Anoche, en la primera charla del ciclo colaborativo «Mujeres trabajando por espacios seguros», que trata del respeto por los derechos humanos de personas LGBTI en cada etapa de sus vidas, y que se está realizando en Juventud Providencia, Manuel Montt 101, y que continuará durante noviembre y diciembre, realizamos el primer bloque: «Derecho a una Educación Libre de Discriminación para Niñas, Niños y Adolescentes».
Las expositoras Claudia Ancapán Quilape, Eva Gutiérrez Figueroa y Lucy Gómez, hicieron hincapié al presentar el síntoma, es decir, qué está sucediendo hoy en día en las aulas de las instituciones educacionales, la negligencia del Estado con respecto a la protección de l@s niñ@s y adolescentes que se encuentran imposibilitad@s de gozar del derecho a una educación debido al acoso y mal trato que reciben por parte de la «libertad de enseñanza» que sólo brinda libertad a los colegios y le niega la libertad a sus alumn@s.Hoy en día en las aulas a lo largo de todo Chile, tenemos a niñ@s trans, niñas lesbianas, niños homosexuales, bisexuales, queer, intersexuales o pansexuales, que quieren estudiar, pero no se les hace posible por tener que lidiar con prejuicios, acoso/bullying, violencia, y/o con el rechazo de sus familiares.
El problema es grave cuando se ve que el resultado de la libertad de enseñanza se prioriza sobre los derechos del niñ@ y adolescentes en nuestro sistema educacional. Esto no es velar por el bienestar de nuestros niñ@s, al contrario, es atentar contra el interés superior de ell@s.
Hoy en día en las aulas a lo largo de todo Chile, tenemos a niñ@s trans, niñas lesbianas, niños homosexuales, bisexuales, queer, intersexuales o pansexuales, que quieren estudiar, pero no se les hace posible por tener que lidiar con prejuicios, acoso/bullying, violencia, y/o con el rechazo de sus familiares. ¿Dónde quedaron sus derechos a estudiar, de disfrutar sus etapas de crecimiento, de desarrollarse en las personas que son, y no en las personas que se ven obligados ser?
A través del tiempo he pensado bastante en el origen de la discriminación y el abuso de parte de los padres o familia de origen en los casos de rechazo. He llegado a la conclusión que ese origen no es lo importante. Es imperativo y urgente que cada uno de nosotr@s hagamos algo por ell@s. Tenemos el deber de crear espacios seguros para nuestr@s niñ@s y adolescentes, sea donde sea.
¡No mires para el otro lado, involúcrate! Tú podrías ser la razón por la cual un niñ@ o adolescente no se quite la vida, no deje de estudiar, o que vuelva a amarse a si mism@.
Quedan invitad@s a la próxima charla, en noviembre, donde compartiremos tácticas para lidiar con el rechazo familiar, bullying escolar, y cómo generar más material a través de las redes sociales para convertir el desconocimiento en responsabilidad social de cada un@ de nosotr@s.
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