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¿Por qué defender el Instituto Nacional?

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El Instituto Nacional representa simbólicamente uno de los escasos espacios donde la concepción republicana tuvo un mayor desarrollo y produjo mayores consensos a nivel de las élites que se fueron sucediendo en el Chile posterior a la independencia.

Bien sabemos que el republicanismo, como idea articuladora de la nueva nación chilena, prontamente se enfrentó -en el campo del ordenamiento político- con las ideas conservadoras que este sector promovía y que con rudeza no ahorraron calificativos para criticar las “teorías tan alucinantes como impracticables” del republicanismo democrático (Presidente Joaquín Prieto al presentar la Constitución de 1833).

Sin embargo, fue en el campo de la educación donde conservadores y demócratas tuvieron siempre menos dificultades para llegar a acuerdos. A ello debemos los consensos relativos a la importancia de la  educación pública y al rol del Estado como su agencia fundamental y primordial. En efecto, si hubo controversias a este respecto, ellas se dieron más bien con la Iglesia Católica, celosa defensora del emprendimiento educativo y del respeto de las llamadas “libertades individuales”; principio a partir del cual la Iglesia buscó establecer un punto de diferencia con el Estado.

En este marco de relativo acuerdo, instituciones como el Instituto Nacional pudieron impulsar un modelo pedagógico de tipo meritocrático, fuertemente inspirado en la idea de que a la educación le correspondía no sólo formar buenos profesionales, sino, ante todo, buenos ciudadanos.

Los efectos de esta política son conocidos: la formación de un grupo variado de actores que contribuyó a modelar momentos claves de nuestra historia, a pesar de que estos actores mostraron trayectorias divergentes e incluso contradictorias; cuestión que pone en evidencia la naturaleza democrática del proyecto educativo del Instituto Nacional.

Sin embargo -y esto fue la norma en muchos aspectos- fue  bajo la retórica ultra liberal de la dictadura militar que estos consensos que se habían formado en torno a la idea de educación pública fueron puestos en cuestión, fueron borrados; anteponiendo, ante ellos, el dogma de que la educación podía y debía funcionar bajo un lógica de industria.

Hoy el diagnóstico es unánime: la educación pública se debilitó y año a año seguimos viendo como la participación de este tipo de educación decae en comparación a lo que representa el subgrupo educación privada y educación subvencionada.

Pero paradojalmente el Instituto Nacional pudo resistir. Por cierto esto lo ha hecho en un contexto de dificultad, de relativo abandono y en un marco institucional (municipal) que lo ha privado de su potencial histórico de servir social y pedagógicamente como un referente para el conjunto de la educación chilena. Como afirma un prestigioso y respetado ex profesor del Instituto, “la municipalización logró tristemente municipalizar los espíritus y también las ambiciones”.

La pregunta es: ¿por qué el Instituto ha logrado resistir? La respuesta no es sencilla, pero podríamos presumir que en todo momento el Instituto ha tenido personas que han logrado promover en la comunidad escolar una convicción de celo por el resguardo de la misión con la cual siempre ha intentado trabajar. Estos son los liderazgos positivos que han promovido identidad, cariño y compromiso por el viejo colegio. Son estos los elementos que han prevalecido y no los relativos a la selección de las “mentes brillantes”, como algunos lo intentan presentar.

Ahora bien, esta resistencia se ha convertido en un hecho molesto, y no es exagerado señalar que muchos quisieran ver al Instituto Nacional en una situación de mayor debilidad. Muchos desearían ver ya extintos estos llamados baluartes de lo público y así también ver resuelto definitivamente el afrontamiento desigual que lo público y lo privado han librado en las últimas décadas.

Las últimas semanas hemos presenciado lamentablemente como se pretende presentar al Instituto Nacional como el símbolo de todas las injusticias, al ser formalmente la expresión de un sistema que “selecciona” a sus alumnos. El Instituto es presentado como un colegio egoísta, que separa las trayectorias de los amigos, que discrimina, etc. En fin, sería la expresión de todos los anti-valores que los chilenos han  -en buena hora- re-aprendido a reprochar.

Digamos que el radicalismo torpe, miope y escasamente estratégico de algunos de los integrantes de la comunidad escolar del Instituto ha contribuido – lejos de defender sus intereses – a potenciar este sentimiento en la opinión pública.

El elemento clave del Instituto Nacional es su derecho -y su obligación- a desarrollar un modelo meritocrático y republicano de educación (basado en el esfuerzo y no en el dinero ni en los apellidos) que recobre el desafío de proyectar su experiencia al conjunto de la educación chilena.

Pero también es un hecho que formalmente hoy el contexto político comienza a cambiar, y si bien todos sabemos lo complejo que será reconstruir lo que ha sido destruido en varias décadas y el tiempo que esto tomará, también es evidente que la agenda política anuncia nuevos desafíos y nuevas restricciones que el Instituto Nacional parece obligado a enfrentar.

Hoy se argumenta: ¿por qué habría que privilegiar a un colegio en particular, viendo todas las necesidades que tiene el sistema público? Este es un argumento a lo menos discutible; imagino que a nadie se le ocurriría pensar en dejar de invertir en la Biblioteca Nacional Central (en su infraestructura, en sus salas, en sus fondos históricos) bajo el argumento de que hay muchas bibliotecas en el país que requieren atención. De ser así, estaríamos expuestos a una concepción igualitarista bastante básica, cuyos efectos prácticos pueden llegar a ser también bastante perniciosos.

Es en este marco donde aparece el tema de la “selección de los estudiantes”. Nadie puede negar que una mala lógica de selección, fundamentalmente cuando va acompañada de prácticas de discriminación, constituye un problema sistémico de la educación chilena, y que este fenómeno es responsable, en gran medida, de los procesos de fragmentación y endogamia que son más que elocuentes en nuestra sociedad.

Sin embargo, a pesar de lo que se pueda pensar, el tema fundamental del Instituto Nacional no es la selección. La selección ha sido el mecanismo para enfrentar un problema funcional y operativo: más demanda de ingreso que posibilidades de vacantes. Muy alejado de lo anterior, el elemento clave del Instituto Nacional es su derecho -y su obligación- a desarrollar un modelo meritocrático y republicano de educación (basado en el esfuerzo y no en el dinero ni en los apellidos) que recobre el desafío de proyectar su experiencia al conjunto de la educación chilena.

Lo que ha afirmado hace algunos días el ex senador Carlos Ominami en esta línea no puede ser ni más exacto ni más oportuno; ese es el desafío del Instituto Nacional.

Por lo demás, hay que señalar que si hay un colegio que puede exhibir una tradición de inclusión social permanente es precisamente el instituto Nacional. Mi padre, en el Instituto Nacional, convivió con compañeros de distintos niveles sociales; fue también mi experiencia; y sigue siendo la experiencia de mi hijo.

En rigor, la gran deuda del Instituto Nacional es más bien con una infinidad de niños talentosos que nunca han podido estudiar en este colegio, no por ser pobres, sino por son inválidos, por ser ciegos, por portar distintos tipos de discapacidad que este colegio se ha visto imposibilitado de abordar y acoger.

Por la importancia del Instituto Nacional hay que señalar, sin ningún pudor, que colegios de este tipo -difusores de la idea meritocrática que produjo los sanos consensos que le permitieron a Chile tener educación pública de calidad- requieren de un tratamiento especial.

Establecimientos como el Instituto Nacional debiesen ser formidables en su infraestructura, generosos en la remuneración de profesores de calidad y de dedicación exclusiva, y altamente exigente en sus planteamientos pedagógicos. Los estados deben dotarse de PILARES desde donde irradiar su visión y los modelos operativos que proponen.

Precisamente eso representa el Instituto Nacional: un pilar. Este pilar debe ser protegido y cuidado no sólo por su comunidad, sino por el conjunto de un Chile que debe volver a apoyarse en las instituciones públicas de las cuales siempre sintió legítimo orgullo.

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Marcel André Thezá Manríquez

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Andrés Brignardello Valdivia

Estimado Marcel, con el afecto que te tengo no puedo sino darme por enterado de las grandes diferencias que nos asisten. Desde mi particular visión siento que la defensa corporativa que algunos ex institutanos hacen del establecimiento reafirma el sistema de desigualdades, discriminaciones, exclusiones, privilegios y conservadurismo propios de una república constituida hace 200 años con sesgos de democracia que algunos desean mantener desde sus bases más firmes como es la educación. No es sólo desde la fuerza donde se dirección a una sociedad sino desde sus bases ideológicas y allí donde tu ves consensos algunos vemos privilegios. Allí donde tu vez tradición algunos vemos clasismo, allí donde tu vez unidad algunos vemos centralismo, en fin, el Instituto Nacional no puede ser una excepción para la defensa de la reproducción de privilegios que esta sociedad guarda ya casi 2 siglos. La sociedad ha cambiado y seguirá cambiando y las condiciones de participación en la educación ya no son las mismas que cuando se justificó, con la excusa de la meritocracia, la arbitraria selección que en el caso del Instituto hace que sólo se relacionen los «mejores» (en los estudios solamente, cosa no tan obvia en una sociedad como esta) y no exista diversidad real que es más amplia que la sola conducta frente a los libros y el aula. Me preguntó defender al Instituto de que y de quienes? Mala comprensión de las fuerzas que queremos empujar a esta sociedad a mayores niveles de igualdad y cohesión. Ayer leí a Mario Marcel en La Tercera y fue más comprensivo con la reforma que Usted amigo, hay que alejarse un poco del pizarron para ver el ejercicio completo y darse cuenta que aquí nadie quiere matar al Instituto Nacional sino sumarlo a la gran tarea de cambiar desde las bases la idea de un Chile distinto sin espacios que se guarden el derecho, en este caso no divino sino republicano, a ser la excepción de un país abierto a todos y todas.

Bastián Campos

el Instituto Nacional va cuesta abajo en la rodada, cada año tiene menos postulantes.
ATRAE MÁS ALUMNOS QUE LES IMPORTA MÁS SALIR EN LA TELE QUE ESTUDIAR DURO.
Desde el 2011 que sus dirigentes no tienen nada importante que decir, sólo tomas y manifestaciones repetidas y tontas.

Jaime Jansana

Defendamos la escasa memoria y leve historia de ésta República del fin del mundo que entre sus pocas prendas tiene en el Instituto Nacional un tesoro de decencia y resistencia a la mediocridad.
Jaime Jansana.
Abogado
Presidente del Centro de Alumnos del Instituto Nacional 1981.

Felipe Durán

Sin entrar de frentón en los temas de selección en el Instituto, porque entiendo que el proyecto de ley contempla la excepción en los colegios emblemáticos, defiendo la siguiente idea más general: Es cierto que el Instituto Nacional es en la práctica una elite intelectual como lo es probablemente el Liceo 1, Lastarria, Liceo de Aplicación y en provincias sus correspondientes emblemáticos.
Lo que me asombra es que el debate se centra en un sólo país: El que quiere ser republicano y democrático, público y solidario. No se toca jamás a ese otro Chile de la educación privada, que cobra 400 mil pesos mensuales por tener un chico estudiando sin contar la cuota de inscripción que supera el millón de pesos. ¿Insólito verdad? Me gustaría que el debate fuera total. ¿Qué tipo de educación queremos en el PAIS? Porque poco sacamos con criticar la elite intelectual pública si no nos atrevemos a sacar a la pizarra a la elite económica de la educación. Si mañana mi hijo podrá elegir educarse en el Nido de Aguilas, por ejemplo, sin pagar tal como se hace en el Nacional, perfecto, creo que por ahí podríamos estar pensando correctamente las cosas. Antes de eso, mantengamos las cosas como están.
Un institutato que luchó contra la municipalización.

bryan saldias

Bueno soy alumno del IN y la verdad que leer esto realmente me parece impreciso, a decir verdad ser del instituto nacional tal como dice Marcelo exige luchar por la patria y por lo tanto, esperar y dejar que haga el estado lo que quiera con los ciudadanos, imponiendo leyes y reformas que solo traen problemas no seria el actuar de un Institutano de verdad. Hoy en dia nuestro compromiso social es de gran importancia ya que buscamos hacer que el chileno promedio deje de ser ignorante o que simplemente se haga por si mismo ignorante dando una mirada hacia al costado cuando sabe realmente lo que sucede.
Esta renombrada selección es ni no mas que un parche disuasivo del estado par que se piense que actúan bajo el compromiso y las luchas sociales de los sectores mas vulnerables y las luchas de los colegios por la educacion, pero no es asi. La selección y la reforma educacional son un actuar precipitado y mal refutado por el estado, si bien suena lindo y seria ventajoso hacer todo lo que se dice, no es el modo ni el momento para hacerlo. Hoy en día si se hiciera esta reforma traería consigo graves problemas sociales en el futuro, y es por eso mismo que nosotros los que realmente amamos a la patria, luchamos y dejamos de ser ignorantes. Nuestro fulgor, pasión y ganas por ver un Chile mejor nos hacen quedar mal ante todos para que de una vez por todas, o al menos que la gente sepa mas y se informe, no nos interesa quedar bien, no nos interesa se puntajes nacionales, nos interesa Chile, y aunque quedos mal por luchar siempre, da igual, ya que creemos que nuestro país puede ser siempre mejor, y es por eso que seguiremos adelante en nuestra lucha solitaria.
SI hoy se hiciera la reforma seria un utopía, ya que primero se debe igualar la educación y la calidad en todos los colegios, gracias a este sistema educativo tan como la mierda que tenemos no se puede hacer, y por eso mismo hasta que no hayan cambio reales y radicales en el sistema tanto económico y educacional, cada cosa propuesta en la reforma tanto educacional como tributaria estarían mal y no es el momento ni la forma para poder hacerlo, solo llevarían al país a la ruina, es mas la educación de ser mala como la conocemos, pasaría a ser diez veces peor, si cambiara todo el sistema educativo y estatal, quizás, ahí quitar la selección seria lo correcto, pero hoy en día lo mejor y lo único que salva a la educación chilena es la selección por esfuerzo, quizás deba dejar de existir la selección por religión, etnia, …etc, pero la selección por esfuerzo ni si quiera es cuestionable, es vital y de suma importancia que exista, atentamente y esperando respuestas de la gente que si esta comprometida y quiere saber sobre la realidad del pais. Lo ultimo que digo… todo esto inventado por el gobierno no es nada mas que para quedar bien con los sectores populares, no se queden con la fachada, siempre tienen que ver mas allá de las falacias colgadas que existen en el gobiernos, siempre están quedan en el aire son simples y estúpidos parches

proyectozider

Asi como estan las cosas hoy, la seleccion y la meritocracia son positivas. Mañana cuando la situación cambie, seleccion y meritocracia seran conceptos obsoletos. Concuerdo con el autor de la nota. No podemos nivelar hacia abajo. Aquellos que lo pregonan simplemente pretenden aniquilar el ultimo bastion de ciudadanos pensantes educados publica y gratuitamente.

vasilia

vasilia

Todo el drama es que los que quieren ingresar al IN tienen que rendir una prueba de admision. Y hay varios que no quieren hacerlo, que creen que porque van a la escuela ya con eso «merecen» estar en el IN.

Pero el mismo Ministro Eyzaguirre dijo que no se tocaria a los colegios particulares, a los que piden que los padres deben presentar el curriculum vitae, certificado de renta y de antigüedad laboral, las tres últimas liquidaciones de sueldo o declaraciones de renta, universidad, si los progenitores cuentan con especialización a nivel de posgrado y qué idiomas manejan, se pide informar si el postulante tiene o tuvo algunos de los siguientes problemas: dificultad para aprender a caminar, dificultad para aprender a hablar, dificultad para aprender a controlar esfínter o hiperactividad, los hábitos de sueño del niño (horarios, postura al dormir, si comparte dormitorio) y alimentarios (vomita o se atora al comer)…

Quieren matar al IN, quieren matarlo y lo van a lograr porque demasiada gente se ha creido el cuento ridiculo de la inclusion.

Claudio Troncoso

Sin embargo, un modelo educacional que incopora dentro de su lógica el que un alumno pueda ser expulsado o desplazado de un colegio por rendimiento académico es un modelo equivocado ya que no asume el desafío de potenciar, con todo lo complejo que ésto pueda resultar, a niños con ritmos de aprendizaje más limitados. Y por lo mismo un colegio que enmarca dentro de su dinámica de funcionamiento esta práctica más bien motivada por la lógica del mérito y no del fin último de la educación que es aprovechar el máximo potencial de una persona, es un colegio que sucumbe a los mismos vicios que se deberían erradicar de nuestra cultura nacional. Todo esto a pesar de ser todo lo inclusivo en lo social y de transmitir los valores republicanos a los que yo suscribo íntegramente.

El proceso escolar no debe responder a lógicas competetivas y meritocráticas como malamente se plantea. Muchas veces se intenta legitimar los procesos de selección o de calificación homologando lúdicamente, a modo de ejemplo la formación de niños con la formación de deportistas de elite. Eso es tan aberrrante como equivocado. Y un modelo educacional que se basa en la selección así como tambien en el simple adiestramiento de ‘los mejores’ (que ya fueron seleccionados) para obtener los máximos resultados en las pruebas de selección (como ocurre en los liceos de excelencia) no permite entregar la mejor educación sino que sólo perpetúa un orden lógico y lineal en el que los ‘más aptos’ obtienen más posibilidades de alcanzar buenas posiciones y donde los ‘menos aptos’ van quedando resagados siendo que estos últimos, con una buena intervención de parte de una comunidad educativa conciente, también podrían alcanzar el máximo de sus potencialidades estando éstas no solamente asociadas a las tradicionales matemáticas, lenguaje e historia.

    vasilia

    vasilia

    Si no eres capaz de aprender lo más elemental en la vida, que es la historia de tu propio pais y de tu propia gente, saber como hablar y escribir para expresar tus ideas, y como hacer operaciones matemáticas en un mundo en que todo tiene relación con eso ¿como pretendes desarrollar otras potencialidades?

    ¿O por qué crees tu que aprendemos matemáticas, lenguaje e historia? ¿Porque nos quieren lavar el cerebro? No!!!! Bueno, tal vez con historia sí, pero la razon por la que aprendemos esas cosas es porque todo parte de ahi. Las matemáticas desarrollan la lógica, el razonamiento, la organización mental. Te obliga a pensar para resolver problemas. Si no eres capaz de comprender lo que lees ¿como serás capaz de expresar lo que piensas? Y si no sabes lo más elemental del país en el que vives, si no entiendes por qué este pais y este mundo es lo que es ahora ¿como vas a mejorarlo?

    La lógica detras de la «enseñanza» básica es que tu aprendas lo que todos debemos saber, o sea, las bases del conocimiento, las que gente como Isaac Newton o Mozart, o Dumas o Mark Twain conocieron, y que fueron su piso para crear e imaginar otras cosas. Tu no construyes una casa desde el techo, primero necesitas los cimientos, y los más elementales de una persona para que desarrolle su potencial son matemáticas, lenguaje e historia.

    Otra cosa es que la forma como se enseñan no siempre puede ser la mas agradable o la mas simpatica. Tal vez haya que cambiar un poco eso (no mucho, porque tampoco el colegio es un circo), pero eso es otro tema.

    Ahora bien, es cierto que nunca es agradable ser expulsado por motivos academicos, sobre todo cuando precisamente el expulsado falla en esos tres ramos. Pero no creo que entiendas que detras de eso hay una logica para nada equivocada, y que es que las acciones tienen consecuencias.

    Todos los colegios (y eso desde siempre) nunca expulsan a un niño sin previo aviso, siempre advierten al niño y a los padres que esta bajando el rendimiento, que esta teniendo problemas, se habla con los profesores, incluso ofrecen soluciones. Cuando un colegio expulsa, es porque ni el niño ni los padres han hecho nada al respecto. O sea, ese chico y esos padres no estan ni ahi con aprovechar nada.

    Porque detras de la logica de la expulsion no esta el perverso «eres tonto,no sirves». Esta el que pasar de curso es el primer escollo que tiene una persona en su vida. Es la primera «prueba» que uno pasa en la vida, es la primera gran responsabilidad que tiene uno cuando es niño. No es ser el mejor alumno, ni tener buenas notas (porque es refacil tener buenas notas en el colegio), sino que exige de ese niño tomar conciencia de que sinocumpleconestaobligacion=expulsion. ¿Como se evita la expulson? Estudiando y pasando de curso.

    Ah, es que el expulsado aprende mas lento. Los niños con ritmo de aprendizaje mas limitados deberian estar en colegios especializados para este tipo de niños, en donde haya profesores especializados que les enseñen tecnicas para superar esos problemas. Pero en pro de una «inclusion» mentirosa, se pone a alumnos en diferentes niveles de aprendizaje en una misma sala, lo que hace que los que aprenden mas rapido se aburran, los que aprenden mas lento se sientan frustrados por no ser como los que aprendan mas rapido, y el profesor acabe con un colapso porque no puede satisfacer a uno ni a otro. Y todos pierden, porque el que aprende mas rapido deja de aprender y el que aprende mas lento acaba agarrandole fobia a estudiar porque nunca va a lograr alcanzar a su compañero.

    Es lo que ahora esta pasando. Por eso es que cada vez la educacion va a peor, porque los mas aptos estan quedando relegados a un rincon en que mas les vale estudiar por su cuenta, mientras los menos aptos se niegan a hacer ningun esfuerzo porque «para qué».

    La logica que tiene que cambiar es que «todos los niñitos a la escuela» al estilo metro de Santiago a las 8 de la mañana, o sea, metiendolos en una sala hasta que salgan brazos y piernas por la ventana.

    Tienes que partir de que hay etapas de aprendizaje que un niño (que no tiene ningun problema, ojo) debe cumplir, porque estan relacionadas con su desarrollo mental. No es una cuestion arbitraria, ni tampoco de «merito». Por eso, en primero basico, todos los niños deberian ser seleccionados, entre aquellos que no tienen problemas de aprendizaje y los que si, y separarlos en segundo basico. A los primeros exigirles acordes con su edad el aprendizaje de cosas que todos los colegios del mundo enseñan; a los segundos, enseñarles las tecnicas que les ayudaran a superar esos problemas de aprendizaje y enseñarles lo mismo que a los otros, pero de una manera diferente y a un ritmo distinto. Y solo en primero medio juntarlos, cuando todos accedan a ese nivel de formacion con las mismas bases, adquiridas de distinta manera sin haber perjudicado ni a uno ni a otros.

    Por ejemplo, niños hiperactivos no pueden estar en una sala con niños no hiperactivos. Los primeros desconcentran a los segundos. Los primeros deberian estar si no en un colegio tal vez en una sala distinta, donde un profesor que este especialmente entrenado para trabajar con ellos. Asi cada uno aprendera a su ritmo, no se van a perjudicar mutuamente y los segundos no tendran que ser medicados.

    Lo aberrante no es seleccionar por conocimientos. Lo aberrante es que obliguemos a todos los niños a aprender a un mismo ritmo porque si no lo hacemos «no somos inclusivos».

Claudio Troncoso

Marcela Castro: Estoy de acuerdo con tu punto que habla de las bases del conocimiento. Mi problema es con la asociación que se hace al suponer que ‘una vez seleccionados los más aptos cuento con buena materia prima para adiestrar de mejor manera a dicho grupo con miras a obtener un excelente resultado en pruebas de medición con lo cual después aparezco en los rankings y almanaques como uno de los establecimientos que entrega «educación de calidad»‘. Nada hay de malo en enseñar lenguaje, matemáticas e historia. ¡Nada! Al contrario, hablas con mucha razón al señalar que dichos conocimientos son base para incorporar todo lo otro. Lo malo es introducir el elemento meritocrático y competitivo en una etapa que es de formación. Si el niño tiene otro ritmo, una comunidad educativa competente se hace cargo de que aprenda, no de removerlo o de homologarlo al resto con pastillas. Y si tiene dificultades para absorver ciertas materias porque sus capacidades se orientan hacia otras áreas, lo propio es que sus educadores tengan la capacidad de canalizar dichas sensibilidades y lograr sacarles el mejor provecho sin dejar de entregar los conocimientos ‘base’. Sin embargo, sé de algunos colegios llamados ‘de excelencia’ en los que ante situaciones como esas, se les induce a los padres a empastillar a sus hijos o a moverlos a otros establecimientos especiales de orientación más ‘artística’ porque ‘en este colegio se les prepara la PSU’. Está bien, hablemos de excelentes regimientos que preparan para la gran batalla de la selección universitaria, pero no me vengan con la cantinela de la ‘educación de calidad’ de los colegios ‘de excelencia’.

No hablo de pajaritos ni de educación ‘naif’, hablo de potenciar capacidades que no necesariamente se enmarcan dentro de las tradicionales matemáticas, lenguaje e historia. En ningún caso me referí a dejar de enseñar dichas materias.Y el componente de la competitividad va en contra de la tarea de entregar ‘educación de calidad’.

    vasilia

    vasilia

    Claudio:

    hablabas del problema de expulsar alumnos desde el punto de vista de la segregacion y la discriminacion. Y yo queria explicarte que la expulsion no es solo un «ah, este es idiota, que se joda». No pense que hablabas de educacion naif, sino queria decirte que hay dos caras, o mas de dos caras, en el asunto de la expulsion.

    No, no es malo y de hecho es muy positivo incorporar el elemento de merito y competitivo en la etapa de formacion. Si te dan las cosas por regaladas no las aprecias. Necesitas «ganarte» las cosas porque te esfuerzas por ellas (merito) y competir con otros hace que explotes mas tus potencialidades. Porque si ves que otros iguales que tu les va mejor, entonces te motiva a superarlos. Esa es la idea. Competir impulsa el espiritu de superacion atacando el ego que todos tenemos. Es como ese capitulo de los Simpson cuando Homero queria ser como Edison y Edison queria ser como Da Vinci. Y ademas, la competitividad (bien llevada) te enseña algo que joder que es importante: TOLERANCIA AL FRACASO. No hay nada peor que llegar a adulto sin ser capaz de tolerar la frustracion.

    «si tiene dificultades para absorver ciertas materias porque sus capacidades se orientan hacia otras áreas, lo propio es que sus educadores tengan la capacidad de canalizar dichas sensibilidades y lograr sacarles el mejor provecho sin dejar de entregar los conocimientos ‘base’.» No. Ojo, que es un «no» no desde «estas equivocado y como se te ocurre» sino que es un «no» porque no confundamos «capacidad» con «talento» y «dificultad de aprender» con «flojera maxima». Esto es como la diferencia entre «ver» y «observar». tu ves las cosas, todos las vemos, porque tenemos ojos y salvo que seamos ciegos totales vemos cosas. «Observar» es que te des cuenta de qué estas mirando y sepas que cosa es, puedas describirla…

    Los niños (y me refiero a todo menor de 14 años) tienen talento para algunas cosas y para otras no. Jamas tuve talento para pintar y eso que mi papa dibuja precioso, pero soy muy creativa con la aguja y el hilo. Talento. Pero todos somos capaces, todos, de aprender.

    Ten siempre eso en mente: no naces siendo «capaz» de aprender porque todos nacemos con esa capacidad. ¿Tienes perrito? Yo tengo uno, y el aprende: aprendio a hacer hoyos en las plantas de mi mama, a buscar la pelota, a que Cachupin es mas barato que Dog Chow…. Si mi perro hippie aprendio esas cosas, es porque es capaz de hacerlo. Y si un perro es capaz, un gato, un loro, un simio, lo es un niño y cualquier ser humano. La diferencia es que algunos necesitamos practicar mas algunas cosas hasta lograr comprenderlas bien.

    ¿Me explico mejor? Obviamente un niño con sindrome de down tendra mas dificultades con ciertos conceptos que un niño que no nacio con ese problema, para ponerte un caso evidente de desigualdad. Pero no es que el niño con sindrome de down no sea capaz de aprender incluso esos conceptos mas complicados, es que la forma de enseñarselos sera distinta. Es como el asunto de los habitos de estudio: yo necesito estudiar con musica porque me concentro tanto que pierdo la nocion del tiempo y necesito hacer esquemas, porque relaciono las cosas para aprenderlas. Tu necesitas silencio total, porque de otra forma te distraes y necesitas colorear las palabras y repetirlas hasta memorizarlas. Los dos somos capaces de aprender lo mismo, solo que la forma en que vamos a hacerlo es distinta porque somos distintos.

    Pero ya sea un niño con problemas reales de aprendizaje o con cualquier otro, la clave de aprender es practicar una y otra y otra vez. .En la escuela no aprendes a la primera (salvo que seas un supergenio y esos son escasos), aprendes cometiendo errores y rectificando. Una y otra vez.

    Y ahi viene lo de «flojera maxima»: si un niño no ha sido «capaz» de aprender a leer bien, y sale de cuarto medio sin entender el titular de la Segunda (de la Cuarta no, ni yo los entiendo a veces), no es porque ese niño no fuera «capaz» de aprender a leer bien, es que no le importo hacerlo. Ni a el ni a sus padres. En 12 años de colegio, no les intereso un pimiento hacer lo mas elemental que puede hacer una persona: saber leer. Y eso no fue por «incapacidad», fue por vulgar flojera. Flojera del niño, pero ante todo flojera de los padres que no son capaces de verificar que esta haciendo el niñito durante 8 horas cinco dias a la semana en su sala de clases.

    Y eso es lo que tenemos ahora, un gran problema de flojera y mediocridad bajo el disfraz de «problemas de aprendizaje». Porque tenemos a chicos que salen de cuarto medio sin saber leer, ni escribir ni sumar. Y eso es porque NO TENEMOS UNA COMUNIDAD EDUCATIVA COMPETENTE.

    ¿Que es una comunidad educativa? No es solo el profesor. Es el director, el jefe de carrera, la psicopedagoga (nunca he entendido por que tienen a una mujer que normalmente es una sicopata como psicopedagoga en un colegio), el inspector…Y los padres.

    Lo que tu y yo podemos entender por «dificultades de aprendizaje» esa comunidad entiende otra cosa. Oye, tratan de «hiperactivo» e incluso medican a niños de 8 años que hablan en la sala de clases. Joder, tienen 8 años!!!! que niño a los 8 años se esta quieto, es que es anormal estar quieto a los 8 años!!!

    Y de ahi deriva todo lo que comentas. Si tenemos unos padres incompetentes (y me refiero al tipo de padre que deja al niño en sala cuna y luego lo recoge cuando esta en la universidad, que son harto mas de lo que se piensa), que ademas vienen con el cuento de que «ellos» eligen el «sistema educativo» de sus hijos (¿por qué entonces no lo educan en casa mejor?), es recontrafacil engañarlos con el cuento de que un colegio de excelencia prepara para la PSU. Porque (traduccion al spanish) ¿no se dan cuenta que les estan diciendo que sus hijos estaran cuatro años preparando una prueba que cualquier mono con un lapiz puede responder y obtener 600 puntos con el de tin marin?

    Si tenemos unos sostenedores de colegios que piensan en lucro, y un largo etc de situaciones (repitiendo lo de la psicopedagoga sicopata) ¿te sorprende que lo que menos les importe es enseñar matematicas, lenguaje e historia? Hay colegios «super artisticos», gimnasia, musica, blablabla… Y los crios salen de cuarto medio sin saber el teorema de Pitagoras, y de esos un monton van a querer estudiar ingenieria o construccion civil. Eso explica los Costanera Center o los Mall de Castro que han inundado nuestro pais.

    Estamos teniendo un gravisimo problema de conceptos. Un colegio de excelencia NO ES uno que prepara para la PSU, es uno que te da la mas solida base de conocimientos garantizando que la aprendiste y no se te olvidara en la vida. No tiene mayor ciencia enseñar a un niñito a rellenar un circulo en una ficha de respuesta (que es una de las cosas que sí deberia ser motivo para descontar puntos en la PSU, que haya tanto crio que no sepa rellenar un circulo) sino el hacerlo capaz de tener los conocimientos imprescindibles para su desarrollo mental. Porque saber leerescribirsumarrestarmultiplicaridividir adecuadamente no es una obligacion para tener un empleo sino para que la mente de esa persona (de ese niño) se alimente. No es «inclusivo» meter a 45 niños en salas habilitadas para 20 alumnos. No es mejor un colegio por tener tv de plasma como pizarra, ni profesores que sepan hablar ingles pero no sepan enseñar. Definitivamente no es mejor un colegio por pasar una prueba ridicula como el SIMCE… Y un largo etc.

    Hacerle daño al IN como se pretende con esta reforma no soluciona estos ni los otros problemas que realmente son relevantes. Estamos ahora expulsando de cuarto medio a un monton de analfabetos funcionales, intolerantes, deprimidos, y esta reforma lo que hara es que los pocos que no estaban asi ahora se conviertan en eso. Por culpa de una deliberada deformacion de los conceptos mas basicos de la enseñanza.

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Marcel André Thezá Manríquez

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