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Prueba INICIA : ¿las chuletas del mercado?

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Y finalmente salieron a la luz los resultados de la Prueba INICIA 2011. por si no lo sabe es una política implementada por el Mineduc para medir los conocimientos y habilidades de los egresados de Pedagogía en Educación Básica y Parvularia. Por ahora no es obligatoria y las universidades, tanto públicas como privadas se someten voluntariamente al testeo.

Si usted hace un simple googleo encontrará fácilmente los titulares que dan cuenta de la noticia: “Conozca de qué universidades son los mejores y peores egresados de Pedagogía”, “Prueba Inicia: Estas son las universidades con mejores y peores resultados”, “Prueba Inicia: 69% de egresados de pedagogía básica presenta conocimientos insuficientes”.

Lo que me impacta, más que los resultados poco alentadores, que eran de esperar –y eso que la muestra no abarca el universo total de instituciones que imparten la carrera de pedagogía- es la construcción de los titulares, el significado subyacentemente peyorativo, mercantilista y bastante erróneo que implican tales oraciones; es como si se tratara de un ranking cualquiera, como si habláramos pura y simplemente de cosas o mercancías, ¿se imagina? “Chuletas: Conozca aquí los mejores y peores locales dónde venden chuletas” o en la misma línea “Prueba de chuletas: 69% de chuletas en supermercados se vende en mal estado”.

Esto me hizo recordar a un economista que escribió hace unos días atrás que, “el precio del arancel de cada carrera en cada institución debería, para que los agentes tomaran decisiones racionales, reflejar el retorno promedio de dicha carrera y la información que permita generar expectativas razonables respecto a la tendencia ascendente o descendente de la calidad, prestigio y credibilidad de la institución…”. Dentro de los factores mencionados por su columna estaban por ejemplo, “las labores desplegadas en extensión e investigación de cada unidad académica”, etcétera.

Según le entendí debiera existir al menos un organismo encargado de difundir la calidad de las universidades, rankeadas según estos y otros parámetros para que los agentes -yo prefiero hablar de estudiantes y padres-, elijan democráticamente la mejor institución para continuar una educación técnica o universitaria.

Yo le explicaba a mi amigo que si este fuera el problema de fondo, bastaría con perfeccionar la información que está disponible en la web futurolaboral.cl y así todos podrían elegir, bien informados y a conciencia, la mejor opción que ofrece el mercado para estudiar.

Lo que me desmoraliza de este planteamiento y también de estos titulares es esa idea terrible de que la educación es un bien de consumo, transable como las chuletas o como cualquier otro producto en el mercado circulante, pero hasta para el mercado de las chuletas existe un organismo regulador ¿o no? Estamos de acuerdo en que nadie desea una intoxicación masiva de la población y que sean miles los que vayan a parar a La Posta por comer carne descompuesta.

A mi entender, al estigma que cargan las escuelas y liceos que por los malos resultados SIMCE están con semáforo en rojo -otra brillante idea del Mineduc-, ahora sumamos la discriminación que aporta la prueba INICIA. En síntesis, es como decir: Ahora que sabe que estas escuelas, liceos y universidades son de mala calidad por sus magros resultados, no estudie ahí y sanseacabó.

Cuando decidieron hacer públicos los resultados de estos test, en pos de una transparencia a mi juicio mal entendida, ¿alguien pensó en la estigmatización de los miles de egresados de esos colegios? ¿Se preguntaron qué sienten los profesionales que tienen un cartón de esas casas de estudio?, ¿Qué culpa tienen, si es lo que hay?

Mientras la prensa recrea estos titulares perversos y la estadística se enarbola como un fetiche supra valorado, hay miles de niños y jóvenes que seguirán, lamentablemente por mucho tiempo, estudiando en donde puedan, independientemente de estos rankings, porque simplemente no tienen los recursos para pagar una institución mejor. Mientras tanto, el Estado enviará un proyecto de Carrera Docente dónde sólo los mejores profesores podrán enseñar, sin que se regule a las universidades que imparten la pedagogía a destajo, cual vendedor de chuletas al por mayor y en un puesto callejero.

El Estado seguirá entregando platas a ciegas a entidades educacionales privadas que se rigen por las leyes del mercado, porque el Mineduc no tiene facultades para fiscalizar y sancionar. Mientras tanto, y al igual que con la JEC, el Estado desembolsará gigantescos recursos gracias al aumento de los impuestos, a fin de reimpulsar la deteriorada educación chilena, pero sin que hasta ahora se asegure que, al menos parte de esas platas, se invertirá en políticas públicas que intervengan el modelo, la estructura y sus integrantes.

No podemos seguir colaborando tan descaradamente con la estigmatización que ya existe de nuestros planteles, con la segmentación y discriminación de los estudiantes y sus padres. Vociferar a los cuatro vientos y apuntar con el dedo a quienes están bien o están mal no resuelve el problema en sí. El SIMCE y la Prueba INICIA, más que carteles propagandísticos de dónde comprar las buenas chuletas, debieran ser herramientas de diagnóstico para el Mineduc, instrumentos de estudio y reflexión para las autoridades que crean e implementan las políticas públicas en ámbito educacional.

Por ahora y armándose de paciencia, habrá que ver como se vienen los proyectos de la Agencia de Calidad y la Superintendencia de Educación, habrá que ver si de una vez por todas nos dejamos de repetir que estamos intoxicados y agónicos, ya sabemos que estamos enfermos, lo que hay que preguntarse es porqué y buscar el remedio antes de que el SAG nos declare oficialmente muertos.

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Foto: Formalfallacy / Licencia CC

 

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