Hoy, en nuestro país, uno de los debates en educación es el fortalecimiento del derecho educativo desde el estado o seguir fomentando proyectos en donde se cuestiona la selección, el lucro y si en verdad se aprende mejor o todo resultado pasa por seleccionar a los mejores y excluir a quienes les cuesta más.
La educación pública o municipal está en una crisis que hace pensar en una intención ideológica para hacerla desaparecer y así el Estado se desliga de una responsabilidad que no quiere tener, en donde la libertad de educación esté en los caminos del mercado o en un modelo cercano a éste.
El cierre indiscriminado de colegios municipales a lo largo de todo Chile, desde los gobiernos de la Concertación hasta el de la Alianza, mostraron el interés de aumentar los establecimientos particulares subvencionados, con sostenedores que reciben un pago desde el Estado y aportes de los apoderados.
De Este modelo, inserto de alguna manera un elitismo dentro de la ciudadanía, no es raro conocer casos de madres de alguna población popular que una de sus principales razones para llevar a sus hijos a estos colegios, es para que no se mezcle con niños de su mismo entorno social.
Dentro del sistema particular-subvencionado existen proyectos interesantes y que han sido aporte a la diversidad de elección, pero que no son la mayoría y que se transforman en una isla en un mar de desigualdad.
El financiamiento compartido fue aprobado en el gobierno de Patricio Aylwin, lo que llama la atención es que su hija y ex Ministra de Educación Mariana Aylwin, es una de las personas que defiende este modelo y en la que participa de manera activa teniendo intereses cuestionables para alguien que ocupó cargo educativo en un gobierno.
Para nadie fue un problema que personas con algún grado de participación en este tipo de colegios ocuparan cargos importantes en el Ministerio de Educación, que justificaron la expansión de la oferta educativa con la entrada silenciosa del mercado.
Dentro del sistema particular-subvencionado existen proyectos interesantes y que han sido aporte a la diversidad de elección, pero que no son la mayoría y que se transforman en una isla en un mar de desigualdad.
Una de las razones que los colegios municipales sean una igualdad mirando hacia abajo, puede ser el choque de intereses entre la clase política y el modelo particular subvencionado que entre sus sostenedores están militantes de partidos políticos influyentes y que tienen gran llegada a las cúpulas del gobierno y al poder legislativo (Diputados y Senadores).
Con esto se generaría un desinterés al modelo público que no entrega ganancias algún bolsillo en particular al no liberar fondos a personas que «sin ningún interés» hacen su aporte a la oferta educativa del país.
Probablemente algunos sostenedores especialmente lo que lucran amortiguaron cambios en el sistema educativo desde mediados de los años noventa hasta ahora financiando campañas políticas e insertando en la sociedad sus escuelas como el modelo que debería existir en los diferentes barrios.
Alexis Canales
Director
www.quillayino.cl
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