En el tema Poesía en la Sala de Clases se aprecian muchas opciones: Poesía y contexto social, poesía y género, poesía e historia, poesía como canto ceremonial, poesía como terapia, poesía y educación física y otras combinaciones. En el fondo se trata de la poesía como una gran herramienta para ver y comprender el mundo.
Indispensable es cierta elasticidad de pensamiento, cierta flexibilidad y cierto abandono de los miedos a salirse de los patrones rígidos de análisis de un poema. No temer a la ronda de comentarios, a salirse de tema, a lo que gatille el poema fuera de sí.
Lamentablemente la enseñanza es a veces un esténcil que se pone y se le arroja todos los días una capa de pintura, monótonamente, por cumplir. La idea es que la clase sea una aventura.
Las preferencias
Uno de los problemas que enfrentan quienes enseñan poesía es que no existe un corpus para enseñarla. Pero existe internet y hay cientos de páginas donde buscar. En años anteriores, recuerdo, no había chica que no se preciara de sensible y con onda si no tenía en su bolso un libro de Alejandra Pizarnik, Sylvia Plath, Anne Sexton. Luego se dijeron, las modas habían mutado a poéticas aún más extremas en lo confesional: Sharon Olds y la argentina Susana Thenon, eran un éxito hace cinco años. Los gustos cambian o los estudiantes cambian. Los sonetos de la muerte de Mistral son demasiado oscuros (en donde ella le pide a Dios la muerte de su amado) pero por lo mismo pueden rimar con algunas personalidades. Hay otros que prefieren poéticas más difíciles de asir, lo más raro. Esto ultimo en primer lugar no requiere de una comprensión por parte del estudiante, si de una vehemencia, un poema no exige comprensión, exige vehemencia.
Una propuesta
Girar en torno a un verso. Cuestionarlo. Responderle al poeta con otro poema, hay varias maneras de abordar un poema. Simplemente qué sensaciones nos gatilla.
Una buena idea es comenzar con poemas sencillos: poemas de William Carlos Williams, poemas de Estravagario de Neruda, poemas de Gonzalo Millán –relación personal, sinónimos de la muerte, evitar las óperas magnas como La ciudad- los poemas de una sola imagen breve son muy fáciles de asir por los estudiantes.
Una buena idea es dar a elegir entre varios autores y que los estudiantes mismos elijan sobre cuál poeta hablar. La prosa o crónica de lectura del poema debe ser libre, no tener restricciones, salirse ojalá del tema, imitar el poema, responderlo.
Conozco profesores que echan mano a los dibujos animados que ven sus estudiantes para por ejemplo, pasar Haykus y poesía japonesa.
Compañías permanentes
Hay algo claro, y es que un poema queda muchas veces como un tatuaje. Nunca se borran. Por ejemplo, el poema Palingenesia o el gusano de Roberto Bolaño, La Serpiente de DH Lawrence o One Art (traducido como “el arte de perder) de Elisabeth Bishop se quedan en las personas, los acompañan o simplemente se encuentra en las medianías. Me comentaba un poeta en el curso de sus talleres: aun hay ex alumnos que citan los versos o hacen preguntas sobre esos poemas.
Una de las cosas que han enfrentado algunos colegas es el humor donde no debe haber humor. Todo bien, puede parecer extraño el uso del lenguaje del siglo pasado a un adolescente de hoy en día, pero ¿cómo entonces lo plantearía él?. Cuáles serían los poemas de amor, de muerte, de despedidas, ausencias y alegrías que cuajan en el presente o les depara el futuro. Encontrarlos, dar con ello. De eso se trata. Si bien lo fundamental es transmitir el placer por la palabra. Es la primera y más importante condición. Pero todo depende de cómo se las aborde. Si no es con la libertad que tiene cada estudiante, para explorar todas las formas posibles, el gusto por la palabra tendrá un grillete o simplemente no será.
En la búsqueda se llegará a un set de autores para ser elegidos por los estudiantes y que elles elijan . Porque la manera de trabajar un poema es leerlo y comentarlo, comentar los versos, hacer rondas de preguntas, conversar sobre el tema
Las figuras literarias son pocas, fáciles de aprender y aplicar. En vez de llenar al estudiante con nombres de figuras literarias extrañas.
Poesía femenina
He conocido gente que hace poesía, los he conocido en el Colegio de Profesores, en el aula, en recitales, viajes, en situaciones inesperadas y creo, es un modelo bastante digno de imitar. El único secreto en esto es enseñar el placer de la palabra y tener un repertorio muy amplio de poemas que debe escoger el estudiante y no ser impuesto.
Años atrás me tocó ver que todas las niñas hacían fila para sacar los libros de algunes autores: Alejandra PIzarnik de Argentina, Sylvia Plath, Anne Sexton, Denise Levertov, Emily Dickinson. Eran imposibles de encontrar en la biblioteca porque ya había alguien anotada a la espera su turno. Pero las modas cambian y ahora me dicen mis compañeres que a quienes más piden leer es Susana Thenon, Laura Wittner, Cecilia Pavón . Y hay un interés enorme en las formas japonesas de poesía, el hayku escrito por mujeres.
De los sufrientes y agresivos poemas en primera persona de las primeras autoras mencionadas y que gustaban en una época, hoy prefieren placeres simples e incluso cosas más abstractas como el poemario Distancias de Susana Thenon que es casi una enumeración de palabras. Blanca Varela de Perú, Silvina Ocampo de Argentina.
La importancia de la alternativa
En la búsqueda se llegará a un set de autores para ser elegidos por los estudiantes y que elles elijan . Porque la manera de trabajar un poema es leerlo y comentarlo, comentar los versos, hacer rondas de preguntas, conversar sobre el tema. Y lo ideal es que se entregue una crónica de lectura o un ensayo sobre el poema que, a su vez, es también una pieza literaria.
La poesía exige más entrega que comprensión; más vehemencia y relectura que búsqueda de figuras literarias como aliteraciones, métrica, metonimia, etc. Sólo algunas de estas herramientas se aplican lentamente para cuando ayudan a la comprensión del poema. Lo peor que puede pasarle a un estudiante es que le hagan buscar figuras literarias o contar sílabas para ver el tema métrico.
Todas las disciplinas
No es posible comprender la compleja dinámica de la humanidad sin la poesía, sin la palabra. Soy profesora del ramo de historia y trabajo en una escuela en Buin. Este afán de tijeretear las disciplinas que componen el sistema educativo, por ejemplo, al dejar educación física, música o historia como ramos electivos nos traerá el lamentable resultado de licenciar a estudiantes capacitados para leer instrucciones de los folletos asociados a un articulo comprado y no mucho más. Es la trampa de presentar una alternativa al dejar estas disciplinas como electivas. En poesía, la alternativa aparece en las distintas voces de los poetas, como distintos subjetivos. Y, acaso no es así dentro de un aula?.
Me parece en cada ocasión, hacemos caso omiso de ello, sucede, no solo perdemos perspectiva educadora, también se nos pasa por alto algo anidado en las personas: cuándo lo personal se torna político; pero eso, es una temática por cierto, mucho más allá de esta nota.
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clado
Cuando Ud. usa el “tijeretear las disciplinas que componen el sistema educativo” no puedo dejar de expresar mi experiencia y donde voy en mi búsqueda de respuestas a lo mismo suyo. Pongo así la tarea en la que me comprometí, hace mucho, cuando me di cuenta que este no era un asunto de la música, que es lo que estudié desde mi especialización en la Escuela Normal y luego en mi pedagogía de enseñanza media.
Al tiempo me di cuenta que para encontrar algo coherente a lo que me preocupaba no era la disciplina, sino la profesión de profesor y luego de darme cuenta de que los niños que tenía en mi clase eran los mismos que pasaban por todas las disciplinas, entendí que las respuestas necesarias las podremos encontrar si miramos lo que hacemos con los ojos de nuestros alumnos y no con los propios gustos.
Creo que algo de esto es lo que quiso decir Paulo Freire cuando pide a los profesores utilizar la abstracción para enfrentar su tarea “liberadora” (así llamaba la suya) La forma que encontré para seguir en la búsqueda de mejores respuestas a lo que debería pasar con todas las disciplinas en las escuelas no es, precisamente un asunto individual, de gusto, sino –necesariamente-, es un asunto profesional; y llega a ser tal cuando entendemos en nivel de análisis que necesitamos para enfrentarlo. Esto se facilita cuando yo puedo también decir “sin música la vida tiene un vacío extraño…” así como Ud. dice algo de la poesía.
Es probable que la profesión sea una buena alternativa.
Saludos
jmdoren
La poesía debería enseñarse desde kinder, con poemas aptos apara la edad, mágicos, hermosos, que hagan soñar. Ya habrá tiempo más adelante para sonetos a la muerte o cosas mas «de adultos». Mi experiencia con la poesía en el colegio es que era una clase de rima y métrica, pero no de poesía en el sentido profundo de la palabra…..