“Hay que ver a ese gobierno, hay que ver las vueltas que da. Con un pueblo que camina pa’elante y un gobierno que camina para atrás”. Este clásico canto de marchas fue la consigna escogida por el movimiento estudiantil para convocar a la movilización del miércoles 16 de mayo. Lo hace en medio de nuevos anuncios del ministro de Educación, Harald Beyer, para distintos niveles del sistema educativo. Y lo hace, también, cuando ya están sobre la mesa las propuestas de varios actores sociales para la transformación del sistema educativo, como la propuesta de la ACES y la de financiamiento elaborada por la CONFECH (a la espera de la anunciada propuesta integral de reforma educacional).
Precisamente, si se trata de avanzar hacia la concreción del derecho a una educación de calidad en Chile, es en el escenario de las propuestas donde más se grafica que mientras el movimiento social va para adelante, el gobierno va para atrás.
El Ejecutivo insiste en reafirmar los principios que organizan el actual sistema educacional e impulsa medidas que profundizan su tendencia privatizadora. Hacia allá apunta la decisión de ampliar el número de becas y créditos fiscales en la educación superior para pagar los aranceles de instituciones privadas, así como los convenios de desempeño sometidos a resultados. Lo hace al proponer un descuento tributario a quienes pagan por educación en los niveles de la enseñanza obligatoria, no sólo legitimando este pago, sino que aumentando indirectamente la subvención fiscal a sostenedores privados. Continúa al aumentar el monto de la subvención escolar preferencial, en la propuesta para desregular el trabajo docente en el sistema de educación pública, así como con la ya aprobada alza (5%) en la subvención regular, que contempla la entrega de mayores recursos a empresas educativas privadas sin ejercer mayor control sobre sus destinos (como lo demuestra un reportaje publicado por CIPER).
Despreocupándose de las tendencias regresivas y segregadoras de estas políticas, el gobierno no atiende a la demanda del movimiento social por mayor igualdad en el acceso a la educación y el fortalecimiento de la educación pública como único camino para construir un sistema educacional más inclusivo, que entregue educación de calidad para todos.
Por su parte, la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios lanzó a fines de 2011 su Propuesta Educacional, la que ha sido ampliamente difundida a nivel de base y otras organizaciones sociales. Su propuesta se resume en la creación de un “sistema nacional de educación estatal, gratuita, de excelencia y con control comunitario”, resaltando conceptos clave en una concepción de la educación desde el enfoque de los derechos humanos, como son el Estado como garante, la universalidad y la participación. Estos elementos parecen haber sido olvidados en las políticas de los últimos gobiernos, y lo ratifican las reformas anunciadas por el ministro Beyer. A su vez, los dirigentes de la CONFECH, del Colegio de Profesores y los rectores universitarios han rechazado públicamente estas medidas. Denuncian la continuidad de las políticas privatizadoras, la promoción del lucro en la educación superior y la competencia como eje de la formación docente.
La fuerza demostrada en la movilización del 25 de abril se ratificó el miércoles 16 de mayo, y es de esperar que así se mantenga en las movilizaciones venideras y con la creciente articulación entre universitarios, secundarios y otros actores, ya que es este fortalecimiento, junto con la consolidación de las propuestas del mundo social, la señal más nítida de un esperanzador camino hacia adelante.
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