Este es el cuestionamiento que se sostiene tras la reforma tributaria de la Presidenta Michelle Bachelet para financiar los cambios en educación, una realidad que no está ajena a la nación.
La campaña del terror de la UDI Popular viene precisamente a reafirmar su egoísmo, pues prefieren pagar para educar a sus hijos y convertir al resto del país en analfabetos funcionales, en vez de ser un poco más conscientes y entregar educación para todos pagada con los impuestos.
Es soberanamente ridículo sostener que afectará para mal educar a un país semi- industrializado para que puedan desempeñarse mejor en sus áreas laborales.
Incluso más deleznable que el discurso de un profesor de historia que tuve la ocasión de escuchar hace 10 años atrás, mientras cursaba primer año de enseñanza media en un liceo científico-humanista , hablando de que dependía del lugar donde estudiabas, lo que comerías a futuro, hablando de forma despectiva de los estudiantes de los liceos técnicos profesionales, cuando claramente las cifras se han invertido y han dejado al desnudo que quienes comen hoy pan con jamón palta son los técnicos y no los universitarios, quienes hoy son los cesantes ilustrados que están comiendo pan con cecina y margarina.Para qué hablar que los pobres comen pan sin nada por ser mediocres según usted querido profesor, cuando es su opción política quien hasta hoy avala esto.
Pues guste o no, a las altas esferas de la nación les conviene y sale más barato pagar para educar a sus hijos en vez de pagar los impuestos para educar a todos los hijos de la nación en las mejores condiciones que el país merece.
Es aberrante pensar que la educación es un bien de consumo, cuando en realidad es un derecho humano que garantiza el progreso del país a todo nivel.
Aún peor recordar que la brecha de un niño nacido en La Pintana con un niño nacido en Lo Barnechea es de por sí ancha desde la cuna. Ni hablar de lo que está pasando hoy con la educación que tal como expone mi madre: «Aprenda a leer y no entender para firmar el contrato y poder abusar de usted por favor en el trabajo».
No necesitamos analfabetizar funcionalmente, si no que educar de verdad para el progreso del país, pero si siguen pensando así de egoístas prefiriendo sólo el progreso de sus hijos por sobre el progreso del país..No tenemos para cuando educar de verdad a nuestro país.
Chile no debe seguir pensando en que costear la educación con los impuestos es mero gasto, pues bien expone un humorista llamado George Carlin: «Los gobiernos no quieren gente bien educada ni bien informada, con capacidad de pensamiento crítico, quieren trabajadores obedientes, lo suficientemente inteligentes para manejar máquinas, realizar el papeleo y lo suficientemente tontos para aceptar esto pasivamente».
A Chile, menos que a nadie a estas alturas del partido, le conviene seguir sosteniendo lo expuesto por Carlin, pues nuestro país ya no necesita simple jornales, si bien no todos podemos ser jefes, pero al menos podrían capacitar a su gente para no sólo realizar bien el trabajo si no que también poder participar en forma activa sobre la realidad nacional.
No necesitamos analfabetizar funcionalmente, si no que educar de verdad para el progreso del país, pero si siguen pensando así de egoístas prefiriendo sólo el progreso de sus hijos por sobre el progreso del país. No tenemos para cuando educar de verdad a nuestro país.
Por eso como simple ciudadana, madre y trabajadora solicito que de una buena vez paguen impuestos para educar a todos, pues a la larga sale más barato que seguir siendo analfabeta funcional en un país que debe evolucionar cada vez más rápido.
Es precisamente esta clase de discurso clasista y discriminatorio lo que está cegando a la clase político-empresarial de la nación y espero que ustedes queridos lectores lo tengan bien en cuenta a la hora de opinar.
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