursos financieros (subvención por alumno, subvenciones especiales, recursos de gestión, etc.), recursos de personas (planta docente y planta de asistentes de la educación) y recursos del proceso de enseñanza aprendizaje (factores que intervienen directa o indirectamente en el proceso dentro y fuera del aula).
Así entonces, también la medición de eficiencia y eficacia en la gestión de los recursos se hace importante, el control más activo de las estructuras del Estado en la gestión de los establecimientos, que los recursos del Estado sean reinvertidos en los establecimientos y no vayan a las cuentas bancarias de los sostenedores, mejorar las condiciones laborales de docentes y profesionales asistentes de la educación y por sobretodo mejorar las condiciones en el aula y fuera de ella, que son las que finalmente intervienen directamente en el rendimiento del alumnado.
Es complejo, una tarea que se viene haciendo por más de 20 años, la mejora continua de la educación ha sido prioritaria, se ha avanzado mucho en aspectos como cobertura y a pasos mas lentos en equidad, sin embargo esta última junto a la calidad se transforman en el objetivo de este ambicioso proyecto educativo.
Se hace necesario que todos los actores políticos, expertos educativos, docentes y otros profesionales de la educación, comunidades escolares y la ciudadanía logremos co-construir, aportar al debate y no entrampar en dimes y diretes que lo único que produce es entrampar aun más un proyecto tan complejo y ambicioso como la Reforma Educacional.
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