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jorge1812
Contrario a lo que el autor del artículo plantea, el sistema no es de libre mercado (sin regulaciones) sino mercantilista, con regulaciones que más bien son barreras de entrada y privilegios para algunos.
Tomemos la educación y la salud o el sistema de pensiones. En cualquiera de éstas áreas, el poder político -los legisladores- a través de la ley, les garantizan a corporaciones determinadas, ciertos privilegios y una clientela permanente.
Por ley se obliga a la escolarización, por ley se obliga a cotizar en Isapres y en AFP. No se permite por ejemplo, cotizar en otras entidades como aseguradoras, mutuales o bancos.
Por ejemplo, si por ley se obligará a la gente a comprar pan sólo en ciertas panaderías, certificadas por el Estado, con el tiempo tendríamos un gran y privilegiado oligopolio del pan con precios altos, al que los clientes estarían “obligados” a comprar.
Esta lógica es apreciable en diversos ámbitos. Y como verá el autor, no tiene nada que ver con la naturaleza ni la ley del más fuerte.
Si quienes hacen la ley tienen nexos con quienes controlan ciertos mercados (que además les financian sus campañas) y además, tienen la facultad de crear instituciones fiscalizadoras, como es lógica, dichas entidades no tendrán ninguna facultad real.
Como vemos el problema no es la libertad, como se podría pensar.
¿La solución? Hay que responder una duda ¿Quién vigila a los perros con dientes?
Porque, libertad e igualdad van de la mano.
Saludos
abechtold
Ojo, con la nueva normativa que se quiere establecer con el «sello Sernac», se llegará precisamente a temas como lo de las panaderías oligopolicas.
No existe mejor negocio que el que es amparado por una ley que te apuntala.
abechtold
Todas las aspiraciones de igualdad son panfletarias, en cierto modo. Queremos la igualdad cuando nos vemos en desmedro; Pero, apenas pasamos la media, justificamos la desigualdad como producto de nuestro esfuerzo, habilidad o suerte, dejando de considerar eso como “robo”, ”injusticia”, u otro epíteto. Usamos la igualdad para nivelarnos, y la libertad para sobrepasar.
El lucro ¿que es?..es la utilidad sobre la venta de bienes /servicios, que el mercado permite (ya que tiene un límite que el mercado maneja) y de la cual SON MUCHOS QUIENES SE BENEFICIAN. Entre ellos, el estado: a mayor lucro, mas impuestos. Por lo cual, entendiendo que existe ese beneficio, la duda es a quien perjudica: a los consumidores. Pero, sin duda, los impuestos como el IVA son mayores al lucro (utilidad), en promedio, asociado a los productos. Por lo tanto, lo que pasa es que vemos el vaso medio vacío, al ver como nos cobran impuestos, como el prestador del servicio/bien lucra, etc, pero no vemos los beneficios que recibimos de esto ¿saben que el Estado destina una media no despreciable de recursos en gasto social?..pero tiende a invisibilizarse.
Por lo tanto, al eliminar el lucro de muchas actividades sociales (para dar el gusto a la ciudadanía ), lo que se hace indirectamente es bajar la recaudación. Y, cuando pasa eso, se van a mirar a los que si pueden lucrar para aumentarles los impuestos.
En ese sentido, ¿por que los adalides de la igualdad no pregonan el uniformar también cuanto debemos consumir en alimentos, transporte, etc?…simple: porque nos encanta la libertad para nosotros, pero ojalá todo el resto este controlado.
Ernesto González
Es lo que pasa en Europa. Hablan de que allá todo funciona como la seda, pero tienen que recurrir a la inmigración para hacer el trabajo sucio que ellos no hacen por ser «profesionales». Un poco de eso pasa con los peruanos acá en Chile.
cdoren
El problema del lucro es técnico: Cuando la oferta es inelástica en el mediano plazo, al subvencionar la demanda con creditos, la reacción natural dle mercado es a la lelevación de los precios en una proporción cercana a l subsidio. Esto genera utilidades extraordinarias «no eficientes» desde el punto de vista social. Por ello los militares amarraron la educación superior a la inexistencia del lucro.
En la educación media y básica, el problema adicional es otro: si suponemos que el costo de educar a un escolar razonablemente es de alrededor de $150.000 mensuales y el estado subsidia a la educación gratuira con $40.000, cualquier lucro va a surgir del aporte fiscal y va a ir en desmedro de la calidad del producto entregado. No hay espacio para el lucro mientras el gasto total no alcance un nivel razonable.